Reseña: EL MANUAL DEL CIUDADANO CONTEMPORANEO

Un mundo ideal, un sueño irrealizable, un estado utópico es lo que alrededor de 315 páginas nos conduce la autora, iniciando el recorrido en la primera parte con algunos conceptos como son la Razón,  y su origen del pensamiento racional surge en Grecia, pues fueron ellos quienes se apartaron de la persuasión con el único afán de convencerá, al conocimiento de la verdad, y fue precisamente en el campo político donde se genera la razón, aplicándose el modelo posteriormente para la verificación experimental de la ciencia. Y surge de conformidad con la autora derivado de la implantación del modelo de democracia, cobrando vital importancia el arte de la argumentación siendo utilizada únicamente con el objetivo de persuadir instaurándose la escuela Sofista y la Dialéctica de Platón, quien a través de preguntas y respuestas pretende ir más allá de la persuasión se busca la convicción busca construir   verdades duraderas.

Del mismo modo, nos refiere la autora una habilidad especial LA ASTUCIA la cual de acuerdo con la cultura Griega un tipo de inteligencia  denominada como Metis, con fines prácticos que enfrenta obstáculos en cuanto van surgiendo es una habilidad adaptada y eficiente que se nutre de experiencia, esta habilidad permite al débil la posibilidad de triunfar sobre el más fuerte, las características del astuto es la disimulación el silencio, la inmovilidad y la vigilancia, herramientas que si son bien utilizadas en el mundo político, le dan la capacidad de adaptarse al político a circunstancias particulares.

Seguimos en el recorrido conceptual que la autora presenta y llegamos a LA PAZ, cuyas raíces etimológicas son PAX, PANGERE, fijar, plantar, establecer sólidamente, concluir un pacto, no es un descanso en tiempos de guerra, es un estado instituido por la voluntad de dos partes.  Paz significa seguridad, serenidad y tranquilidad, necesariamente debe ser proclamada por ambas partes, y es en definitiva la paz un presupuesto necesario para el adecuado funcionamiento un estado y para el pleno ejercicio la libertad de pensamiento y de la libertad de expresión.

Me llama la atención que la autora considera que el fundamento de la paz es el temor del aniquilamiento recíproco a lo que denomina un pacifismo fatalista, y aclara la  escritora

puede haber pacificación violenta, llevada a cabo por una voluntad represiva e inflexible, en otras palabras por el mas fuerte, esta paz es temporal.  Pero existe otro tipo de pacificación suave por medio de la razón, de los intereses o bien de la persuasión , a clarando que la tensión siempre estará presente pues la paz no es ausencia de la violencia, sino contención.

Y es en EL DERECHO cuando la autora logra captar en primer término mi interés, pues inicia realizando una recopilación de los grandes pensadores de la historia, partiendo de la grecia clásica, citando a Platón quien anticipaba el dominio del poderoso, cuando escribió “que aparezca un hombre de naturaleza fuerte y acabará con las leyes, será el amo”.

Posteriormente cita a Aristóteles con su máxima “una ley injusta puede ser ignorada por el justo, si hay una inadecuación de la ley, puede resultar por ello una injusticia”

De lo anterior a mi parecer resulta sorprendente cuan adelantado se encontraban los griegos a su tiempo, pues invita a realizar una ponderación deontológica de la norma y en su caso la invitación a su inaplicación.

Asimismo la autora nos lleva a conocer un poco de la evolución del sistema jurídico, mediante la codificación  y sistematización del derecho de Jean Domat, historia del derecho que yo ignoraba y que hoy en día se antoja sumamente lejana el encontrar un derecho compuesto de reglas y principios carentes de orden lógico.

En esta evolución jurídica llega el siglo XVII, y es en ese tiempo cuando Montesquieu acuño el principio de la superioridad de la regla general respecto de los casos particulares, pues considera que una civilización más evolucionada, es aquella que los jueces aplican a la letra la ley, pues considera que el pueblo gobierna a través de la ley, llega Rousseau y su significado de la ley y señalando que: “es una declaración pública y solemne de la voluntad general sobre un objeto de interés común”, y finalmente concluye la autora en su recorrido por la evolución del pensamiento Jurídico con, Hans Kelsen y su Teoría pura del derecho, el cual desde su punto de vista debía estar limpia de toda ideología política, cuan apartado de nuestra realidad actual se vislumbra dicho pensamiento cuando nuestra constitución es “política” más que jurídica.

Coincido con la autora en el sentido de que el derecho se encuentra íntimamente ligado al surgimiento del individualismo y que surge con el objetivo de garantizar la paz social y la seguridad individual, surge para sustituir la violencia interindividual que debilitaba al grupo, en efecto, el derecho supone violencia tiende a impedir el uso de la fuerza pero en ocasiones debe hacerlo.

LA AUTORIDAD.

Es interesante y me pareció al principio equivocado, lo sostenido por la autora, en el sentido de que la autoridad va mas allá de un asunto inteletual o teórico, la autoridad consiste en una capacidad de obtener de los demás, determinados comportamientos por simple sugestión, es decir los demás obedecen sin que exista la necesidad de acudir a la fuerza, sin embargo una vez leído y releído el texto, coincido plenamente con sus postulados , pues es de explorado estudio que la autoridad política, descansa en la legitimidad, pues los gobernados requieren percibir cierta superioridad ya sea como padre o sabio, o por el carisma de sus lideres, aunque en este caso la autoridad se torna emocional mas que racional, pues casi diviniza al líder, y no en todos los casos esta autoridad va acompañada de una Experiencia o conocimiento especial, sólo en el caso de la Autoridad fundada en la Razón.

Coincido plenamente y creo que es una realidad actual las desviaciones de la autoridad política como son “la autoridad ideológica” como en el caso de algunos políticos de izquierda quien pretende conocer todas las respuestas, conforme a un cierto saber  indiscutible reconociendo la suya como la única verdad, lo mas preocupante es la cegera que crea en sus seguidores quienes se niegan a creer en su propia observación pues ya la ideología acabo con su voluntad y su inteligencia.

Y tristemente coincido con la autora en la última de las desviaciones que ella llama la servidumbre voluntaria, que se trata de una embriaguez perezoza, y a mi parcer con algunos destellos de inconformidad en redes sociales la masa pretende “despertar” de su estado de idiotez inducida.

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