Dogma 95: la relatividad de los mandamientos en el espíritu vanguardista y el cine de autor
Enviado por Mariascanedo • 20 de Febrero de 2013 • Reseña • 2.915 Palabras (12 Páginas) • 423 Visitas
Dogma 95: la relatividad de los mandamientos en el espíritu vanguardista y el cine de autor
El momento histórico en el que surge el Dogma 95 en manos de los cineastas daneses es un factor muy relevante para comprender el movimiento. En la década del ’90 la hegemonía cinematográfica hollywoodense, ya asentada hace varios años, dominaba por completo el mercado, y eso es lo que remarca un carácter radical de la propuesta en manos de Lars Von Trier, Vinterberg, Kristian Levring y Soren Kragh-Jacobsen, creadores del Dogma 95. Es por esto que se pretende definir a esta ruptura como un gesto vanguardista, aquello que rompe con las reglas convencionales predominantes e instaura una nueva mirada o un nuevo modo de producción, pero, en este caso, únicamente dado por el momento preciso en que se incorpora en la historia (por ese entonces, el cine norteamericano había caído en una producción de cierta “blandura” en sus propuestas, historias con finales previsibles y un sistema de géneros que desembocaba en una cierta monotonía) y no porque planteen algo completamente original, puesto que acciones de este tipo ya se habían observado, por ejemplo, con la Nouvelle Vague en la década del ’60 y su ruptura con el cinema de qualité. Y, de hecho, este “nuevo” modo de filmar se reconoce como una regresión a los recursos primitivos del cine.
Es pertinente rescatar en esta instancia la categoría de cine de autor, entendiéndola como aquella en la cual el director tiene un papel preponderante al basarse normalmente en un guión propio; éste realiza su obra al margen de las presiones y limitaciones que implica el cine de los grandes estudios comerciales, lo cual le permite una mayor libertad a la hora de plasmar sus sentimientos e inquietudes en la película. El Dogma 95 encaja perfectamente en esta categorización, podríamos afirmar que sí, es un cine de autor, pero teniendo en cuenta los mandamientos del dogma, y específicamente el número 10: el director no debe aparecer el los títulos de crédito, se genera una gran paradoja, ¿realmente se lo puede caracterizar como un cine de autor?
Por otro lado se afirmará, con los fundamentos precisos, que ese “voto de castidad”, esas reglas necesarias para llevar a cabo un filme no eran inexorables; es decir, la primacía del pensamiento rupturista, no estaba dada en las reglas específicamente sino en el pensamiento que conllevaban tales aseveraciones. Se concluirá que, llevarlas “al pie de la letra” no era el elemento exclusivo para determinar su carácter rupturista.
Es entonces que tratar a la figura nodal que representa Lars Von Trier en el dogma es ineludible, puesto que si hablamos de un “pensamiento” detrás de esas reglas, es necesario hablar de la persona que lo hace posible.
Retomando aquella controversia antes mencionada, la idea de este trabajo surge a partir de querer fijar un punto de vista diferente al de las posiciones que se han tomado frente al Dogma 95, es decir, en general se lo critica por no cumplir sus mandamientos, se observan sus filmes buscando el error, pero si tenemos en cuenta el supuesto antedicho, la mirada tendría que fijarse en la critica social que se genera en esas películas, en los innovadores gestos aplicando los “viejos” recursos cinematográficos, y no en cómo cumplen sus reglas o no; lo que no quiere decir que no sea pertinente prestar atención al manejo de estas normas en los filmes.
El bagaje bibliográfico que trata la temática del Dogma 95 es relativamente amplio. Muchos de ellos se centran únicamente en la figura que representa Lars Von Trier, su trayectoria filmográfica y su vida personal, y otros toman como eje principal al Dogma 95.
Entre ellos se encuentra el libro de Jack Stevenson Lars Von Trier, el autor nos cuenta de Von Trier, el dogma y sus filmes, pero su relato se destaca por ser más biográfico, incorpora los análisis fílmicos pero siempre en la perspectiva de lo que es el director como persona, y cómo los acontecimientos en la vida de éste repercuten en su manera de hacer cine. Es así que entrelazando la vida del director y sus películas trazará cronológicamente la carrera del artista. Es interesante el libro porque facilita el anclaje de Lars Von Trier como persona, ayuda a un entendimiento más completo de él. El historiador, analizará el cambio histórico que generó la Segunda Guerra Mundial no sólo a toda una generación sino específicamente cómo se vio afectada la familia de Lars Von Trier. Cuenta que se generó un choque de disciplinas en la infancia del director; por un lado una vida doméstica sin límites influenciada por la postura política de los padres, y por el otro una escolar hiperreglamentada. Rechazando este sistema escolar, Von Trier desde niño creará sus propias “reglas del juego”. Su filmografía seguirá esta concepción, oponiéndose así al sistema industrial-comercial cinematográfico, no solo no se dejará llevar ni por los premios de los festivales ni por la crítica periodística sino que, como aclara Stevenson, Von Trier encontraba divertido provocar a la crítica e ir en contra de la misma. Con este carácter de rebeldía su interés se centrará entonces en plasmar sus ideas utilizando las técnicas cinematográficas a su gusto. Es así que, a partir de la lectura de este libro uno comienza a vislumbrar los motivos de trasfondo que conllevan, quizás, a la creación del Dogma 95.
Por otro lado, el libro de Richard Kelly, El título de este libro es Dogma 95, recolecta las experiencias de diferentes viajes del autor investigando y documentalizando el movimiento de cine danés Dogma 95. Es un trabajo de investigación que recolecta información y describe a este movimiento cinematográfico. En éste, no se destaca una profundidad específica en la persona del director, pero sí ayuda a recolectar y ordenar la información existente sobre el tema.
Entre libros, artículos, revistas, se destacan muchos trabajos que tratan sobre este surgir del dogma; algunos intentan determinar el punto de fuga de éste y otros justificarlo. Entre estos últimos se encuentra el texto de María Antonia Vélez Serna, Dogma 95: provocación, emoción y estilo, en donde se propone un seguimiento del Dogma, el por qué de la elección de sus reglas y cómo es el funcionamiento de éstas. El texto propone responder a la ofensiva que deviene del espectador “ilustrado” en el cine moderno receloso del clasicismo y puesto en guardia contra en bombardeo alienante o idiótico de los medios masivos. La autora juega con un vaivén de reclamos por parte de la crítica y las fundamentaciones que se explicitan en el carácter del cine bajo el Dogma 95 o mismo bajo otras tendencias artísticas de vanguardia, que también tuvieron que defender su posición en situaciones similares, como lo
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