Huehuetlatolli
Enviado por babidi • 27 de Febrero de 2013 • 1.487 Palabras (6 Páginas) • 1.079 Visitas
Este libro es una traducción de discursos y enseñanzas que se encontraban en los jeroglíficos y pinturas náhuatl; los cuales hablan de cómo los padres, las madres, maestros y maestras les daban sabios consejos a sus hijos e hijas para que llevaran su vida por el buen camino.
Los padres hablaban con sus hijos y les decían que habían venido a esta vida gracias a Dios, que el fue quien los forjo y les dio forma, que habían venido a esta tierra a crecer, a convertirse en hombres de bien, que siempre debían de servir a Dios para que el los ayudara. Que tenían que ser amables y educados con toda la gente, que todos eran iguales, hijos de Dios. Siempre debía honrar a su padre y a su madre. No se debía meter en problemas, siempre debía ser humilde. Que no hiciera amistad con aquellos que llevaban una vida sin responsabilidades, que se emborrachaban y que ya no les importaba nada, ni siquiera los castigos que les ponían. No se debía burlar, hacer bromas, ni menospreciar a las personas mayores, a los enfermos, a los que tuvieran algún impedimento físico o a los que hubiesen cometido algún error, por que si lo hacia el Señor lo castigaría de igual manera. Que cuando fuera siguiendo su camino debía de ser humilde, no ir mirando a toda la gente ni ir volteando hacia todos lados, no debía de intentar ir al frente de los demás, si no igual que ellos, que a algunos si podría aventajarlos pero se detendría para no ir frente a todos; cuando llegara el momento de la salida no sería el primero en salir, y en el momento de hablar los demás lo harían primero.
No desearía a la mujer que pervierte a los hombres, ni mucho menos a la mujer ajena.
Debía de concentrarse y trabajar, sembrar su propio alimento y crear su propia bebida, cuidar lo que era suyo, sus bienes, por que de esa forma viviría, y de esa forma mantendría a su esposa e hijos que algún día procrearían y serian una pareja feliz.
Tendría cuidado de las críticas y las habladurías que hicieran los demás a su alrededor, y si por alguna razón le tocaba escuchar no debía de engrandecer ese comentario. Si escuchaba algo peligroso, no lo diría, aunque le preguntaran por que no sabía a que se podría arriesgar si lo decía.
Si alguien hablara con el debía de escuchar atentamente y no estar mirando hacia otros lados, jugando con algo, moviendo sus pies, etc.
Le recomendaba seguir todos estos consejos para que no fuera visto como una mala persona, al contrario fuera una persona agradable, atenta educada, ejemplar, un buen hijo de Dios.
A la madre era a la que le tocaba hablar e instruir a su hija. Le decía que ella había caído de su seno, de su pecho; su padre era que la había formado.
Que la vida en la tierra era difícil y peligrosa que debía de andar con cuidado, debía de cuidar su imagen, de hacer su labor como mujer que eran los quehaceres de la casa lacomida planchar lavar todos lo que tenga que ver con el hogar. Debía de ser tranquila, sin crear o buscar alguna discusión, caminar erguida mirando hacia enfrente, sin seguir con la mirada a las demás personas, de esa forma no molestaría a nadie, y sería vista como una persona con dignidad. No tenía que comportarse como si fuera muda, que podía hablar, cantar y responder a lo que se le preguntara, siempre haciéndolo con prudencia y adecuadamente no como ahora que muchas mujeres son muy mal habladas, yo digo que no esta mal esto de las mujeres en la actualidad pero si hay niveles, pues esque hay unas que en verdad son muy vulgares.
No debía de ser perezosa, si era llamada debía de hacer caso a lo que le pedían y hacerlo bien y de buen modo; si alguien más era llamado y esta no atendía, ella debía de ponerse de pie y realizarlo, de esa manera ella sería estimada y amada. Si alguien le daba algún consejo lo tomaría y lo haría parte de su vida, puesto que este era para su bien.
Debía de ser respetuosa y temerosa al mismo tiempo, ante las personas; no debía de ser interesada,
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