Por Este Documento Estoy Aqui

Bajo la noche.

Bajó la noche, y el pálido reflejo de la luna iluminó nuestros rostros, tan impacientes de la espera, cansados de la duda que había en nuestros corazones, los nervios ahogaban la extraña sensación de inseguridad, el amor inducido con cada parpadear dentro de mi pupila, captando los bellos momentos de una gran verdad confesada, tus ojos mostraron su sentir, húmedo y cálido brotar entre la calma y llanto, después de eso una firme lealtad de miradas, tan entablada como agua firme, el calor de mis brazos rodearon la fría aura que había de lado tuyo, las palabras sobraron ante todo, el silencio faltaba en el sombrío paisaje, tus labios rojizos clamaban un beso a gritos, clamaban romper la tensión, razones no faltaron, no era correcto, con el corazón y alma lo deseaba, era lo que yo quería, sentir nuestros labios fundidos por amor, pero a pesar de ser tan grande el deseo, no era decisión mía, sin mas que buscar una ilusión alimentada desde la raíz, los pies firmes para la cruel despedida, el latir fuerte como zumbido de abeja en primavera, perdido en el tiempo y observando tu faz de la bella mascara de sombras que te encubría esa noche apoyada por la luminosidad lunar, sin saber si el pulso bien echo te encontrabas, sin saber si el amor se había infiltrado dentro tuyo, iniciando ya la noche, terminando ya la cita improvisada, los pasos alejando la distancia, pero no los corazones, al girar la cabeza, su línea directa mirar en mi alma, avanzando se perdía la línea, solo un serio entró en mis pensamientos, la duda de aquel bello espectáculo, ¿Qué pasara con los actores principales? ¿Seguirían siendo secundarios ignorando la oportunidad de ser protagonistas de su propia historia? Tal vez cariño no falte, pero seguridad lo hará, es por eso que ahora estoy aquí, tratando de conquistar tu corazón, tratando de ser yo dueño de tus miradas, tratando de ser yo el que robe besos inesperados, tratando ser yo la causa de suspiros que al recuerdo hermoso, vagan buscando una salida, sin embargo aquí me encuentro sentado en el tiempo lento pasando rápidos los días.

Autor: Jesús Enrique De León Vallejo

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