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EL RETORNO DEL REY


Enviado por   •  2 de Junio de 2014  •  2.507 Palabras (11 Páginas)  •  246 Visitas

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Un género cinematográfico que se ha puesto de moda en los últimos años es el épico. Películas como 'Gladiator', de Ridley Scott, o 'Troya', de Wolfgang Petersen, así lo atestiguan. De todas ellas, la que más expectación ha levantado y mejores críticas ha cosechado es la trilogía de 'El Señor de los Anillos'. Peter Jackson no ha defraudado a los miles de incondicionales de Tolkien y nos ha brindado tres películas con una realización impecable. Ha sabido traducir en imágenes el ubérrimo mundo ficticio del escritor sudafricano con una fuerza tal, que no es arriesgado decir que su representación de la Tierra Media va a quedar grabada en el imaginario colectivo como la auténtica, de modo que las nuevas generaciones que lean las novelas se figurarán a Aragorn con los rasgos de Viggo Mortensen. Jackson ha hecho un trabajo cuya magnitud se puede comparar a los dibujos que Gustave Doré creó para ilustrar el 'Quijote'.

Aquí sólo voy a analizar 'El Retorno del Rey'. No obstante, aludiré con frecuencia a las películas que le preceden.

Las tres tienen un punto en común, que es un prólogo que Jackson ideó para que los legos en las novelas de Tolkien aumentaran su caudal de información y de este modo entendieran mejor la historia. En 'La Comunidad del Anillo' se trataba de una introducción relatada por Galadriel (la voz de Cate Blanchett en la versión original) donde se nos explicaba el fin de la Tercera Edad con la batalla entre la alianza de hombres y elfos y las huestes de orcos de Sauron. Sauron, con el Anillo Único en primer término.Aquí se nos mostraba a Isildur, preboste de los humanos, cercenando el dedo en que Sauron portaba el Anillo Único, fuente de su poder, y corrompiéndose bajo su peso. La obertura terminaba con el encuentro entre Gollum y Bilbo, cuando el Anillo pasa a manos de este último. Con este prólogo, el director narró sucintamente hechos que pertenecen a 'El Hobbit', la novela que se puede considerar como el origen de 'El Señor de los Anillos', y que su autor concibió como un cuento infantil que leer a sus nietos. No sería de extrañar que, habida cuenta de los pingües beneficios obtenidos por la trilogía, se propusiesen adaptar asimismo 'El Hobbit'. Éste es un rumor que circula desde hace tiempo por los mentideros cinematográficos, pero lo cierto es que ahora mismo Peter Jackson se halla rodando un remake de 'King Kong', y es impensable que otro director se haga cargo del proyecto.

El prefacio de 'Las Dos Torres' era espectacular; uno de los mejores momentos de la trilogía, sin duda. En esta impactante secuencia la cámara avanzaba a través de unos picos nevados. En un momento dado se podía distinguir a lo lejos un resplandor bermejo, al tiempo que se oían unas voces lejanas. A continuación, podíamos ver cómo Gandalf luchaba contra el Balrog en las profundidades insondables de Moria, donde caía en picado envuelto en llamas. La pieza de Howard Shore que acompañaba esta secuencia, 'Foundations of Stone', es una de las mejores de la banda sonora. El porqué de la inclusión de este prólogo está en indicarnos cómo Gandalf dejó de ser El Gris para convertirse en El Blanco, título que antes ostentaba Saruman.

La idoneidad de la introducción de 'El Retorno del Rey' es más discutible. En ella se nos explica cómo Sméagol encontró el Anillo Único, cómo mató para conseguirlo y de qué forma se deterioró al portarlo, hasta llegar a su estado actual, decrépito y lastimoso. Yo no creo que aporte gran cosa a la historia, y tiendo a pensar que su presencia responde al lucimiento de Andy Serkis, el actor que interpretó a Gollum; no físicamente (salvo en esta secuencia inicial), sino ejecutando sus movimientos para crear con ellos, efectos digitales mediante, a la estragada y atormentada criatura. Gandalf "el Blanco" organiza la defensa de Minas Tirith.Lo peor de este prólogo son las interpretaciones, tanto de Serkis como del actor que encarna al hobbit al que asesina impelido por la maldad que le inspira el Anillo. No resultan creíbles, sino que, por el contrario, te producen la sensación de estar asistiendo a una opereta. Toda la secuencia está impregnada de un aire cómico poco favorecedor. Lo único digno de destacar de esta introducción es el proceso de degradación física y moral que vive el pobre Sméagol, principio y causa de su doble personalidad. Gollum (no sé por qué casi todo el mundo pone un artículo delante de este nombre, incurriendo en el típico solecismo extendido en Castilla y León) es, a mi gusto, la mejor criatura surgida de un ordenador. Rebasa la espectacularidad de su constitución digital para convertirse en un personaje con una psicología compleja, que duda de sí mismo a causa de la disociación de su ego, y que tan pronto es capaz de sentir contrición como de refocilarse con pensamientos aviesos. Me cuesta entender que haya gente que se tome este dolor punzante que sufre Gollum a risa, tan sólo porque no sea un actor de carne y hueso, como si eso le impidiera ser tomado en serio. Habría que preguntarse por qué ocurre eso, y la respuesta tal vez esté en las películas tan planas que se hacen cuando se intenta epatar por medio de los efectos digitales.

El asedio de Minas Tirith es la parte más espectacular de 'El Retorno del Rey'. Al igual que hizo con la batalla del Abismo de Helm en 'Las Dos Torres', Peter Jackson optó por dosificar la acción combinando las diversas subtramas en el montaje: los avatares de Frodo y Sam Gamyi, el reclutamiento de Théoden y el propio asedio. Gollum acecha sigiloso.Bien es verdad es que de este modo se mantiene despierta la atención del espectador hasta el último momento, siguiendo a la perfección la teoría de la siembra y la cosecha, pero es inevitable sentir el contraste tan agudo que existe entre la acción trepidante de la batalla y las vicisitudes tan calmosas, en ocasiones, que viven los otros personajes. Este montaje en paralelo es exclusivo de la adaptación, y, pese a la inconveniencia que he advertido, se puede decir que es una buena manera de interpretar una novela al lenguaje cinematográfico.

Otra idea original del director neocelandés fue darle protagonismo al lugarteniente orco que comanda y dirige el asedio. No puedo evitar sentir una inefable simpatía por este personaje, que se nos muestra como un guerrero veterano que ha recibido numerosas heridas de guerra y que por esa razón está tullido y cojitranco, amén de ser más feo de lo que ya de por sí es un orco. Es autoritario, valiente y tenaz, como lo demuestra su sangre fría al esquivar en el último momento una piedra lanzada desde la fortaleza expugnada (por cierto, es un pequeño despropósito

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