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Sueño De Una Noche De Verano


Enviado por   •  28 de Mayo de 2014  •  2.109 Palabras (9 Páginas)  •  305 Visitas

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TESEO, Duque de Atenas

HIPÓLITA, reina de las amazonas, prometida de Teseo

LISANDRO, enamorado de Hermia

HERMIA, enamorada de Lisandro

DEMETRIO, pretendiente de Hermia

HELENA, enamorada de Demetrio

EGEO, padre de Hermia

FILÓSTRATO, maestro de ceremonias

FONDÓN, tejedor

MEMBRILLO, carpintero

FLAUTA, remiendafuelles

MORROS, calderero

HAMBRÓN, sastre

AJUSTE, ebanista

OBERÓN, rey de las hadas

TITANIA, reina de las hadas

ROBÍN EL BUENO, duende

FLORDEGUISANTE

TELARAÑA

POLILLA hadas

MOSTAZA

Acompañamiento en la corte de Atenas.

Otras hadas del séquito de Oberón y Titania.

EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

I.i Entran TESEO, HIPóLITA, [FILóSTRATO] y otros.

TESEO

Bella Hipólita, nuestra hora nupcial

ya se acerca: cuatro días gozosos

traerán otra luna. Mas, ¡ay, qué despacio

mengua ésta! Demora mis deseos,

semejante a una madrastra o una viuda

que va mermando la herencia de un joven.

HIPÓLITA

Pronto cuatro días se hundirán en noche;

pronto cuatro noches pasarán en sueños,

y entonces la luna, cual arco de plata

tensado en el cielo, habrá de contemplar

la noche de nuestra ceremonia.

TESEO

Anda, Filóstrato,

mueve a la alegría a los jóvenes de Atenas,

despierta el vivo espíritu del gozo.

Y manda la tristeza a los entierros:

tan mustia compañía no conviene a nuestra fiesta.

[Sale FILÓSTRATO.]

Hipólita, te he cortejado con mi espada

e, hiriéndote, tu amor he conquistado .

Mas voy a desposarte en otro tono:

con festejo, celebración y regocijo.

Entran EGEO y su hija HERMIA, LISANDRO y DEMETRIO.

EGEO

¡Salud a Teseo, nuestro excelso duque!

TESEO

Gracias, buen Egeo. ¿Qué noticias traes?

EGEO

Acudo a ti consternado a denunciar

a mi propia hija Hermia. -Acércate,

Demetrio. - Mi noble señor, este hombre tiene

mi consentimiento para unirse a ella. –

Acércate, Lisandro. - Y, mi augusto duque,

este otro le ha embrujado el corazón. -

Sí, Lisandro: tú le has dado tus poesías

y con ella has cambiado prendas de amor.

En el claro de luna le has cantado a su ventana,

afectando con tu voz tiernos afectos,

y en su mente tu imagen has sellado con pulseras

hechas con tu pelo, sortijas, adornos,

caprichos, baratijas, ramilletes y confites,

seductores de la incauta juventud;

con astucia a mi hija has cautivado,

y has trocado la obediencia que me debe

en tenaz insumisión. Gran duque,

si ella aquí, en tu augusta presencia,

se niega a casarse con Demetrio,

yo reclamo el antiguo privilegio ateniense;

puesto que es hija mía, yo dispongo de ella:

o se la entrego a este caballero

o a la muerte, como de forma expresa

estipula nuestra ley para este caso.

TESEO

¿Qué respondes, Hermia? Considera, hermosa joven,

que tu padre debe ser para ti como un dios.

Él te dio belleza; sí, y para él

tú eres como imagen estampada

en cera: queda a su albedrío

conservar la figura o borrarla.

Demetrio es un digno caballero.

HERMIA

También Lisandro.

TESEO

En sí mismo, sí; pero en este caso,

al no tener la venia de tu padre,

el otro debe ser tenido por más digno.

HERMIA

Ojalá que mi padre viera con mis ojos.

TESEO

Comment: Según las leyendas, Teseo

derrotó a Hipólita, reina de las amazonas,

y después se casó con ella.

Comment: Demetrio.

Tus ojos debieran ver con su juicio.

HERMIA

Suplico, mi señor, que me perdones.

No sé lo que me ha dado el valor,

ni si es conveniente a mi recato

defender ante ti mi pensamiento.

Mas te ruego, mi señor, que me digas

lo peor que puede sucederme

si me niego a casarme con Demetrio.

TESEO

La pena de muerte o renunciar

para siempre al trato con los hombres.

Por tanto, bella Hermia, examina tus deseos,

piensa en tu edad, mide bien tus sentimientos

y decide si, al no ceder a la elección paterna,

podrás soportar el hábito de monja,

encerrada para siempre en lóbrego claustro,

viviendo como hermana yerma de por vida

y entonando tenues himnos a la frígida luna.

Las que, venciendo su pasión, emprenden

tan casto peregrinaje son tres veces benditas,

pero en la tierra es más feliz la rosa arrancada

que la que, ajándose en intacto rosal,

crece, vive y muere en bendita doncellez.

HERMIA

Pues así he de crecer, vivir y morir, señor,

antes que ceder mi privilegio virginal

al hombre cuyo no querido yugo

mi alma se niega a obedecer.

TESEO

Considéralo despacio y, con la luna nueva,

el día en que mi amor y yo sellemos

un contrato de unión sempiterna,

ese día prepárate a morir

por no acatar el deseo de tu padre,

a casarte con Demetrio, como quiere,

o, en el altar de Diana, a hacer voto

de perenne abstinencia y celibato.

DEMETRIO

Querida Hernia, cede. Lisandro, somete

tu falaz pretensión a mi claro derecho.

LISANDRO

Demetrio, tú ya tienes el amor de su padre;

tenga yo el de Hermia. Cásate con él.

EGEO

Cierto, burlón Lisandro: él tiene mi amor,

y con mi amor le daré lo que es mío.

Como ella es mía, todos mis derechos sobre ella

se los transfiero a Demetrio.

LISANDRO

Mi señor, soy de tan noble cuna como él

y de igual hacienda. Estoy más enamorado,

mi posición se equipara, si es que no

supera, a la de Demetrio.

Y, lo que cuenta más que mis alardes,

la hermosa Hermia me quiere.

Comment: Es decir, a Diana, de la que

Hernia tendría que ser sacerdotisa.

¿Por qué voy a renunciar a mi derecho?

Demetrio (y se lo digo a la cara)

ha cortejado a Helena, la hija de Nédar,

y le ha robado el alma; y la dulce Helena

ama, adora, idolatra con delirio

a este hombre corrompido y veleidoso.

TESEO

Debo confesar que también he oído eso

y pensaba hablar con Demetrio de este asunto,

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