Coro de parroquianos
Enviado por chrisgonzalo • 17 de Diciembre de 2014 • Síntesis • 1.242 Palabras (5 Páginas) • 186 Visitas
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Coro de parroquianos
“Este es el peor lugar del mundo y nada termina bien jamás, aquí canta este coro de tristeza su viejo rumor de soledad. Aquí nadie nos puede amenazar si al fin es imposible vivir peor es preferible estar muerto en otro lugar antes que seguir vivo en este bar.” (Dolina, 2009, 20)
El objetivo de este escrito es el de ofrecer una lectura diferente de “Bienvenido, Bob”, cuento del autor uruguayo Juan Carlos Onetti, publicado por primera vez en
La Nación
en el año 1944. Esta nueva interpretación del cuento ensaya una lectura en la que el narrador en primera persona es en realidad un desdoblamiento del personaje de Bob/Roberto, quien lucha entre su “...necesidad...” (Onetti, 2009, p94) de aferrarse a la juventud –cuya metáfora es representada por el personaje de Inés–, y la conciencia de que tal “matrimonio” será imposible por la acción del tiempo. Como base para la comprensión de esta lectura es necesario estudiar, en primer término, al narrador que nos propone el autor: sus formas de expresión, sus intereses, sus silencios, pero más que nada, la visión que el narrador tiene de su propia realidad. Onetti utiliza para este cuento un narrador en primera persona: “Cuando volví a verlo, cuando iniciamos esta segunda amistad que espero no terminará ya nunca...” (p98). Este narrador nos brinda un doble efecto: por un lado la cercanía de la historia y del personaje, que nos permite conocer cómo piensa en contraposición a cómo actúa, o lo que dice; pero por otro lado lo que estamos viendo es lo que el narrador ve –en el mejor de los casos–, de la forma que él quiere que lo veamos, y sólo aquello que él quiere, mientras escuchamos la historia de su propia boca. Entonces, si queremos tener una visión más acabada de lo que realmente pudo haber pasado, debemos leer entre líneas.
3Con esto en mente, observemos que el Narrador
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está en el presente. Nos cuenta el pasado, sí, pero lo está mirando desde de la perspectiva del presente. Él ya sabe que la juventud de Bob no va a durar, y nos lo avisa. El cuento arranca explicándonos que ese Bob que va a describir ha desaparecido, y en su lugar, ha quedado este que “...ahora que se llama Roberto y se emborracha con cualquier cosa, protegiéndose la boca con la mano sucia cuando tose...” (p92). También da a entender cierta admiración o envidia por “...Bob, en su pureza, su fe...” (p99), que luego concreta diciendo: “Yo no tenía por él más que odio y un vergonzante respeto...” (p93). Pero ¿cómo describe físicamente el Narrador a Bob? Nos dice que tenía el “...pelo rubio colgando en la sien, la sonrisa y los lustrosos ojos...” (p92), también que tenía una “...mirada azul...” (p92) y una “...cara soñolienta, dichosa y pálida...” (p92). Esto debería ser suficiente como para que nos imagináramos un hombre joven, probablemente un adolescente; sin embargo, nos confirma esto cuando dice: “...alguno tan rabiosamente joven como él...” (p92), o cuando lo compara con Roberto y dice “...cada día estará más viejo, más lejos del tiempo en que se llamaba Bob...” (p92). La descripción que sí es exhaustiva es la de sus acciones, sus gustos, su forma de ser. Sabemos que "...amaba la música..." (p99), que Bob era “...dueño del futuro y del mundo...” (p99), y que “...planeaba ennoblecer la vida de los hombres...” (p99), con “...la infinita ciudad que Bob construiría sobre la costa cuando fuera arquitecto...” (p92)
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. Pero más que nada, sabemos que Bob mantenía por el Narrador –o por quienes en aquel momento representaban para Bob lo que es en la actualidad el Narrador– un “...intenso desprecio...” (p92) Ahora bien, ¿por qué presuponer que el narrador en primera persona es un personaje falso dentro de la historia? ¿Cómo llegamos a
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