“EL DESAFIO” GUION LITERARIO
Enviado por Piettro Di Girólamo • 6 de Septiembre de 2016 • Tutorial • 3.187 Palabras (13 Páginas) • 623 Visitas
“EL DESAFIO” GUION LITERARIO
ESCENA 1- CEMENTERIO - EXT. NOCHE Una densa niebla permite ver con claridad a pocos metros. JULIO ERNESTO camina sujetando un cuchillo en su diestra mientras que con la zurda sostiene casi arrastrando un farol. Viste sobretodo claro. Avanza abriéndose camino entre lápidas y grandes árboles. Sólo se oyen sus movimientos y su respiración. A lo lejos, destacándose en un espacio abierto, luce un imponente árbol oscuro, una atmósfera sonora extraña empieza a escucharse. JULIO ERNESTO se encamina en dirección al árbol cuando un fuerte bufido irrumpe, JULIO ERNESTO gira y levanta el farol.
JULIO ERNESTO ¡¿Quién anda?!... Son ustedes ¡Basuras!
Su mirada recorre lentamente el lugar, sólo ve lápidas y árboles dentro del rango visible, gira y empieza a caminar apresurado y alerta hacia el árbol, su respiración aumenta. El árbol de cerca intimida, muestra sinuosas ramas negras sin follaje y grandes raíces que sobresalen de la tierra. Emana un denso vapor que parece darle movimiento. JULIO ERNESTO se detiene frente a él y levanta el cuchillo cuando irrumpe nuevamente un bufido, gira y puede ver de manera difusa por la niebla una FIGURA oscura indefinida, JULIO ERNESTO observa inmóvil, la FIGURA en un movimiento lento alza su brazo mostrando fisonomía humana y destacando un gran facón, la expresión tensa de JULIO ERNESTO deviene en aterrada.
JULIO ERNESTO ¡No, no, no!
JULIO ERNESTO retrocede, trastabilla y cae. El cuchillo escapa de sus manos y el farol queda girando en el suelo. Con movimientos nerviosos toma el cuchillo, se incorpora y quiere ponerse en guardia. Su rostro refleja pánico, pretende respirar pero le es dificultoso. A pocos metros se puede ver una FIGURA humana cubierta por completo con un ropaje oscuro que emana un espeso y abundante vapor. A pesar de mantenerse inmóvil, la FIGURA se acerca a JULIO ERNESTO a ritmo constante empuñando un facón en su diestra. La luz inestable del farol que gira balanceándose en el suelo aporta confusión. JULIO ERNESTO espera en guardia y empieza a mostrar los dientes con furia cuando su expresión de disipa.
JULIO ERNESTO ¡¿Vos?!
Su palabra apenas se escucha. Respira profunda y dificultosamente. Baja la guardia y recupera una posición erguida, La FIGURA se detiene frente a él.
JULIO ERNESTO Pero... ¡¿Vos sos idiota?!
La FIGURA da un paso atrás y embiste con fuerza, clava el cuchillo en el estómago de JULIO ERNESTO que cae, abre bien grande su boca de la cual apenas sale un gemido y cae. La FIGURA toma del suelo el cuchillo llevado por JULIO ERNESTO, quien se escucha agonizar.
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TITULOS: SE VEN DIBUJOS QUE RECONSTRUYEN LA LEYENDA DE LA QUE HABLA EL PERITO.
PERITO (OFF) ¿Ha escuchado sobre la leyenda del Espíritu Negro?
COMISARIO (OFF) No hace mucho que estoy en el pueblo pero sí, algo sé.
PERITO (OFF) En la campaña del desierto, en 1878, los problemas entre soldados se resolvían con duelos a cuchillo junto a un árbol frondoso. Un día, un soldado queda malherido y no le dieron muerte sino que lo enterraron vivo junto al árbol, y con una maldición. Así empieza la leyenda del Espíritu Negro.
ESCENA 2 – OFICINA DEL COMISARIO – INT. DIA Sobre un escritorio se ven fotos, dibujos y un par de libros. El COMISARIO observa un titular sosteniendo los anteojos sin ponérselos. Es un hombre de 45 años, semicalvo, tiene el rostro curtido por el sol y expresión dura. Tiene una camisa con el escudo de la fuerza policial claramente descolorida y pantalón negro con similares características.
COMISARIO ¿Cuál es la leyenda?
El PERITO es un hombre de 35 años, de aspecto cuidado, viste pulóver y pantalón azul. Le acerca un libro abierto al COMISARIO, puede verse el dibujo de una presencia fantasmal con un facón junto a un árbol sombrío.
PERITO El Espíritu Negro es una presencia fantasmal que ronda el árbol maldito del cementerio y mata a quién le ofrece duelo sin piedad y sin dejar huellas, porque según dicen, se desplaza por el aire.
ESCENA 3 – SALA DE COMISARIA – INT. DIA El CABO anota en una planilla de la mesa de entradas, pasa El COMISARIO y toma unos papeles mientras se aproxima los lentes, el CABO lo sigue.
COMISARIO ¿Martínez escribe rápido?
CABO Si señor comisario, y Literas custodiará los testigos.
El COMISARIO se detiene frente a BALDINO, ISMAEL y HERIBERTO, los tres observan hacia abajo, el COMISARIO los mira casi agresivamente por sobre sus lentes.
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COMISARIO Bien... ¿Dónde anda Literas?
CABO Está llegando señor. Llamó el fiscal para ped..
COMISARIO (interrumpe) El juez va a recibir las actas firmadas por los testigos, punto!
Un OFICIAL ingresa con un linyera andrajoso del brazo. El COMISARIO lo ve y se frena.
COMISARIO Cubanea!!!
OFICIAL La señora de Alfonso dice que estaba molestando de nuevo.
COMISARIO ¡Sacale las cosas y dejalo todo el día encerrado! ¡Qué fiscal ni fiscal!
CUBANEA balbucea protesta sin que se le entienda palabra mientras es llevado. El COMISARIO gira hacia los testigos pero se dirige al CABO.
COMISARIO Y dígale a Literas que los testigos tienen prohibido hablar hasta que yo disponga lo contrario!
ESCENA 4 – SALA DE INTERROGATORIOS - INT. DIA El salón es austero, junto a una ventana hay un viejo y deteriorado escritorio donde se sienta el COMISARIO, a un costado MARTINEZ, en un pequeño pupitre con la máquina de escribir. Sentado enfrente está BALDINO, un hombre de 50 años que peina canas, de buena contextura física y mirada ruda aunque baja y evasiva.
COMISARIO ¿Conocía usted a Julio Ernesto Salerno?
BALDINO Sí señor.
COMISARIO ¿Era amigo de él?
BALDINO Conocido nomás... Hacía mucho no lo veía.
COMISARIO ¿Qué fue a hacer Julio Ernesto al bar?
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BALDINO Había unas viejas apuestas de naipes... poca plata por cobrar en realidad. Creo que fue eso.
ESCENA 5 – BAR DE HERIBERTO - INT. NOCHE (FLASHBACK) BALDINO deja el mazo de cartas a su izquierda y aguarda, HERIBERTO toma el mazo con su izquierda mientras se persigna, susurra una breve oración y corta. BALDINO comienza a repartir. ISMAEL es el primero en recibir y a medida que levanta naipes evidencia entusiasmo hasta largar una risa victoriosa.
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