Resumenes de etica. EL ELEFANTE ENCADENADO. EL PORTERO DEL PROSTÍBULO

Alumna: Vargas Hernandez Itzel  Grupo: 8151 N°L: 34

Resumen de las lecturas: a) EL ELEFANTE ENCADENADO: ¡¡¡No puedo!!! nada me gustaría más que poder sentarme frente a ella y decirle lo que siento, pero sé que no puedo. Su amigo le dijo que si le permitía decirle algo, el aceptando este le comenzó a contar que Cuando él era chico le encantaban los circos, y lo que más le gustaba de los circos eran los animales, le llamaba la atención el elefante, viendo que  después de su actuación y hasta un rato antes de volver al escenario, el elefante quedaba sujeto solamente por una cadena que aprisionaba una de sus patas a una pequeña estaca clavada en el suelo.  

Esta estaca era sólo un minúsculo pedazo de madera apenas enterrado unos centímetros en la tierra. Y aunque la cadena era gruesa y poderosa le parecía obvio que ese animal era capaz de arrancar un árbol de cuajo con su propia fuerza, que podría, con facilidad, arrancar la estaca y huir, el todavía confiaba en la sabiduría de los grandes, porque estaba amaestrado, ¿por qué lo encadenan?  Se preguntaba. Este No recordó recibir ninguna respuesta coherente. Con el tiempo se olvidó de esto y sólo lo recordaba cuando se encontraba con otros que también se habían hecho la misma pregunta, alguien había sido lo bastante sabio como para encontrar la respuesta: El elefante del circo no escapa porque ha estado atado a una estaca parecida desde que era muy, muy pequeño.

Este se imaginó al pequeño recién nacido sujeto a la estaca. Estaba segura de que en aquel momento el elefantito empujaba, tiraba y sudaba tratando de soltarse. Y que a pesar de todo su esfuerzo no pudo. Haciendo que un día, el animal aceptara su impotencia y se resignara a su destino. Este elefante enorme y poderoso, que veía en el circo, no escapaba porque creía que NO PODRIA.  Haciendo que este jamás intentara poner a prueba su fuerza otra vez. Todos van por el mundo atados a cientos de estacas que les resta libertad. Todos vivimos creyendo un montón de cosas como que “no podemos” simplemente porque alguna vez probamos y no lo logramos haciendo un recuerdo negativo como “NO PUEDO, NO PUEDO Y NUNCA PODRÉ “haciendo que su única manera de saber sea intentando de nuevo poniendo todo tu corazón.

EL PORTERO DEL PROSTÍBULO

El chico se empezó a replantear su decisión de estudiar. Él se daba cuenta de que se presionaba y que se forzaba para seguir estudiando. Su compañero le dijo que mientras seguía creyendo que “tenía que” estudiar y recibirte, no hay posibilidades de que lo hagas con placer y mientras no haya por lo menos un poco de placer, algunas partes de tu personalidad te van a jugar malas pasadas.

El no creía que en el mundo en que le iba a tocar vivir, llegaría a ser alguien si no tenía un título. Pensando que una carrera de alguna manera era una garantía. Su compañero le dijo que había un cuento en el Talmud, el cual trataba sobre un hombre común. Ese hombre era el portero de un prostíbulo. No había en aquel pueblo un oficio peor conceptuado y peor pagado que el de portero del prostíbulo, este nunca había aprendido a leer ni a escribir, no tenía ninguna otra actividad ni oficio.

Un día, el viejo propietario murió y se hizo cargo del prostíbulo un joven con inquietudes, creativo y emprendedor. El joven decidió modernizar el negocio. Modificó las habitaciones y después citó al personal para darle nuevas instrucciones.  Este le dijo al portero que, a partir de ese día, el además de estar en la puerta, le iba a preparar una planilla semanal. Allí anotaría la cantidad de parejas que entrarían día por día. A una de cada cinco, le preguntaría cómo habían sido atendidas y qué corregirían del lugar. Y una vez por semana, le iba presentar esa planilla con los comentarios que el creía convenientes. El portero le explico que él no sabía leer ni escribir.

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