SOLO VINE A HABLAR POR TELEFONO

Titulo: “sólo vine a hablar por teléfono”

Autor: Gabriel García Márquez

Personajes del cuento:

Principales: María de La Luz Cervantes y Saturno el mago.

Secundarios: Herculina, el director del sanatorio, la guardia nocturna.

Incidentales: Rosa Regás, Conductor del autobús, mujer de aspecto militar, mujeres de edades inciertas, guardiana de la entrada, niños disfrazados de canguro, anciana en silla de ruedas, turistas franceses, policía civil, adolecente óseo y lampiño, andaluza, gato.

ANÁLISIS CRÍTICO DE LA OBRA:

Sobre el título de la obra: “sólo vine a hablar por teléfono” pudimos deducir que intenta provocar curiosidad en el lector instalando una incógnita con ese “sólo”, dando por sentado que algo le va a ocurrir al personaje de la historia impidiéndole en principio hacer lo que desea, es decir: “hablar por teléfono”.Entre el título y el contenido de la obra existe una relación directa ya que éste plantea claramente el problema central: la actriz principal se ve envuelta en todos esos infortunios debido a que sólo buscaba telefonear al marido.

La introducción de la obra nos presenta en principio al personaje principal, María de la Luz Cervantes, la protagonista de nuestro cuento, se encuentra con una serie de eventos desafortunados que hacen de su historia un mundo de situaciones sin salida compuesta por una gran confección en la progresión temática como también en la dosis de fantasía existente, es decir, algo totalmente increíble, pero posible; que se establece como real.

En cuanto al desarrollo nos resulta ágil en principio pero luego se densifica al detallar minuciosamente los difíciles momentos que vive María en el manicomio haciendo partícipe al lector de la historia. También se ve afectado por los constantes regresos en el tiempo a los que recurre el autor desnudando la conciencia de Saturno. El hecho de no emprender una intensa búsqueda de su mujer después de varios días de desaparecida es una maestría del autor que apoya a atenuar la locura de María, dado que, por causa de esto, ella tuvo que pasar mucho tiempo en aquel aterrador lugar con la zozobra de sentirse abandonada con un diagnóstico de locura errado, del cual solo ella era consciente. Esto sucedió como resultado de los antecedentes de inestabilidad amorosa de María y la coincidencia de haber conocido un hombre hacía poco tiempo del cual, según Saturno, María podría haberse enamorado, pues él conocía muy bien sus gustos y arrebatos. Estas digresiones recurrentes en la narración, entorpecen de algún modo la lectura. (…) Estábamos en el Marítim,… Después de agotar la segunda cajetilla de cigarrillos, María se encontró sin fósforos. Un brazo escuálido, con vellos viriles se abrió paso entre el tumulto de la mesa, y le dio fuego. Ella le agradeció sin mirar a quién pero Saturno el Mago lo vio (…)

El punto culminante es único y ocurre en el momento que María logra su cometido que es hablar con su marido, pero éste no reacciona como el lector espera, ya que no se lleva a la misma del hospicio, por lo tanto resulta una acción inconsecuente para aquel que sigue las líneas. Esta decisión de Saturno se basa en su incredulidad hacia

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