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Enviado por romilaromila • 23 de Noviembre de 2012 • Trabajo • 1.751 Palabras (8 Páginas) • 212 Visitas
INCERTIDUMBRES Y RIESGOS
Las economías desarrolladas padecen de cuatro
puntos débiles que se refuerzan mutuamente
Especialmente en Europa y Estados Unidos, el fracaso de los políticos al hacer frente a la crisis del empleo y evitar que los problemas de deuda pública y de fragilidad del sector financiero se acrecienten, representa el riesgo más crítico para las perspectivas de la economía mundial en 2012-2013, siendo su clara manifestación la posibilidad inminente de una nueva recesión global.
Las economías desarrolladas se encuentran al borde de una espiral descendente impulsada por cuatro factores de debilidad que se refuerzan mutuamente: crisis de deuda pública, sectores bancarios frágiles, débil demanda agregada (asociada con altas tasas de desempleo) y parálisis política causada por entramados políticos y deficiencias institucionales.
Estas debilidades son ya un hecho, pero un mayor deterioro en una de ellas podría
desencadenar un círculo vicioso que conduzca a una grave turbulencia financiera y una recesión económica. Esto también podría afectar seriamente a los mercados emergentes y otros países en desarrollo a través de canales comerciales y financieros.
El contagio de la crisis de la deuda soberana podría desencadenar una crisis crediticia en todo el mundo
Es muy posible que las recientes medidas adicionales previstas en Europa no sean lo suficientemente eficaces como para resolver la crisis de deuda soberana en la región. El resultado en este caso será un proceso caótico de contagio en un buen número de países, causando estragos en las economías de la región y más allá. Los esfuerzos para resolver la crisis de la deuda soberana en Europa durante el mes de noviembre de 2011 no llegaron a apaciguar el nerviosismo en los mercados financieros, lo que se ha manifestado ya en el alza de los costos de financiamiento de nuevas emisiones de deuda pública en Italia, alcanzando su nivel más alto desde que el país adoptó el euro. Un gran número de bancos en la zona del euro se ven ya abocados a sufrir pérdidas significativas. Un contagio de la crisis de deuda soberana hacia las economías grandes provocaría, sin duda alguna, una crisis crediticia mundial y el desplome de los mercados financieros, en un escenario reminiscente de septiembre de 2008 cuando colapsó Lehman Brothers Holdings Inc. Un desplome del sistema financiero en dichas circunstancias desencadenaría una recesión profunda, no sólo en las economías en crisis de deuda soberana, sino también en todas las otras grandes economías de la zona euro, probablemente con una intensidad similar a la de finales de 2008 y principios de 2009.
Un acentuamiento de la austeridad fiscal arrastraría a la economía de Estados Unidos a la recesión
La disputa política sobre el presupuesto en los Estados Unidos también podría deteriorarse al punto de perjudicar al crecimiento económico si concluye en una austeridad fiscal con efecto inmediato. Esto elevaría el desempleo a nuevos récords, deprimiría aún más el nivel
de confianza por parte de los hogares y las empresas, y exacerbaría las tensiones en el sector
hipotecario, dando lugar a más liquidaciones, todo lo cual a su vez repercutiría en un
mayor peligro para el sector bancario de Estados Unidos. Consecuentemente, la economía
de Estados Unidos podría caer en otra recesión. La Reserva Federal estadounidense podría
entonces responder mediante la adopción de medidas monetarias más agresivas, por ejemplo,
a través de otra ronda de flexibilización cuantitativa (‘quantitative easing’); pero en
una economía deprimida con agentes altamente adversos al riesgo, tales respuestas serían
mucho menos eficaces para impulsar la el crecimiento económico que lo que fueran las
medidas tomadas en años anteriores.
Las economías en desarrollo recibirían un golpe considerable
Una recesión sea en Europa o en Estados Unidos podría no ser suficiente para inducir una
recesión global, pero sí probablemente el colapso de dichas economías al unísono. Bajo
esta premisa, el escenario pesimista de las Naciones Unidas prevé que para el año 2012
la economía de la UE se contraería a una tasa de 1,5 por ciento y la de Estados Unidos
a una tasa de 0,8 por ciento. Es entonces probable que las economías en desarrollo y las
economías en transición sufran un choque significativo. El impacto variará dependiendo
de sus vínculos económicos y financieros con las principales economías desarrolladas, que difieren de país en país. Los países en desarrollo en Asia, principalmente los de Asia
oriental se verían particularmente afectados a través de una caída de sus exportaciones a
las principales economías desarrolladas. Mientras tanto, países en desarrollo en África,
América Latina y Asia occidental, así como las principales economías en transición, se
verían perjudicados por la disminución de los precios de bienes primarios. Más aún, todas
las economías emergentes tendrían que afrontar choques financieros de envergadura,
incluyendo una avalancha de ventas masivas en sus mercados bursátiles, retornos de flujos
de capital y pérdidas financieras directas a causa de la caída del valor de sus activos en
deuda pública en Europa y Estados Unidos, afectando tanto a reservas oficiales como a
asignaciones privadas.
Los desequilibrios mundiales siguen siendo
una preocupación de política económica
La persistencia de grandes desequilibrios externos en la economía mundial, desarrollados
durante la última década, sigue preocupando a los hacedores de política. La reducción de
estos desequilibrios ha sido un asunto importante en las consultas entre los ministros de
finanzas del G-20 en el Marco para un Crecimiento Fuerte, Sostenible y Equilibrado y el
relacionado Proceso de Evaluación Mutua (MAP, en sus siglas en inglés) durante el año
2011.
En la práctica, tras haberse reducido significativamente durante la Gran
Recesión, los desequilibrios externos de las principales economías se estabilizaron durante
el período 2010-2011 en alrededor de la
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