SOÑAR CON LOS PROPIOS PLACERES

CAPITULO 1

SOÑAR CON LOS PROPIOS PLACERES

El presente documento empieza un análisis de las diferentes formas de actos sexuales, siendo el libro de Artemidoro un punto de referencia; atestigua una manera corriente de pensar, una reflexión filosófica o medica sobre los placeres y sobre la conducta sexual.

1. EL METODO DE ARTEMIDORO

La tarea principal de Artemidoro era aprender a  escribir una obra de método; con el fin de que se convierta en un manual utilizable   en la práctica cotidiana y al mismo tiempo un alcance teórico sobre validez.  No debemos olvidar que el análisis de los sueños formaba parte de las técnicas de existencia, ya que las imagines que vemos cuando estamos dormidos, algunas de ellas eran consideradas signos de realidad o mensajes del porvenir, y descifrarlas era cosa de gran valor. Una vieja tradición popular.

Luego Sinesio manifiesta que nuestros sueños constituyen un oráculo que “habita en nosotros”, nos acompaña a todas partes sin privilegio de sexo, edad fortuna o profesión. Con toda esta base es como Artemidoro escribe su libro “la clave de los sueños”. Artemidoro quiere proponer un instrumento a los técnicos del análisis y ayudar a todos aquellos que se vieran tentados a apartarse de la práctica de descifrar sueños. EL soñador a quien se dirige Artemidoro no es un devoto inquieto lleno de preocupaciones, sino es un individuo “ordinario” un hombre que tiene una familia, unos bienes, un oficio; y que sus preocupaciones principales se refieren al éxito de sus empresas, al matrimonio de sus hijos, etc.

Artemidoro distingue dos formas de visiones nocturnas. Están los sueños: enypnia: esta forma de sueño se establece en la actualidad (del presente al presente) traduce lo que es, en el orden del cuerpo, carencia o exceso; miedo o deseo.

Luego tenemos los sueños: oneiroi. Es también lo que actúa sobre el alma y la excita, la conforma y la modela, la pone ciertas disposiciones y provoca en ella movimientos que corresponde a lo que le es mostrado. Ambos tipos de sueños se ponen, enypnion y oneiros; el primero habla del individuo, el segundo de los acontecimientos del mundo. Por un laod los sueños del deseo dicen lo real del alma en su estado actual.

En los sueños de estado, el deseo puede manifestarse por la presencia reconocible de su objeto. Pero en otros casos la relación con el acontecimiento es indirecta, a estos se les llama sueños “alegóricos”. Para Artemidoro los sueños de estado pueden tomar dos formas el deseo o aversión, que se manifiestan directamente y sin ocultarse. el sueño teoremático se abre sobre lo que anuncia, no dejando a la interpretación y los sueños alegóricos se reconocen por el hecho de que no van seguidos de realización directa.

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Todo el campo del significado del ensueño esta escondido, por la distribución en el modo binario, entre lo bueno y lo malo. El principio general es simple. Un ensueño lleva un pronóstico favorable si el acto que  representa   es bueno el mismo. Ciertos ensueños que son “buenos por dentro” pueden ser “malos por fuera” el acto imaginado en el ensueño es favorable, pero el acontecimiento presagiado es negativo. Otros son a la inversa son “malos por fuera” y “buenos por dentro”.

Antes de abordar el análisis de los ensueños sexuales. Artemidoro no dice si está bien o no, si es moral o inmoral. Los principios que se pueden entresacar no se refieren pues a los actos mismos sino más bien al actor sexual.

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