Úrsula Iguarán

ÚRSULA IGUARÁN

Introducción:

Nuestro equipo optó por hablar sobre la majestuosa Úrsula Iguarán, debido a que mientras leíamos la novela nos percatamos de todas sus grandes cualidades, que la hacían no solo el miembro mas importante de la familia Buendía, si no que una persona extraordinaria, digna de admiración en todos los sentidos, y por lo cual la consideramos el personaje perfecto para analizar, tanto en su personalidad como simbólicamente.

Es la misma Úrsula, quien da origen a Macondo. Mujer temerosa de dar a luz a un niño; mitad niño, mitad animal. Con esto, ella decide permanecer virgen con algunas particularidades de protección, y su marido; mata a un hombre quién hace sugerir la idea, de que el matrimonio con Úrsula, no ha sido plenamente consumado. La muerte de esa idea, genera fantasmas al marido, al punto de trasladarse para acallarlo. De esta acción, surge nuestra misteriosa y mágica fundación del universo, que es Macondo y así; comienza la trayectoria que marca plenamente el concepto de matriarca, directamente sobre Úrsula; cuyos embarazos dan vida a nuestras 2 líneas paralelas: los Aurelianos y los Arcadios.

Podemos indicar la siguiente cita:

“Pero la lucidez de niños en el vientre de la madre, no es un anuncio de ventriloquía ni de facultad adivinatoria, sino una señal inequívoca de incapacidad para el amor. “ (pág. 214)1

La falta de amor le da un vuelco entero a la lectura, al lector, a las palabras enunciadas. Donde los hijos, de Úrsula Iguarán, harán la historia a su modo, a su imagen, a sus experiencias y a sus errores. Pero es aquí, cuando Úrsula usa su dote de mujer, su valentía, su madurez y su importancia para la estabilidad de la novela.

“En cualquier lugar que estuvieran, recordaran siempre que el pasado era mentira, que la memoria no tenía caminos de regreso, que toda primavera antigua era irrecuperable, y que el amor más desatinado y tenaz era de todos modos una verdad efímera. “ (pág. 166)

“En la duermevela de la crítica la visión ciega e iluminadora de Úrsula invita más de una respuesta.”

Con lo anterior, damos una idea general, de lo que en un tiempo incipiente de nuestro universo de lectores; fue Úrsula Iguarán. Una mujer tan dedicada, tan determinante, tan llena de vida; así como de valentía. Y eso por esto que decidimos hablar de ella, pues es un orgullo, un sentimiento que representa a todo sentido materno, a todo sentido de bondad y de amor. Úrsula, representa el esfuerzo de toda una generación, representa nuestros cimientos, nuestras ganas de crecer y de seguir por el camino difícil, para encontrarnos con una recompensa, que hace que todo valga el valor, y la pena.

Llegamos a la parte personal de la lectura, el lector, quien a cada página nos acompaña, él es quien le da vida e imaginación, e incluso estructura a cualquier línea, verso y sentimiento.

Es aquí donde, el lector mismo, se da cuenta de todo el esfuerzo e investigación que se llevó a cabo para lograr una unidad del texto, un desarrollo y un final. Porque para hablar de Cien Años de Soledad; tuvimos que adentrarnos a “La Soledad De América Latina”, pues aquí se describe un nacimiento, una guerra, la muerte y el sufrimiento, se da a conocer una vivencia tan verdadera, tan nefasta, tan acallada, que es imposible no percatarse de la relación entre textos, entre palabras, y reconocimientos.

También, utilizamos libros, como son El Arte de Releer a Gabriel García Márquez y Diccionario de Símbolos los cuales, nos ayudaron a complementar la idea principal, el desarrollo y nuestro sentido de la vida, en la novela.

Con todo esto, nos damos cuenta, que no somos los únicos, que descubrieron Cien Años de Soledad, no por nada es una novela que se quedará por siempre, en nosotros y en nuestra mente. No por nada son Cien Años de Soledad.

Desarrollo:

Aspecto Psicológico

En este punto, hablaremos sobre el ser y carácter que conforman al gran personaje de Cien Años de Soledad. Desde el principio de la novela, Úrsula tiene un gran impacto sobre todos y cada uno de los personajes de Macondo, ella representa la estabilidad, la uniformidad y la estrecha unión de una familia centenaria.

Es preciso, en este punto del texto; indicar la cita:

“Ante su indecisión de abandonar Macondo, Úrsula su mujer, lo detiene y le dice que se ocupe de sus hijos. “ (pág. 63)

Con esta frase, nos damos cuenta de la influencia como madre, como esposa, como líder y como matriarca que tiene nuestra gran Úrsula Iguarán, para mantener el camino recto hacia una felicidad inexacta.

Cabe mencionar, la significación y el sentimiento que Gabriel García Márquez le da a esta mujer, de virtudes tan grandes y quizá precarias, así como el Sol que ilumina la faz de Macondo. Úrsula representa en menor escala, a la abuela de Márquez, un símbolo, una persona llena de bondad, de valentía, de coraje para seguir adelante y sobre todo con una fortaleza sobrenatural.

Úrsula, que con el poder del llanto, puede destruir barreras, y volverlas a construir; pues ella es el elemento imprescindible en el imperio de la estirpe, de nuestros agraciados Buendía.

Desde que estuvo embarazada, de sus hijos, ella tenía un sexto sentido, un aura que le decía que algo iba mal, o muy mal. El día en que se oyó el llanto de su hijo dentro del vientre, supo que la estirpe, sería no más, sino una serie de eventos amargos, o dulces, o particularmente secos. Desde entonces, Úrsula formó un carácter fuerte, pero noble.

Aspecto Social

Aquí resaltaremos, el desarrollo de la vida a lo largo de Macondo, de nuestra señora Iguarán. Al principio observamos que ella es la iniciadora, la fundadora, la madre. Que así como guía a sus propios hijos, guía al pueblo, la mujer poderosa que transmite su experiencia, y su compasión mediante amor a los demás. Esa mujer que tiene dos hijos, y a pesar de ello, acepta a una tercera, acepta lidiar con los problemas de seres indistintos, de seres que necesitan amor y necesitan un suelo, donde sembrar un árbol para saber que la vida aún sigue.

Úrsula cuida los amores, cuida a Amaranta y a Rebeca, cuida el lazo de amor que está tan delgado junto a ellas. La mujer que evita fracasos y desgracia, la misma mujer que ve su riqueza y fortaleza, construida y derribada en cuestión de días, de meses.

La misma mujer, esposa y madre, que a lo largo de los años vio crecer a sus retoños, es la misma que con el sudor de su frente y con sus propias uñas, trata de levantar su hogar, levantar el ánimo, y levantar la vida, mediante sus caramelos. Y es esa misma afinidad a vencer, lo que le permite subir de escala, subir las

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