Niveles de coherencia musical

Niveles de coherencia musical

La antropología de la música puede definirse como el estudio de la diversidad de las formas de escucha. La coherencia musical puede ayudar a definir la cultura. ¿De qué maneras contribuye la música a construir mundos de sentido?

Cuatro niveles en que esta contribución se produce:

• gramática del sistema sonoro
• texto musical
• la situación interactiva
• esquemas prácticos, isomórficos y sinestésicos de congruencia sociocultural

Imbricación sociocultural: tipo de coherencia en el cual las culturas no están compuestas de categorías estancas, sino que sus elementos se encuentran en una trabazón.

La música no opera con sonidos, sino con la escucha (la actividad del oído que oye). La confusión del sonido como señal acústica y como fuente cultural significa una limitación para entender los sistemas musicales humanos.

Niveles sucesivos de escucha:

• oír: recibir un sonido casualmente
• escuchar: desviación de la atención
• entender: atribuirle información auditiva (causa, origen, etc.)
• comprender: relación con otros sonidos

Principio de inteligibilidad: el oído piensa, oír es creer. Entendemos lo que oímos si lo podemos organizar. Los estímulos sonoros vienen ya pre interpretados.

El análisis etnomusicológico versa sobre el modo de clasificar sonidos, comprenderlos, comunicarlos, cualidades humanas de la escucha.

La escucha se alimenta y opera sobre una paramétrica universal de la música, pero es la idea de la relevancia cognitiva la que jerarquiza y gobierna los modos de escucha, así como el valor que estos conceden a cada parámetro y a la relación entre ellos. (Ejemplo: oído absoluto).

En el concepto de escucha se cifra la inmensa capacidad de los patrones sonoros para vehicular de un golpe todo el mundo social vivido (recuerdo, pertenencia a un grupo, comunidad, identidad, etc.). La música contiene, evoca y construye todos esos mundos de experiencia a través de la relación íntima que establece entre patrones sociales y patrones sonoros.

El hecho musical se vincula a un sistema integrado e íntimamente coherente de disposiciones perceptivas y auditivas.

Ascesis o depuración: suspender el etnocentrismo de un oído tonalmente cultivado presuponiendo en igualdad una misma coherencia interna para todas las músicas.

Paralelo entre lenguaje musical y verbal:

• coherencia gramatical
• coherencia textual
• coherencia contextual, pragmática o interaccional
• coherencia sociocultural

1. Coherencia gramatical

Está emparentado con la analogía lingüística, la cual equipara la música a un lenguaje y orienta a buscar la consistencia interna de manifestaciones musicales en forma de gramática sonora. Son muchas las nociones de la música como sistema de reglas que han sido empleadas, pero básicamente el nódulo de este punto de vista es la noción de “sistema musical”: la ejecución concreta que oímos responde a estructuras o reglas de producción más simples que esa producción en sí misma.

Determinar la coherencia entre lenguaje, sistema o estilo implica diversas operaciones de representación por parte del analista; tres tareas sucesivas:

• Transcribir el sonido: convertir la música en texto musical (no siempre abarca el mundo sonoro de algo; es más un instrumento de prescripción que de descripción)
• Clasificarlo (aparece la imagen de un sujeto colectivo)
• Analizarlo (identificación de los elementos definitorios del corpus y su combinatoria)

1. Coherencia textual

Se refiere a la pieza musical como unidad de sentido, como un universo en sí mismo. El texto musical como efecto estético o intención comunicativa. El centro de análisis lo constituye la noción de “extrañamiento musical” en tanto procedimiento poético: la consideración de los recursos puestos en juego en función de una particular economía expresiva y de una orientación estilística.

1. Coherencia contextual, interaccional o pragmática

Música como instrumento de comunicación. Énfasis sistemático en ejecución (performance), clasificaciones y evaluaciones folk, variabilidad interpretativa y permeabilidad de la música respecto a su contexto social.

Este tipo de perspectiva ofrece la posibilidad de concebir lenguaje y música como productos diferenciados de una misma actividad cognitiva de “construcción de mundos”, y de invertir la unidireccionalidad analogía con el lenguaje.

El orden que gobierna la producción sonora no se busca en el material per se, sino en un universo musical compartido y continuamente recreado por ejecutantes y oyentes. Ese orden se vincula a las formas de la interacción y a la situación creada por la propia música.

Lo que buscamos en la actividad musical son los patrones de evaluación local que permiten organizar, en torno a la música como hecho social, una actividad colectiva.

Un importante principio es el de la invariancia, en el cual la capacidad del intérprete la juzga la comunidad de acuerdo a un modelo provisto por la tradición, un modelo de excelencia compartido. La tradición no es solo una “cosa”, sino un proceso. El sistema musical es una abstracción negociada.

La coherencia del contexto también incluye la calidad de la interacción generada y valor de la experiencia musical. Doble dimensión del evento como experiencia individual y proceso colectivo.

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