Resumen de “Desarrollo a escala humana” de Manfred Max Neef
Enviado por lolilolita • 11 de Diciembre de 2022 • Ensayo • 2.062 Palabras (9 Páginas) • 356 Visitas
Resumen de “Desarrollo a escala humana”
de Manfred Max Neef
Actualmente vivimos en un mundo quebrantado por el constante deseo e interés de impulsar el crecimiento a costa del ser humano y eso nos ha llevado a una especie de callejón sin salida en el que no parecemos encontrar soluciones viables. Verlo todo desde una perspectiva económica nos ha cegado y nos encontramos frente a una situación en la que cada persona o entidad no puede evitar relacionar cifras positivas con eventos de la misma índole. El problema se basa en ese vacío legal del que los oligopolios que surgieron con la globalización se aprovechan, ya que al vernos imposibilitados de dar cifras concretas que muestren los efectos generados no podemos exponer sus acciones contraproducentes. Estas élites formadas por los oligopolios están dispuestas a sacrificar todo lo que esté fuera de su radio con el fin de mantener su poder adquisitivo, cosa que ha provocado una herida profunda en nuestra sociedad.
A la hora de pensar en la palabra crecimiento, lo podemos definir como un cambio positivo o un aumento vertiginoso dentro de un sistema de medición económico, lo cual parece imposible si lo que se busca es considerar los costos que tiene en el mundo. Por otra parte, el desarrollo es el resultado obtenido de un crecimiento sustentable, es por esto que se afirma el que ningún modelo económico sea viable para las sociedades modernas, debido a que los recursos que nos ofrece la naturaleza no son infinitos.
Según el autor al observar cómo diversas culturas, especies y disidencias se ven afectadas a gran escala como respuesta al ser dejadas de lado por no ser consideradas relevantes dentro de modelos que están absolutamente en contra de toda ética y moralidad nos damos cuenta de que la problemática está en que mientras no veamos la importancia de la crisis con transdisciplinariedad no llegaremos a ninguna parte. Nuestros mismos antepasados cometieron el error de interpretar la crisis como algo que podía ser sanado con parches, eso por culpa de verlo como algo individual más que algo interrelacionado con otros factores de la sociedad.
El desarrollismo fracasó en su contexto debido a los costos sociales y políticos que conllevaba su implementación, además se deben tener en cuenta las consecuencias que llegaron a generar otros movimientos de índole similar en el continente, que terminaron apareciendo por su incapacidad de controlar el equilibrio financiero, independientemente no todo representó consecuencias negativas, ya que también se consiguió la entrega de pensamiento a un nivel macro, infraestructura en conjunto a una economía rica y diversificada.
Por otro lado, el neoliberalismo evidencia que los costos del desarrollismo solo se pueden equilibrar bajo el control de fuerzas represivas, no por nada su implementación se terminó combinando con una dictadura militar. A pesar de haber sido aplicado en Latinoamérica, este modelo aun así no hubiera funcionado debido a que no es un generador de desarrollo en el sentido amplio en el que se define actualmente, peca de ser mecanicista e inadaptable a las condiciones de los países pertenecientes a la región, donde la miseria no puede ser erradicada de raíz como consecuencia de la liberalización de un mercado en cuestión, del que los pobres siempre han y van a seguir siendo marginados.
La verdad es que ambos modelos han pecado de ser mecanicistas y de provocar resultados centrados en el sector económico. Mientras que, para el neoliberalismo, el crecimiento es un objetivo pero el desarrollo no lo es (ya que no busca un bien común sino que un bien centralizado, y la concentración se acepta como una consecuencia natural de dicho objetivo) para el desarrollismo, el crecimiento es solo una condición económica que conlleva el desarrollo.
Como pronunciaba el Marqués de Sade, en medio del pánico de la Revolución Francesa: «Ya no existe ninguna hermosa muerte individual». De la misma manera podemos exclamar nosotros, en medio de un contexto actual que nos ahoga: «Ya no nos queda ningún hermoso problema particular». La cruda realidad es que únicamente un enfoque transdisciplinario nos permite comprender cómo la política, la economía y la salud han convergido a una encrucijada. Descubrimos así casos donde la mala salud ha resultado en mala economía y mala salud, contexto que nos ubica a mirar el mundo considerando el concepto de recursividad de los sistemas. La persona es un ser de necesidades múltiples e interdependientes. Por ello, las necesidades humanas deben entenderse como un sistema en las que las mismas se interrelacionan e interactúan. Simultaneidades, complementariedades y compensaciones (trade offs) son características de la dinámica del proceso de satisfacción de las necesidades.
Tiene sentido resaltar que sea cual sea la necesidad humana fundamental no satisfecha de manera adecuada produce una patología, y lamentablemente en la actualidad nos vemos enfrentados a una cantidad de patologías colectivas que no parecen dejar de aumentar. Como se ha mencionado anteriormente, la humanización y la transdisciplinariedad son las respuestas a esta situación y probablemente sea la única defensa para asumir el desafío del cambio. Es necesario diseñar indicadores capaces de expresar la evolución y carácter de estas patologías colectivas que puedan nacer de los problemas económicos que nos aquejan, como lo son la hiperinflación, el desempleo, la marginalidad, la represión, la deuda externa, etc. Se debe pensar en metodologías que abarquen todas las aristas, visiones, aspiraciones y propuestas de los espacios.
Las necesidades humanas no pueden ser vistas de forma lineal, si no de forma sistémica, debido a que de lo contrario las estaríamos analizando como algo separado del desarrollo de los individuos, contexto en el que las necesidades representarían carencias. Visto en forma sistémica, se priorizan los satisfactores y las necesidades pasan a ser no solo carencias sino que también potenciadores, esto constituye un cambio en las racionalidades económicas y las antiguas formas de pensamiento con el fin de romper con los esquemas tradicionales de metas (tales como creer que el crecimiento económico es la base para que todas las personas puedan acceder a los servicios), debemos replantearnos el concepto de eficiencia para maximizar las utilidades y la productividad. Tenemos que entender que las necesidades pueden comenzar a establecerse desde un principio y a todo largo del proceso de desarrollo, lo que significa que no son la meta sino el motor del desarrollo. Ello se consigue en la medida en que la estrategia de desarrollo sea capaz de estimular constantemente la generación de satisfactores que posean cierta sinergia.
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