Coppelia - Ballet En Tres Actos

Acto Primero : Plaza en un pueblo de Galitzia

Swanilda descubre una mañana a una hermosa niña que aparece sentada en el balcón de la casa del Doctor Coppelius leyendo un libro. Franz el novio de Swanilda, también a reparado en ella, circunstancia que provoca los celos de su prometida. Swanilda se aparta siguiendo a un grupo de amigas, que intentan dar caza a una mariposa.

Los habitantes del lugar se reúnen y el Burgomaestre les anuncia que al día siguiente se celebrará una fiesta con motivo de la instalación de un nuevo reloj en el jardín de su residencia, prometiéndoles que ofrecerá una buena dote a todas las parejas de enamorados que se comprometan en esa oportunidad. Siguiendo una antigua tradición el Burgomaestre trata de persuadir a Swanilda para que ponga a prueba el amor de Franz, escuchando a través de una espiga de trigo la palabra reveladora. Si su novio la quiere, deberá pronunciarse afirmativamente, pero Swanilda, no oye nada, convencida de que Franz se ha enamorado de la niña que ha visto en el balcón de Coppelius.

Poco después el anciano doctor sale dispuesto a tomar su habitual trago de todas las tardes. Un grupo de jóvenes se burla de él y en la confusión Coppelius pierde la llave de su casa. Swanilda y sus amigas la encuentran y llevadas por la curiosidad deciden entrar para observar de cerca de la niña del balcón. Coppelius vueve en busca de la llave y sorprendido al encontrar la puerta abierta, entra rápidamente en su casa. Franz llega poco después dispuesto a escalar el balcón donde viera poco antes a Coppelia.

Acto segundo: En casa del Dr. Coppelius

Swanilda y sus amigas se asustan al penetrar en el oscuro y misteriosa salón de la casa de Coppelius, repleto de extrañas figuras. Pero las jóvenes advierten rápidamente que se trata de muñecos fabricados por el dueño de casa. Coppelia, la niña del balcón es también un maravilloso autómata. Swanilda se ríe pensando como Franz ha podido enamorarse de una muñeca. Mientras tanto regresa el Dr. Coppelius quien sorprendido y disgustado a la vez por la presencia de las visitantes las despide enérgicamente. Swanilda se oculta detrás de la cortina que protege a Coppelia. Franz llega en busca de su novia y Coppelius aprovecha la presencia del nuevo intruso para poner en práctica un experimento que maduraba de tiempo atrás. Con fingida amabilidad ofrece a Franz una bebida que rápidamente le hace perder los sentidos.. El anciano trae a Coppelia que aparece sentada en una tarima, tal como se la viera en el balcón e intenta infundirle la vida del inanimado Franz. Sorprendido Coppelius advierte que la muñeca comienza a tomar vida. ¡Su experimento ha sido un éxito! Pero Coppelia se comporta tan mal que el anciano se ve obligado a restituirla a su alcoba. Franz recobra entonces el conocimiento y el viejo doctor completamente exhausto, le ordena retirarse. Swanilda que en realidad

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