Resumen del libro “Veo una Voz” de Oliver Sacks

Resumen del libro “Veo una Voz”

En esta ocasión, Oliver Sacks se interna en el fascinante y silencioso mundo de los sordos, de aquellas personas que han nacido sin uno de los sentidos básicos para la recepción de la información y por ende, con una dificultad para el lenguaje y para adquirir conocimiento. En esta misma lectura se explican los estragos que los ora listas han causado al defender este tipo de lenguaje frente al de señas y también, se comenta sobre una comunidad que existió varios siglos en Massachusetts en la que había una forma de sordera hereditaria que obligó a todos sus habitantes a aprender a hablar con señas. Así, los que podían oír se consideraban bilingües ya que podían pensar y hablar en lenguaje de señas, y esta habilidad les permitía comunicarse libremente entre oyentes y sordos. Es por eso que, para el autor, el lenguaje de señas no es una mera traducción o adaptación de las lenguas habladas, sino un lenguaje tan rico y tan efectivo para el pensamiento y la transmisión de la cultura al igual que las diferentes lenguas de los oyentes.

A manera de introducción, Sacks nos habla sobre la evolución de las personas sordas y su educación, el camino de la enseñanza y aprendizaje de la lengua de signos. Como ejemplo puso a Ponce de León, quien pretendía que los sordos (únicamente adinerados) pudieran leer, escribir y rezar. La intención de Ponce de León era “salvar sus almas”. El aprendizaje era a través de la lectura de los labios con muy pocos signos. Después nos menciona a De L’Epée quien fue el primero en enseñar la lengua de signos y el fundador de las primeras escuelas para personas sordas en Francia.

En el primer capítulo cuenta como las personas sordas, han pasado de ser considerados inútiles o discapacitados, a recibir la consideración y el reconocimiento de las personas, recibir un trato digno como cualquier otro ser humano. Nos enseña la relación entre el lenguaje y el pensamiento, y lo imprescindible de la misma para el desarrollo de la persona. Se menciona la diferencia entre la sordera pre-lingüística y la post-lingüística. La diferencia fundamental entre ambas es el momento en el que se manifiestan. Se considera que un individuo tiene sordera pre-lingüística cuando su sordera ya estaba presente en el nacimiento o tuvo lugar antes del desarrollo del habla y del lenguaje. Estas personas corren un alto riesgo de retraso mental. Las personas con sordera post-lingüística son aquellas cuya sordera tuvo lugar después de haber adquirido el habla y el lenguaje.

En el segundo capítulo, nos habla de la relación entre pensamiento y lenguaje. Pone como ejemplo a los “niños salvajes” para el estudio del retraso mental, y cuenta como se cuestionaban si eran o no educables. Los niños/as salvajes son seres que por algún motivo (o fueron privados de la libertad o fueron abandonados) se han criado en lugares donde solo habitaban animales o en donde se las ha privado de toda comunicación. Estos adquirieron hábitos similares a los de los animales y se les negó el libre desarrollo del pensamiento. Al no existir contacto social, se comportan de forma “salvaje”, no humana y al no existir socialización, no se desarrolla el pensamiento y debido a ello surge un retraso mental.

Y es que el lenguaje es una herramienta que nos permite desarrollar y enriquecer nuestras funciones cognitivas, es como un botón que activa nuestro pensamiento e impulsa nuestras acciones. El ser humano comienza su preparación para adquirir la lengua a partir del primer año de vida y poco a poco se va transformando en un ser pensante, con acciones independientes que le brindan poder sobre el mundo que lo rodea. Es capaz de estructurar su vida de tal manera que puede mantener relaciones con otras personas, intercambiar información, entender símbolos, tener momentos de introspección, etc.; todo gracias al aprendizaje de una forma de comunicación tan eficaz como es el lenguaje.

Como bien nos cuenta Sacks en otro párrafo del libro, hay personas sordas que describen este momento como su “segundo nacimiento”. Las personas sordas Prelingüísticas no tienen la capacidad de asimilar conceptos hasta que desarrollan el lenguaje y el pensamiento. Es justo el momento en el que descubren que un objeto o una imagen pueden representarse con un nombre. Se abre ante ellos un mundo que pueden controlar, dominar, enumerar, definir, categorizar, manipular. Comprenden y aprenden a manejar conceptos o ideas y la sensación de pertenecer a una comunidad lingüística es de igual manera reconfortante para ellos, pues saber que hay más personas con las que pueden intercambiar el lenguaje de signos de cierta forma los hace sentir más comprendidos. En el libro lo definen como “Salto dialectico” de la sensación al pensamiento.

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