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Tres Colores


Enviado por   •  25 de Junio de 2013  •  2.233 Palabras (9 Páginas)  •  442 Visitas

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TRES COLORES

PRIMER NIVEL DE ANÁLISIS.

SUPERFICIE TEXTUAL

Angélica Gorodischer

Angélica Beatriz del Rosario Arcal de Gorodischer ." Nació como Angélica Arcal, en pleno barrio norte de la Capital Federal, en el seno de una familia de clase media -con ascendentes franceses y aragoneses- que se radicó en Rosario cuando ella tenía 8 años. La nena, que aprendió a leer antes de los 5, puso en jaque a sus padres porque daba muchos problemas con la comida y pasaba noches y noches en vela, aterrorizada por un miedo a la oscuridad -todavía lo padece- que ella misma calmaba inventándose historias. Los volvió a poner en jaque, a los 20 años cuando, ya feminista declarada, suspendió su carrera en la Facultad de Filosofía y Letras para casarse con el arquitecto urbanista Sujer Gorodischer, que no era para los padres el mejor de los partidos y que todavía hoy es su marido. Y tuvo una casa con jardín, tres hijos, un perro y un gato, y un trabajo fuera de casa, de bibliotecaria en una editorial médica. Permiso, por favor Escribía de a ratos, como pidiendo permiso, hasta que ganó un concurso en la revista Vea y Lea.

Vive en Rosario, Argentina. Es considerada una de las tres voces femeninas más importantes dentro de la ciencia ficción en Hispanoamérica

Angélica tiene su estudio al fondo de la casa, cruzando un bello jardín que ella misma cuida desde hace años. Ella no cumple con el mito de los escritores nocturnos. "Me levanto todos los días a las seis de la mañana y a las siete ya estoy sentada a la computadora, escribiendo. A la tarde empiezo a decaer y a la noche no sirvo para nada." Lectora voraz, desde los cinco años lee de todo: "Porquerías y maravillas. El siglo de Oro, los griegos, novelitas rosas, pornografía, ciencia, divulgación, vidas de santos? Si con mis hijos, cuando eran chicos, nos peleábamos por ver quién leía primero la revista D´Artagnan. Todo sirve para alimentar la imaginación... Después, cuando una se sienta a escribir, el oficio enseña algunos trucos: que es mejor, que las historias no salgan de una cosa muy sentimental, que hay que escribir no con la pasión sino con el recuerdo de la pasión.

De una de sus entrevistas a la revista Ñ, extrajimos las siguientes ideas:

¿Qué es la literatura?

Trabajo, dedicación, autocrítica, respeto por el lenguaje. Una idea inicial, sí. Una chispa, inspiración si se quiere, y allí sí la pasión pero trabajada, tamizada, enriquecida. Muchas horas frente a la computadora, escribiendo, corrigiendo, puliendo palabras. La intención sola no alcanza. Treinta y cinco años de sentarse cada mañana frente a la máquina de escribir primero y ante la computadora después, le hicieron creerle a Thomas Mann eso de que un escritor "debe tener ante todo buenos riñones".

¡Feminista, y qué!

Invariablemente todos los sábados, Angélica Gorodischer se reúne en el Bar Victoria, pleno centro de Rosario, con nueve amigas que se llaman a sí mismas las brujas. Algunas se conocen desde que eran jovencitas y tienen profesiones diversas: hay abogadas, grabadoras, psicoanalistas y profesoras de inglés. Desde 1998, cada dos años, organiza el Encuentro Internacional de Escritoras, y su militancia sostenida, en favor de los derechos de la mujer, le valió numerosos premios y reconocimientos de todo tipo.

"Creo que algunas escritoras entienden mal el problema: creen, y afirman, que todas las mujeres son maravillosas y no es así. Ni los hombres son malos. Lo que sucede es que si no organizamos congresos para las mujeres, todos los encuentros literarios suelen ser hegemonizados por hombres que, además, se suelen tomar el derecho de hacerte callar. Los hombres no son malos de por sí, lo que sucede es que todavía vivimos en una sociedad patriarcal."

¿Ser feminista tuvo sus costos?

Sí, pero a mí me ne frega. En general, la gente que piensa así no me importa. La sociedad se defiende del feminismo porque sabe que el feminismo le mueve el mundo. Y a nadie le gusta que le muevan el mundo bajo sus pies y entonces se defiende: "Ah, las feministas son todas lesbianas", o "son todas frígidas, gordas, feas, tienen lunares con pelo" o "son flacas". O son cualquier cosa, pero "son de lo peor". O por ejemplo cuando dicen: "las mujeres compiten entre ellas". ¿Qué? ¿Y los hombres no? Lo que está detrás de todo eso es: si sos feminista nadie te va a querer; si sos feminista te vas a quedar sola en la vida.

¿Cree que las cosas van a cambiar para hombres y para mujeres en la vida y en la literatura?

Es difícil que cambien las cosas pronto porque los varones no pueden resignarse del todo a hacer lo que hacen las mujeres y las mujeres, muchas veces, estamos tan colonizadas que seguimos pensando que nuestra obligación es limpiar y hacer la comida y lavar la ropa y zurcir. Porque es cierto que estamos todas colonizadas. Tenemos colonizado el espejo, querida.

¿Por qué, siendo feminista, firma con su apellido de casada?

Por varias razones. Porque yo he vivido más tiempo con mi marido que con mi papá. Porque Gorodischer es un apellido que me resulta muy sonoro, muy hermoso, y porque es un apellido de hombre, como todos los apellidos. Porque no hay apellidos de mujer. No existen. Todos los apellidos son apellidos de hombre: si yo me pusiera mi apellido de soltera, Arcal, es el de mi papá. Si me pongo el apellido de mi mamá, Junquet Garay, es el de mi abuelo materno... De manera que siempre tenés un apellido de hombre. Y yo elegí el del Goro.

Vida

En 1948 contrajo matrimonio con el arquitecto Sujer Gorodischer, siendo entonces su nombre de casada, Angélica Gorodischer, el que elige para publicar.

Hizo sus estudios en la Escuela Normal No. 2 de Profesoras en Rosario. En la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional del Litoral empezó a cursar una carrera, que abandonó para dedicarse a su familia. Trabajó de bibliotecaria en una editorial médica.

En 1963 se quedó con el primer premio del Club del Orden, que le significó la publicación de su primer libro, Cuentos con Soldados (1965).

En 1964 ganó un concurso de la revista Vea y Lea con el cuento policíaco «En verano, a la siesta y con Martina». En 1988 le fue concedida una beca Fulbright, gracias a la cual participó en el International Writing Program de la Universidad de Iowa. En 1991, también con una beca Fulbright, enseñó en la University of Northern Colorado.

Angélica Gorodischer organizó tres simposios sobre creación femenina en Rosario: El primero, bajo el título «Encuentro Internacional de Escritoras»

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