Musica En El Renacimiento

Las características más importantes de la música renacentista son: su textura polifónica, se rige a las leyes del contrapunto y su sistema modal heredado del canto gregoriano. En esta época hubo cinco generaciones, en la primera se estableció el contrapunto académico, perteneciendo los mejores compositores a la órbita del ducado de Borgoña, por esta razón esta generación fue denomina escuelas Inglesa y Borgoña. En la segunda generación se establecieron las reglas del contrapunto, consolidando así el uso de la polifonía con un estilo erudito de frases larguísimas y sofisticadas, también se utilizaron las técnicas del canon convencional y mensural. En la tercera generación se estableció un estilo internacional impuesto por Josquin des Prez, cuyo estilo claro, limpio y elegante se convirtió en el modelo de estilo polifónico de toda Europa: con cadencias claras y frecuentes, secciones a dos o tres voces, pasajes homofóbicos que subrayan el texto, clara articulación general de la forma, líneas melódicas equilibradas y de apariencia sencilla. En la cuarta generación el estilo internacional se impone en la música religiosa, si bien autores como los españoles Cristobal de Morales, Nicolas Gombert o Willaert tienden a aumentar el número de voces (generalmente cinco), homogenizar la textura, alargar frases y ocultar cadencias, volviéndose de algún modo así a las maneras más complejas y refinada de Ockeghem. En la quinta generación Giovanni Pierluigi da Palestrina vino a cultivar un fluido estilo de contrapunto libre en un rica y densa textura en la cual las disonancias eran seguidas por consonancias en cada pulso, y los retardos eran muy habituales. Contemporáneos de Palestrina fueron algunos de los polifonistas más reconocidos por la posteridad: Orlando di Lasso, Tomás Luis de Victoria y Willian Byrd.

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