De Mitos Y Leyendas El CLAEM En El 2011
Enviado por • 25 de Junio de 2013 • 1.546 Palabras (7 Páginas) • 328 Visitas
De mitos y leyendas
El CLAEM en el 2011
Gracias a la naciente inventiva de I Musicisti (luego Les Luthiers) - una rama no
académica lanzada desde el primer piso de Florida 936/940 en 1967 -, el Centro
Latinoamericano de Altos Estudios Musicales (CLAEM) es a veces más conocido como
el Manuela y su fundador-director como Johann Sebastian Mastropiero. Ninguno de los
ex profesores o ex becarios ha logrado hasta hoy alcanzar y menos eclipsar la fama
musical de este conjunto.
El CLAEM, creado en 1961, inició actividades en 1962 con el Primer Festival de Música
Contemporánea y el primer llamado a concurso para becarios, y fue el único de los
centros del Instituto Torcuato Di Tella en impartir enseñanza. Este Instituto había sido
fundado en 1958 con una amplia visión cultural proveniente de un exitoso
emprendimiento comercial. Desde el inicio, tanto el CAV (Centro de Artes Visuales),
como el CEA (Centro de Experimentación Audiovisual), el CEUR (Centro de Estudios
Urbanos y Regionales), el CIE (Centro de Investigaciones Económicas), el CIS (Centro
de Investigaciones Sociales), el CIAP (Centro de Investigación en Administración
Pública), el CIN (Centro de Investigaciones Neurológicas) y el DACA (Departamento de
membresía de los Centros de Arte) - tal vez me olvide de alguno - enfocaron sus
actividades en otros campos; los más cercanos y no sólo físicamente fueron el CAV (a
cuyo frente estuvo el controvertido y polémico Jorge Romero Brest) y el CEA (dirigido
por el multifacético Roberto Villanueva), cuya finalidad era, en el caso del CAV la de
“cooperar en la promoción y conocimiento de las artes visuales, e intensificar la
comunicación con centros similares nacionales y extranjeros”. Otorgaba distinciones
como el Premio Instituto Di Tella, se ocupaba de exponer periódicamente las
coleciones de Torcuato Di Tella así como de organizar muestras y espectáculos
audiovisuales de artistas nacionales y extranjeros; y contaba con una biblioteca
especializada “en constante actualización”. Las actividades del CEA - menos
transgresoras de las buenas costumbres cristianas y burguesas que el CAV - se
involucraban regularmente con las del CLAEM en realizaciones multimediales. ¿Cómo
no recordar aquí la inconfundible voz de Roberto Villanueva, los hermosísimos diseños
de Juan Carlos Distéfano y las magníficas fotos de Humberto Rivas?
Del resto de los centros apenas se tenía noticias en Florida 936/940, alejados tanto
material como espiritualmente de los de producción artística.
El inglés John King incluye en su libro sobre el Di Tella una entrevista a Ginastera,
quien narra allí - en ocasión de una de sus frecuentes visitas a los Estados Unidos -
los orígenes del Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales y cómo llegó a
ser su fundador y director (en lugar del también candidato, el mexicano Carlos
Chávez), luego de su exitosa entrevista con la junta de la Fundación Rockefeller:
“Entonces en ese momento vienen los estrenos míos, en el 61, en el mismo festival de
Washington se estrena el Concierto para piano y la Cantata de [sic] América Mágica,
que fueron dos éxitos increíbles, increíbles, además las obras son muy interesantes,
muy personales, que se hacían muy bien...” 1
1 J. King, “Entrevista a Alberto Ginastera”, en El Di Tella y el desarrollo cultural argentino en la
década del sesenta (Buenos Aires, Asuntoimpreso, 2007), p. 353.
2
Estas dos obras - el Concierto y la Cantata (“Cuando yo escribí la Cantata para
América Mágica, a mí me vino a la mente por los textos, una obra fundamentalmente
americana” 2) - están ligadas al consolidado prestigio estadounidense del compositor
Ginastera quien, además, demostró en esa definitoria entrevista su innegable y
convincente habilidad organizativa. Ambas cualidades permitieron que varias camadas
de becarios latinoamericanos se beneficiaran de tal conjunción, aunque varios de ellos
no siguieran por las sendas vislumbradas por Ginastera y devinieran creadores
contestatarios.
En la folletería de 1964 se anuncia que el CLAEM “se propone apoyar la investigación y
creación musicales especialmente en el plano de la música contemporánea, en
particular americana y argentina, e incrementar la comunicación con centros similares
nacionales y extranjeros. El Centro dispone, en Florida 940, de un amplio local donde
se hallan instaladas aulas, gabinetes con pianos y escritorios, un moderno Auditorium,
la Biblioteca con una importante colección de tratados musicales de América, sección
revistas y periódicos musicales en continua actualización, y fichero general de las
bibliotecas musicales de la Argentina; funciona, además, una Discoteca especializada”.
En la del bienio 1967/68, se explica que el CLAEM “tiene por objeto brindar a los
jóvenes compositores del Continente la oportunidad de realizar, en la ciudad de Buenos
Aires, estudios e investigaciones bajo la dirección de profesores especializados, y de
proseguir la ya iniciada labor de creación artística. El Centro imparte enseñanza
superior con énfasis hacia las tendencias más avanzadas del pensamiento musical
contemporáneo, sin imponer a los alumnos el lenguaje técnico ni determinar su
orientación estética. Todas las doctrinas del arte de nuestros días son expuestas y
examinadas con un criterio imparcial y con espíritu no dogmático, pues el creador debe
elegir libremente la forma de expresar su pensamiento de acuerdo con la realidad del
mundo que lo rodea. Es éste el primer Instituto
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