Experimento del proceso de la memoria

Experimento del proceso de la memoria

        De acuerdo con Pearson (2012), la memoria es la capacidad del cerebro para poder almacenar y acceder a los efectos que se aprenden en experiencias cotidianas. Por esto mismo, las personas realizan diversos tipos para memorizar, por ejemplo, explícita- conscientemente- o implícitamente -se muestra mejoría en el rendimiento sin que haya recuerdo consciente-.

         Mediante lo anteriormente redactado, a continuación, se explica una actividad que está dirigida a un grupo de niños entre 4 a 5 años de edad (preescolares) y que implica el proceso de memoria explicita e implícita. Se contempló este, debido a que los infantes mayormente creen que siempre están jugando y no están conscientes de la experiencia previa que los llevó a memorizar un suceso o conocimiento, tal como menciona Howe (2003), no recordamos prácticamente ninguno de los sucesos de nuestra infancia.

        Ahora bien, la actividad consiste en que los niños se encuentren en un ambiente de aprendizaje optimo donde puedan observar lo que se les presenta, amplio para colocar el material y se puedan sentar frente a el, tal como una cancha o un salón de usos múltiples. Además, se contempla materiales como: 12 Aros, adornos que simulen fuego para colocar alrededor de los aros, fotos en tamaño tabloide donde se muestre el camino correcto para cruzar y sillas.

Se organiza al grupo para que se sienten en las sillas en 2 o 3 filas, dependiendo la cantidad que asistan, además se colocan 6 aros simulando el fuego en el piso y se procede a hacer preguntas de indagación, tales como ¿Qué pueden observar? ¿Cómo creen que se juegue?  ¿Cómo podemos pasar sin quemarnos? ¿Cómo nos podemos aprender el camino para llegar al otro lado? A continuación, los niños observan por 1 minuto el camino correcto en el tabloide para llegar al otro lado, cuando pasa el tiempo hacen una fila y tratan de cruzar el primero niño, en dado caso que elija un aro que no debía, el niño vuelve a hacer fila para intentarlo nuevamente. Si el grupo está interesado y se observa que pasaron la prueba, se puede modificar la dificultad con 9 y 12 aros. De igual forma, otra manera de cambiar el juego sería no mostrarles el camino y conforme vayan pasando decirles si tocaron un aro que tiene o no fuego, de esta forma, tendrán que estar pendiente de sus compañeros de enfrente para poder llegar al otro lado y no cometer el mismo error de pisar un aro equivocado

Al finalizar, se pueden realizar preguntas de retroalimentación cuando los niños vuelvan a sentarse en sus lugares, tales como: ¿Cómo pudimos cruzar el punto? ¿Qué utilizamos para acordarnos por donde pisar? ¿Qué otros juegos de memoria hemos jugado? ¿Cómo podemos jugar a este juego de otra manera?

Mediante esta actividad, primero se puede utilizar la memoria explicita, ya que estarán conscientes por un determinado tiempo el camino correcto para no perder en el intento; después, con la modificación de ir pasando sin saber e intentarlo nuevamente, los niños no tendrán un recuerdo o guía para llevar, pero reconocen cuál es el juego y lo que deben de hacer.  

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