Actividades Empresariales
Enviado por • 20 de Febrero de 2015 • 1.130 Palabras (5 Páginas) • 274 Visitas
MITO 1. Los empresarios no analizan.
Esta concepción es muy generalizada e incluso, con gran frecuencia, los mismos empresarios plantean un desprecio por los métodos de análisis formal cuando dicen: “Yo para mis negocios, no hice nunca un estudio”. Esta posición de la idea de que el empresario es un loco, a quien le plantean o identifica una oportunidad y sin ningún raciocinio o consideración se lanza y se pone en riesgo, y peor aún, pretende ilustrar esta conducta como la que conduce al éxito.
La verdad es distinta, los empresarios exitosos por una largo período, no juegan a la ruleta rusa, no se arriesgan por corazonadas o por impulsos emocionales. Ellos analizan muy bien la oportunidad, la miran por todos lados, la evalúan con un software mental que ya tienen estructurado y que recibe datos por todos los sentidos; calculan cuidadosamente sus movimientos antes de actuar.
La verdad es que ese software mental y esa lectura sensorial de datos forman parte del desarrollo del empresario, en muchos casos logrado a tropezones, y casi siempre es muy particular para ciertos tipos de negocio en los cuales él tiene experiencia.
Es iluso pedirle a una persona que sólo va a hacer sus primeros intentos en el mundo empresarial que actúe de ese modo y, por tanto, es necesario darle un primer esquema de análisis que le permita iniciar su proceso de desarrollo.
Pero también es verdad que existen muchas personas que analizan y analizan y nunca toman la decisión de actuar. El fracaso de este esquema, en términos empresariales, no se debe a los análisis, obedece básicamente a la falta de algunos atributos empresariales.
El verdadero empresario, con análisis formales o informales, tiene la habilidad para pensar y evaluar la situación y actuar en el momento oportuno, bien sea para realizar el proyecto, si está convencido de que éste pueda salir adelante, o para rechazarlo, si cree que sus oportunidades son muy escasas.
Para el amante de este mito, una sugerencia: pregúntele a un empresario de verdad cuántas veces ha dicho no a una propuesta de negocio y cómo hizo para llegar a esa conclusión, y se dará cuenta fácilmente, de que sí efectúa análisis y muy profundos, tal vez no en el papel, pues no fue así como aprendió a analizar, tal vez no en la forma en que los académicos lo hacen, pero sí en forma consciente y racional.
MITO 2. Los empresarios nacen, no se hacen.
Esta frase ha sido repetida muchas veces pero no sólo para el caso de los empresarios, sino también para políticos, diplomáticos, artistas, gerentes, deportistas, etcétera, y en todos los casos se ha demostrado errada.
Existe evidencia clara de que muchos empresarios no tienen ancestro empresarial, entendido esto como hijos de padres empresarios, y muchos de los que no son empresarios provienen de padres empresarios.
El ser empresario implica unos atributos y unos conocimientos que son adquiridos y aprendidos. La verdad es que los empresarios se forjan mediante aprendizaje y experiencias educativas que combinan en proporciones diversas lo formal y no formal. Nadie va a negar que se requiere salud, energía, un poco de inteligencia, características biológicas necesarias pero no suficientes; tampoco se va anegar que se precisan conocimientos y habilidades que no se dan al nacer sino que se desarrollan en función del ambiente en que se viva: iniciativa, toma de decisiones, capacidad de riesgo, creatividad, etcétera.
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