Un Actor Se Prepara

Capitulo I

“La Prueba Inicial”

Este capítulo narra el comienzo del proceso actoral de un grupo de jóvenes, bajo la dirección del Director Tortsov. Este les invita a preparar escenas a su elección, como primera prueba, la cual los muchachos aceptan por el solo echo de su gusto por lo que creen que es actuar. Suceden los clásicos errores del actor principiante que apenas esta en formación, como lo es la llegada atrasada del protagonista, que les sucede a todos y esta perjudica a la gente con la que se esta trabajando o inclusive a ellos mismos cuando no asisten a una clase por atraso, y pierden todo un día de experiencia.

Otro problema que se refleja es que si no hay ensayo con la pareja de trabajo y cada uno ensaya por su cuenta, se crean problemas de dialogo y no se permiten afectar por el compañero. Por sobre todo sucede que si uno se crea esquemas para actuar y se familiariza tanto con un lugar, que se entorpece al ver una modificación de espacio, elementos, dialogo o persona.

Hay momentos, en los que se nos narra como los actores actuaban por inercia, actuaba totalmente de la cabeza, sin tener los objetivos, ni ideas claras; decía el texto solamente por que sabia que ahí debía decirlo o porque lo estaba leyendo. Estaba más conciente de lo que sucedía fuera de escena que dentro, se preocupa de interesar al público.

Capitulo II

“Cuando la Actuación es un Arte”

En este capítulo el autor nos informa de 4 tipos de actuación que generalmente experimenta el actor en formación antes de llegar a una Actuación verdadera, la cual consiste en vivir la escena y de acuerdo a ella modificarse, ya que ninguna escena va a ser igual a otra, pero siempre hay que invitar al publico a sentir las emociones vividas en ella. Los cuatro tipos son el Arte de Vivir una Parte, Arte de Representación, Actuación Mecánica y la Sobreactuación.

El Arte de Vivir una Parte, hace un trabajo referente al subconsciente y que este deja de manifestarse cuando nos volvemos a involucrar concientemente en la escena, dejamos de realizar nuestras acciones involuntarias. Es por eso que el autor nos recomienda indagar en nuestras acciones subconscientes para poder llevarlas acabo luego en escena, es decir detalles que hacemos con nuestro cuerpo cuando hablamos, leemos, oímos, lloramos, reímos, etc. Ya que estas se pueden complementar luego con las acciones concientes que realicemos.

Para que el actor logre una formación concreta del personaje debe de sentirlo tanto internamente como externa, y debe de “ser lógico, coherente, pensar, esforzarse, sentir y obrar de acuerdo a su papel”[2]. Por eso debe de tomarse en cuanta tanto la vida interna del personaje como la apariencia externa, y luego que estos se armonizan logra florecer un sentimiento verdadero, el cual debería hacer que tanto el aparato físico como vocal se modifiquen.

Por ende cuando tenemos una actuación de este tipo, nos damos cuenta que en realidad el actor no seria capaz de soportar toda una obra, y que estaría obligado a caer en la actuación forzada. Caemos ya que no contamos con “una técnica psicológica bien elaborada, un gran talento y grandes reservas físicas y nerviosas”[3], no sino todo lo contrario, tenemos excesos de nervios, impotencia artística y actuamos de forma aficionada.

En la Arte de Representación investigamos el rol interno, para llegar al externo. Sin embargo no debe de suceder que al encontrar en aquel rol interno una emoción reflejada en nuestro cuerpo, la mantengamos para siempre, ya que no siempre me voy a enojar o enamorar de la misma forma, de ahí que es malo ensayar frente al espejo, porque uno se queda con una masacra fija de acuerdo a la emoción que quería lograr.

Una vez sentido que logro su caracterización exterior el actor deja de sentir la emoción y solo se encarga de tratar de repetirla, pero viéndose vacío en escena.

Otra característica que nos informan es que no aceptar tu cuerpo para el personaje e intentar recrear la apariencia física de otra persona es sumamente complicado, ya que para llegar asimilar un modelo hay que tener en claro puntos tales como: “la época, el tiempo, el país, condiciones de vida, antecedentes, literatura, psicología, el alma misma, manera de vivir, posición social, apariencia externa… modales, manera de vestir, modo de moverse, de hablar, la voz y sus emociones”[4] y luego hay que meterle los sentimientos de uno para lograr formar dicho modelo.

Al fin y al cabo que el arte es un reflejo de la vida, pero exagerado y en el que se destaca todo lo bueno o lo malo que se quiera decir. Ejemplo que nos da Alexis Moreno, del extraterrestre que le pregunta a un hombre como son las mujeres, y este con la información que se le da reconoce a un travesti como tal, ya que éste exagera las facciones femeninas dichas por el hombre.

En la Actuación Mecánica tenemos lo que se denomina “sellos de goma”, clichés, exteriorización, caracterizaciones de un personaje, los cuales podemos ver reflejado en sentimientos, épocas y status. Esta actuación fue la que utilizo la mayoría de los integrantes de nuestro curso en los primeras muestras de las Brujas de Salem, ya que todos llegaban con un John Proctor enojado, o una Mary Warren totalmente sumisa, sin siquiera dejarse alterar o explicar porque estaban en tal estado.

No reflejamos ningún sentimiento, solo se pule, algo ya creado por otro. Esa es la diferencia con la Sobreactuación.

Sobreactuación es cuando el actor no tienen ningún análisis del texto, o fusión con su personaje, este solo se aprende las líneas y busca un estereotipo sin siquiera pulirlo y adecuarlo a la escena. Vuelvo a repetir el caso de John Proctor, destacándolo en mi ejercicio del Viernes 20/03/09 en el que mi personaje se encontraba excesivamente enojado sin motivo alguno y no reaccionaba sino que se queda en su estado con una mascara facial todo el rato.

Por ultimo nos prevén que hay gente que solo actúa diciendo sus líneas y tratando de destacar ella como persona y no como personaje. Nos advierte que no caigamos jamás en tal suceso.

Capitulo III

“Acción”

En este capítulo, se nos refleja todo lo visto en nuestro curso de actuación del 2009, hasta el momento. Nos cuenta de cómo un actor debe subir a escena con objetivos, ideas claras y un propósito que alcanzar, para poder mantenerse él presente y cómodamente en escena y además atraer el interés del público; ya que si no tenemos estos objetivos claros no sabremos estar en escena, no podremos hacer o aprovechar las cosas más básicas tales como barrer, poner una mesa o fumar un cigarro.

Una acción no significa estar siempre en constante movimiento, también

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