Reggaeton como elemento cultural

“Si necesitas reggaetón dale, sigue bailando mami, no pares”.

Sean bienvenidos a mi discurso Lic. Rosas Almaguer y compañeros que es encuentran en esta aula.

Me encuentro frente a ustedes con el fin de hablar de un tema controversial relacionado con la sociedad y con la cultura. Si bien, el reggaetón es uno de los géneros  musicales más controversiales de la actualidad y menospreciado por diferentes grupos sociales, posiblemente solo disfrutado por los milennials.

Para mi discurso, hablaré de los dos lados de la moneda que este tema se involucran. Por un lado, todo el valor cultural que posee el reggaetón y lo que representa en su contexto y de manera paralela, como es que se presentan y perpetúan fenómenos sociales con los que se ha luchado en los movimientos sociales de los últimos años.

El reggaetón en definitiva es un arte, representa la cultura latina y sus características, la fiesta, el calor, como es que a pesar de las carencias y de las problemáticas a las que nos enfrentamos, tenemos motivos para estar felices y disfrutar. Refleja contextos específicos en sus letras y en sus videos, como es que son las calles, a lo que nos enfrentamos, narra nuestra realidad y es precisamente ahí donde se encuentra su función social, reconocer y comunicar como es nuestro modo de vida, nuestras características sociológicas, reflejar nuestros retos y después como es que nuestro contexto, por más complejo que sea, no es lo suficientemente difícil como para no gozar, no bailar una canción de Marc Anthony o gritar a todo pulmón “volverá” de morat.

Sin embargo y como casi todo en la vida, el reggaetón tiene elementos que lo hacen complicado para aceptarse, si bien, al inicio las canciones de reggaetón como “Gasolina” crearon un parteaguas de la revolución sexual de las juventudes de México, el Caribe y Sudamérica, actualmente las canciones de reggaetón tienen contenido sexual explicito que rallan en el machismo, objetivizan a la mujer como elemento de cambio. Por más que la música sea rítmica y resulte inevitable bailar, también resulta inevitable pensar en la manera que se nos trata a la mujer como si fuéramos una cosa, donde lo único que tenemos para ofrecer sea el cuerpo y nuestra obligación es darlo.

Definitivamente el Reggaetón es una forma de expresión valiosa para nuestro continente, sus mensajes de unidad entre naciones y los elementos de progreso entre la comunidad se ven opacados por la manera tan burda de tratar la sexualidad, donde el respeto no importa. Como consumidores debemos ser más responsables de lo que aceptamos y reformular lo que escuchamos y lo que bailamos.

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