La Leyenda Del Horcon
Enviado por gionas • 9 de Junio de 2013 • 678 Palabras (3 Páginas) • 846 Visitas
LA LEYENDA DEL HORCON
Llovía torrencialmente,
y en la estancia del Horcón,
como adornando el fogón,
estaba toda la gente.
Dijo un viejo de repente:
"Les voy a contar un cuento.
Aura que el agua y el viento
traían a la memoria mía
cosas que naide sabía
y que yo diré al momento.
Tal vez tenga que luchar
con más de un inconveniente
pa que resista la mente
el cuento sin lagrimear,
pero Dios, que supo dar
paciencia a mi corazón,
tal vez venga esta ocasión
a alumbrar con su reflejo
el alma del gaucho viejo
que ya le espera el cajón.
No se asusten si mi cuento
les recuerda en este día
algo que ya no podía
ocultar mi sentimiento.
Vuelquen todos un momento
la memoria en la pasao,
que allí verán retratao,
con tuitos sus pormenores,
una tragedia de amores
que el silencio ha sepultao.
Hay cosas que yo no puedo
detallar como es debido:
unas, porque se han perdido
y otras, porque tengo miedo;
pero ya que en el enriedo
los metí, pido atención,
que, si la imaginación
me ayuda en este momento,
conocerán por mi cuento
LA LEYENDA DEL HORCÓN
Alcancenmén un amargo
pa que suavise mi pecho,
que voy a dentrar derecho
al asunto, porque es largo;
haré juerza, sin embargo,
llegar hasta el final,
y si atiende cada cual
con espíritu sereno,
verán como un hombre güeno
llegó a hacerse criminal.
Setenta años quién diría
que vivo aquí en estos pagos,
sin conocer más halagos
que la gran tristeza mía;
setenta años no es un día,
pueden tenerlo por cierto,
pues si mis dichas han muerto,
aura tengo la virtud
de ser pa esta juventud
lo mesmo que un libro abierto."
Iban a golpear las manos
por lo que el viejo decía,
pero una lágrima fría
les detuvo a los paisanos.
"Hay sentimientos humanos
-dijo el viejo conmovido-
que los años con su ruido
no borran de mi memoria,
y este cuento es una historia
que pa mi no tiene olvido.
Allá en mis años de mozo,
y perdonen la distancia,
sucedió que en esta estancia
hubo un crimen misterioso.
En un alazán precioso
llegó aquí un desconocido,
mozo lido, muy cumplido,
que al hablar con el patrón
quedó en la estancia de pión,
siendo dispués muy querido.
Al poco tiempo nomás
el amor le picotió,
y el mocito se casó
con la hija del capataz;
todo marchaba al compás
de la dicha y del amor,
y pa grandeza mayor,
dios le mandó con cariño,
un blanco y hermoso niño
más bonito que una flor.
Iban pasando
...