Utopía Moro
Enviado por condec • 25 de Marzo de 2014 • 1.131 Palabras (5 Páginas) • 222 Visitas
UTOPÍA
(Tomás Moro)
Desde la República de Platón y más especialmente desde sus Leyes, el hombre, frente a la realidad social, política y económica que lo rodea, busca otra ideal más justa, más vividera. Sin embargo, Moro rumiaría sus propias ideas acerca de gobernar. Una de ellas, muy clara, le hace desde luego rechazar la idea de Platón de un Estado organizado sólo en pro de una aristocracia privilegiada. Para Moro hasta el menor miembro de la comunidad debe salir beneficiado en una sociedad cuya unidad fundamental es la familia. En cambio, de la República toma la idea básica de un Estado socialista y democrático.
La obra de Moro “Utopía” que quiere decir “no hay tal lugar”, el nombre del país y el de su epónimo rey Utopo dejan ya, de entrada, bien claro que nos hayamos frente a lo que no existe. Por su parte, tanto Marx como Engels tuvieron a la Utopía como libro de cabecera y la estudiaron a fondo para rastrear en ella una corriente histórica-doctrinal del socialismo.
Tomas Moro en su libro primero, expresa que en Utopía, bástenles pocas leyes para asegurarles un gobierno excelente: ¡Qué diferencia marcada entre estas costumbres y las de nuestros países, donde siempre son necesarias buenas leyes para que estén bien administradas, y a pesar de esto nunca lo son bastante! Por el contrario, en nuestros países, cada uno llama suyo a lo que posee, y todas las leyes mencionadas no bastan para regular la adquisición de los bienes, ni para asegurar su conservación, ni para establecer en forma clara una distinción entre lo que os pertenece a uno y lo que pertenece a otro, que también arguye su derecho de propiedad privada. A considerar todo esto, doy la razón a Platón, y no me sorprende que se negara a hacer leyes para quienes no aceptaban la equitativa división de los bienes entre todos. Ese prudentísimo varón preveía con sagacidad que el único medio de salvar a un pueblo es la igualdad de condiciones; pero no creo que tal pueda obtenerse mientras exista la propiedad privada.
Podría decirse que nadie posea más de una extensión de determinada tierra o suma de dinero que se fijan legalmente; se arreglarían las cosas de manera que ni el príncipe sea poderoso en extremo, ni el pueblo insolente en demasía, que los magistrados no sean indignos, ni los cargos venales, haciendo que el ejercicio de estas altas funciones no lleve aparejados gastos suntuarios, para que sus titulares no se hallen en la tentación de procurarse dinero con fraudes ni delitos, y que no sean designados entre los más ricos en vez de ser escogidos entre los mejores y de más competencia.
Si se conoce una ciudad de Utopía se conocen todas, tan semejantes son unas a las otras, en lo que la naturaleza de cada lugar lo permite. Las avenidas se trazaron de tal manera que faciliten el tránsito y se hallan a cubierto de los vientos. Los edificios se encuentran extremadamente bien cuidados y limpios, formando dos líneas continuas de casas enfrontadas en cada calle.
Un oficio hay que ejercen todos los utópicos, hombres y mujeres: la agricultura, del conocimiento de la cual ninguno está dispensado. Además de la
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