Triste, Solitario Y Final

“Triste, solitario y final” es una novela paródica escrita en 1986 por el escritor argentino Osvaldo Soriano. La función que tienen los elementos paródicos en este texto es principalmente realizar una crítica social a través de homenajear a los personajes del gordo y el flaco.

Uno de los elementos de la parodia, desde el punto de vista literario, es la existencia de intertextualidades, es importante referirse principalmente a dos que son las centrales. En primer lugar, al momento de hacer una parodia, debe existir un ante-texto, que en este caso es a “El gordo y el flaco”, más específicamente al referente fílmico. Por otro lado, también hay una intertextualidad con el texto “El largo adiós” de Raymond Chandler, ya que el detective de esta parodia es el mismo que el de la novela mencionada, Philip Marlowe. Además, ya desde el título se puede evidenciar la intertextualidad, es una referencia a la frase más célebre de Philip Marlowe: "Hasta la vista, amigo. No le digo adiós. Se lo dije cuando tenía algún significado. Se lo dije cuando era triste, solitario y final" . Al hacer una parodia inevitablemente se homenajea al texto parodiado, ya que se debe remitir a él, en este caso se homenajea al gordo, el flaco y el detective.

Otro elemento paródico que está presente en esta obra es la mezcla de los planos de la realidad con la ficción literaria y la ficción del cine de Hollywood. El primero, en la existencia diaria de los Estados Unidos de los sesenta, en el segundo, las aventuras detectivescas de Marlowe y en el tercero, el rodaje de películas de vaqueros. “Detrás, el cowboy parecía un oso sosteniendo un revolver. Entraron en una habitación donde media docena de vaqueros tomaban whisky y Coca Cola.” Esta confusión de planos entre lo real y lo ficticio es una crítica a los medios masivos de comunicación y entretenimiento que constantemente transfiguran la realidad.

Finalmente, otro elemento de la parodia que no es menos importante es que los personajes elegidos como los héroes de la historia son perdedores, tanto el gordo y el flaco como el detective, sin embargo, son los buenos. Son perdedores dentro del sistema en el que están insertos, una forma de justificar que no son contratados es que efectivamente están en contra del sistema, no lo validan. Por eso son otro tipo de héroes, que desenmascaran a la sociedad de hoy en día y tratan de dar justicia, ya que tienen un fuerte carácter ético. Además, el gordo y el flaco son extranjeros, inmigrantes que viven en la precariedad, por lo tanto se podría decir, que son videntes, ya que son los únicos que se dan cuenta que los que se podrían llamar vencedores son los que realmente no deberían estar en ese puesto. “Hombres y mujeres que habitan la ciudad son mirados desde arriba o, mejor dicho, desde fuera, y desde allí se percibe una panorámica de este ambiente que traga a las personas

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