Análisis De La Trilogía Cinematográfica ‘Azul, Rojo Y Blanco'

“Entre la luz y la oscuridad de la naturaleza hay cientos de grados tonales distintos…”

(DONDIS, 1973, pág. 62).

Ver, es un acto individual y general de todos los seres humanos, a diferencia del acto de percibir que es propio porque es delimitado por nuestra fisiología, y simultáneamente por los condicionamientos culturales y estados psico-anímicos.

Según la teoría de D.A. Dondis , ‘La sintaxis de la Imagen’, expresamos y recibimos mensajes visuales a tres niveles: representacionalmente, abstractamente y simbólicamente; esto quiere decir que a la par, lo que vemos lo reconocemos por medio del entorno y la experiencia de vida; así como, por medio de nuestros sentidos decodificamos la información obtenida, seguida de clasificarla, y por último, la relacionamos con información existente en nuestro sistema mental. Por medio de las características comunes, la relacionamos y creamos símbolos que codifican y simplifican la información de manera práctica.

Curiosamente, su Trilogía tiene el siguiente orden: ‘Azul’, ‘Blanco’, y ‘Rojo’. Utiliza los tres colores tan sólo no como técnica visual, sino que Kieslowsi realiza una analogía por medio de las características y significado cultural de los tres colores con las características de los tres posibles momentos del proceso básico y general de la vida de cualquier ser humano: el blanco representando el nacimiento; el rojo el crecimiento; y el azul el estancamiento alusiva a la muerte.

Curiosamente, su Trilogía tiene el siguiente orden: ‘Azul’, ‘Blanco’, y ‘Rojo’, orden, que según mi análisis podría haber sido transformado por su autor y director con el fin de turbar la significación autónoma de los receptores.

Si nos adentramos en su representación discursiva visual, notaremos que al ser ‘Azul’, ‘Rojo’, y ‘Blanco’ el orden que decidí escoger para este análisis, deseo demostrar que este es el orden que todos conocemos pues lo vivificamos eternamente. Aún así, en el transcurso de nuestra cotidianidad, la dirección y el orden de los sucesos se presenta de manera cíclica, circular, íntimamente consolidado con el carácter impredecible de las perspectivas y reacciones humanas.

Por otro lado, podemos identificar claramente elementos básicos de comunicación visual como el punto, que representa el inicio global, o en conjunto de La trilogía de los colores al verla como unidad, como trilogía; así como el inicio del ciclo de historias individuales de cada uno de los largometrajes, ‘Azul’, ‘Blanco’, y ‘Rojo’; y por último, en el inicio de las historias individuales de los protagonistas presentes en cada representación, Julie (Juliette Binoche), Karol (Zbigniew Zamachowsky), y Valentina (Irène Jacob).

En una línea horizontal, constante, infinita, Julie se ve representada, aunque en un principio armónica, en el momento en que sufre un accidente y fallecen los únicos dos integrantes de su núcleo familiar, ocurre el quiebre, logrando así la inmersión de la técnica de El opuesto. Si en un comienzo gobernaba la euforia representada con sentimientos de felicidad y estabilidad, relacionada con su familia; luego de la pérdida, queda como resultado la disforia, la tristeza e inestabilidad emocional, representada en repetidas ocasiones con el color azul, su opuesto. En el transcurso de la trama, vemos claramente esta misma técnica visual representada en las inmersiones de ella en la profunda y estancada piscina. En las muestras cortas

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