ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Song Fic


Enviado por   •  20 de Mayo de 2012  •  Resumen  •  2.702 Palabras (11 Páginas)  •  429 Visitas

Página 1 de 11

Las luces de la imponente ciudad de Turín van quedando atrás y las lágrimas de mis ojos no dejan de correr, sé que me duele en el alma dejarte, pero la decisión ya estaba tomada, a tu lado jamás sería feliz.

Sé que me enamoré

Yo caí perdida sin conocer

Que al salir el sol

Se te va el amor…

Te conocí una tarde cuando salí de compras al mercado más cercano, tenía poco de haber llegado a Italia y me atreví a conocer el vecindario, además de que deseaba comprar un poco de fruta para el desayudo del día siguiente. Mi mejor amiga me indicó brevemente por donde debía caminar para encontrar el mercado y claro que llegué a él, comencé a comprar y la pequeña bolsa se llenó. Cuando regresaba a mi departamento, al intentar cruzar la avenida, un automóvil perdió el control y no se detuvo, venía lejos, pero aun así con demasiada velocidad, no supe del peligro hasta que el constante rechinido de las llantas y ver el vehículo que se dirigía hacia mí me heló la sangre y congeló mis reacciones. Un tirón fuerte del brazo y otra sujeción de mi cintura me hizo esquivarlo, mi bolsa de compras cayó al suelo y quedó bajo el automóvil.

Duele reconocer

Duele equivocarse y duele saber

Que sin ti es mejor

Aunque al principio no.

Cuando pude reaccionar, miré hacia atrás aun en shock y me encontré con tu formidable persona, te mantenías serio y con tu mirada felina me observaste unos instantes, me cuestionaste si me encontraba bien y yo solo asentí temblorosamente; se acercó a mí la persona que manejaba el vehículo y comenzó a disculparse en italiano, algunas cosas las comprendí otras no, cuando regresé mi mirada, te habías ido ya del lugar.

Al día siguiente asistí puntual a mi nuevo empleo de asistente del entrenador del equipo local, sabía que era una oportunidad de oro, aunado a que me exigiría mi mayor destreza y conocimientos sobre la terapia deportiva, pero había llegado con todos los sueños y deseos de aprender más, para algún día regresar a mi país con el desarrollo y la capacidad de mejorar a los míos. No podía creer los juegos del destino cuando nuestras miradas se encontraron una vez más, tú formabas parte del equipo del Reggiana. Me sentí muy alegre de volverte a ver, pero… creo que tú, no. Me ignoraste de la manera más cruel. Claro que me molesté, pero decidí que yo también haría lo mismo, te ignoraría. Comencé a prestar mis servicios a los chicos del plantel, pero contigo el trato era diferente.

Me perdí

Apenas te vi

Siempre me hiciste

como quisiste.

Poco a poco me hice de amistades en la mayoría de los chicos del Reggiana, tanto de los titulares como de los suplentes, pero seguí manteniendo mi distancia contigo. Una noche después del entrenamiento, decidí salir tarde con el objetivo de finalizar los expedientes de cada uno de los titulares del equipo de soccer, no pude evitar suspirar al ver el tuyo, me abofetee mentalmente y continué hasta que acabé con su impresión y acomodo en la gaveta. Levanté los brazos sumamente cansada, pero feliz de haber concluido. Apagué mi computadora y decidí retirarme a casa. Mi sorpresa fue mayúscula a descubrir que llovía a cántaros a la salida del deportivo, no traía mi paraguas, suspiré y opté por esperar a que amainara un poco. Un ruido a mi espalda me sobresaltó, salías al igual que yo tarde de las instalaciones. No era raro para mi saber que tanto el capitán Melchiore, como el delantero Hyuga se exigían mucho en sus entrenamientos y solían quedarse horas extras, pero no esperaba encontrarte solo.

Porque siempre estuve equivocada

Y no lo quise ver

Porque yo por ti la vida daba

Porque todo lo que empieza acaba

Solo unos segundos nos miramos y yo fui la primera en desviar la mía, suspiré y levanté mi bolsa del suelo, sin pensarlo dos veces me alejé de la entrada, no me importó caminar bajo la lluvia. No llegué muy lejos, a mas unas dos cuadras, el automóvil de color oscuro se orilló en la carretera y bajó uno de sus vidrios, “sube…” me imperaste y yo solo pude apresurar mis pasos, me seguiste a velocidad lenta, comencé a desesperarme con aquello, miré otra calle donde de seguro no podrías ingresar tu auto y opté por cortar camino por ese lugar, comencé a bajar la escalinata y sonreí satisfecha de imaginar tu rostro de molestia. Tuve que tragarme mis pensamientos, el lugar resultó ser peligroso, un grupo de malvivientes me vieron y después me siguieron los pasos. Yo maldije mil veces, por haber hecho aquello, pero al salir del parquecillo, apareciste nuevamente, pero ahora empapado de pies a cabeza. Ya no hubo necesidad de decir nada, me sostuviste del brazo con disgusto y me llevaste hasta tu auto estacionado al finalizar la calzada, los hombres quedaron atrás. Me reñiste dentro del vehículo y yo a ti, con esto pude analizar que éramos muy parecidos de carácter, a lo mejor era por eso que ambos nos dejamos llevar por nuestro orgullo, finalmente terminamos disculpándonos mutuamente y siendo amigos.

Porque nunca tuve más razones para estar sin él

Porque cuesta tomar decisiones

Porque sé que va a doler

Y hoy pude entender

Que a esta mujer

Siempre la hiciste inmensamente triste

En las fiestas y reuniones de los chicos del deportivo asistíamos juntos e hicimos diversas actividades los fines de semana, como rutina quedó el salir al cine todos los domingos y después a cenar; algunos comenzaron a suponer que éramos pareja, pero siempre lo negábamos, solo éramos amigos, simple y sencillamente buenos amigos… o no?

Eso fue hasta que aquel enorme ramo de rosas llegó a mi oficina por la mañana, me puse de mil colores, no es que no me agradaran las flores, es solo que… no estaba dentro de mis prioridades el conseguir pareja, yo había viajado a Italia para capacitarme y obtener más experiencia de mi profesión, no para formalizar un lazo afectivo. Las burlas de los chicos hacia mi persona no se dejaron de escuchar todo el día, tú solo te mantenías al margen, pero no participabas de los comentarios de los jugadores, es más se notaba a leguas que te molestaba. Ya en la tarde, al salir del entrenamiento, me quedé a recoger los implementos del mismo y mi sorpresa fue mayúscula al ver acercarse a mí al alto argentino dispuesto a auxiliarme con mis labores, no me negué, la verdad es que agradecí aquello, estaba exhausta.

Hoy que no puedo más

Sigo decidida a dejarte atrás

Por tu desamor

Lastimada estoy

Comenzamos a platicar amenamente y sin dejar de hacer el acomodo de los utensilios en el almacén, no supe

...

Descargar como (para miembros actualizados) txt (16 Kb)
Leer 10 páginas más »
Disponible sólo en Clubensayos.com