SON JAROCHO
Enviado por elabogado3 • 11 de Septiembre de 2013 • 1.195 Palabras (5 Páginas) • 354 Visitas
F-02. En Sones de la Huasteca. Los Camperos de Valles. Casete/Disco LP, Música Tradicional, 1989.
F-03. En Lo mejor en sones huastecos. Los Cantores del Pánuco. Álbum de 3 discos LP., Cisne, 1980.
F-04. En Grabación de campo realizada en Querétaro, Qro., octubre de 1999. Varios intérpretes. Video VHS, IV Festival de la Huasteca. Colección Rosa Virginia Sánchez.
F-05. El pajarillo jilguero, en Antología del son de México. Varios intérpretes. Álbum de 3 discos LP., FONART– FONAPAS, 1981.
Se trata de un género heteroestrófico, siguiendo la terminología de Margit Frenk, cuyo uso se remonta hacia el año de 1595 cuando el género de las seguidillas semipopulares surge como un estallido en España: “éstas se cantan en series más o menos largas, en que se suceden una a la otra sin necesaria conexión temática o expresiva”.
Observamos, por otra parte, que las estrofas de una misma serie pueden ser, además, formalmente distintas en cuanto al número de versos que las constituyen, tal y como se aprecia en la siguiente versión del son jarocho La guacamaya, en la que fueron cantadas dos cuartetas y una sextilla:
Pobrecita gucamaya,
ay, qué lástima me da;
se acabaron las pitayas,
ahora sí, ¿qué comerá?
Pon cuidado cómo vuela
del árbol la guacamaya
para que así vueles tú
cuando conmigo te vayas.
En un palo mal parada
vi una guacamaya pura,
que si no la ves pintada
de muy bonita figura:
cara blanca, colorada,
morena, prieta y oscura.
De la misma manera que sucede en el ejemplo anterior, existen sones cuyas series pueden combinar estrofas de cuatro, cinco, seis, ocho y hasta diez versos.
Ahora bien, este carácter autónomo propio de las coplas les confiere una libertad de movimiento aún mayor: éstas, no sólo no están ligadas entre sí, sino que la mayoría de ellas tampoco está ligada a una determinada melodía, y en muchos casos ni siquiera a un género específico. Es decir que una copla puede –y con frecuencia lo hace– aparecer en melodías diferentes, incluso de regiones distantes. Tenemos, por ejemplo, que la siguiente copla encontrada en una versión del huapango La Rosita arribeña se canta también, con variaciones, en el son calentano llamado El pichón:
Sembré matas de café
para regarlas con hielo.
Me dicen que con usted
derechito voy al cielo;
quien sabe si llegaré
nomás ese riesgo llevo.
Tengo unas matas de té
que todos los días las riego.
Me dicen que con usted
derecho me voy al cielo;
quien sabe si llegaré
nomás ese riesgo llevo.
Diversas coplas mexicanas pueden, incluso, llegar a aparecer en géneros líricos de otros países como España, Argentina y Venezuela. Acerca de la omnipresencia que llegan a manifestar ciertas coplas, pueden encontrarse varios ejemplos en el estudio comparativo que Carlos Magis hace en su libro La lírica popular contemporánea.
Vemos, entonces, que uno de los rasgos distintivos más importantes de los sones en México, se manifiesta en el ámbito literario, y éste consiste en que el canto se constituye por coplas autónomas, en relación al resto de las coplas que componen una serie determinada, y en relación al contexto musical, el cual sí está definido y es el que da unidad a estos géneros de estructura lírica ilimitada.
EPOCA:
El son jarocho no tiene una fecha precisa de nacimiento. "La Bamba", probablemente el más antiguo son jarocho que se conserva, data del siglo XVI y es atribuído a un trovador que vivió en el Puerto de Veracruz.
El son Jarocho es uno de los Géneros mas populares en el siglo XX, y hoy en día lo sigue siendo.
Es un género como hemos visto, mestizo, que nació en la época colonial, influenciado también por la cultura española, por la italiana( principalmente en las formas literarias), africana( por sus formas polirrítmicas en la música ) pero aun así este género es considerado, Mexicano, ya que como vemos es la
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