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UN SONETO POESIA Y PROSA


Enviado por   •  2 de Julio de 2014  •  Tesina  •  544 Palabras (3 Páginas)  •  257 Visitas

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INTRODUCCIÓN

Tantos años han pasado sin que yo haya olvidado el más mínimo detalle de mis experiencias en el Oriente Colombiano. Cuarenta y cinco años transcurrieron para decidir la escrita de estas páginas sobre algunas de mis experiencias, conocimientos o aprendizajes de culturas que la globalización día a día, tiende a cambiar el paisaje y sus costumbres.

Aún existen antiguos lugareños que en medio de la nostalgia, evocan los tiempos idos de los que hablo y retrato en mi soneto.

Quizá existen algunos reductos en los confines más profundos donde la autenticidad del paisaje, y las costumbres que conocí, aún se conserven.

Le colocaremos música de fondo; donde se escuche el arpa, el cuatro el tiple y las maracas.

Los videos siguen indelebles en las telas del infinito, donde para Dios nada es ignorado.

Y lo que está gravado en nuestra mente, jamás estará olvidado.

Aquí en el Tolima grande también hay cosas bellas para contar; y en el poema dedicado a esta tierra, también tendrá el acompañamiento de su música folclórica que igualmente le da el color y sabor de tierra Colombiana.

UN SONETO POESIA Y PROSA

Salí de mi amada Neiva, más o menos a los veintiún años.

Por culpa de las mujeres, expertas en los ¡engaños!

Desafié al destino que Dios me había deparado, sin entender yo, que el camino ya estaba trazado

Al Vichada llegué y de la civilización, quedé desconectado;

fueron los Guahíbos quienes con su amistad, hospitalidad,

me acogieron extasiaron…

Por la mañanita observé al sol grandeRadiante, iluminado.

Vi al astro atardecer entre arreboles, agigantado en un cielo rojo, rojo encarnado.

Más luego llegué al Meta para lidiar con ganado;

con un patrón Doctor, que al Sena había desfalcado.

Me echaron del Hachón, por bueno, por honrado…

Pues no quise alcahuetear, a ese bribón descarado

Mi disgusto fue grande, la injusticia me había ganado

Lo desafié a un duelo, con un treinta y ocho cargado;

para mostrarle al villano, qué es un huilense enojado!

Ese mismo día trabajo ya había encontrado;

para laborar en salud como malario consagrado,

a combatir el paludismo en Casanare, Meta, Vaupés y todo el oriente infectado.

Navegué por el Guaviare, supe qué son cachiveras, varaderos y raudales,

Comí muchas clases de mariscos; mañoco y casabes. Dormí en grandes malocas, y en chinchorros de cumare.

Aprendí a cazar con Guayaberos y Tukanos, a pescar con el arpón.

Me entrené a conducir canoa, con astucia y atención.

Recorrí la serranía donde habita el jaguar, la pantera y los pumas!

Conocí al bello paujil, adornado de negras plumas.

Quise conocer la madre - monte, para refugiarme en su

abundante cabellera!

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