Ambulancias Simon

AMBULANCIAS SIMÓN

Simón estaba preocupado. En treinta minutos tenía que atender la visita de un posible comprador para su empresa y, realmente no estaba seguro de lo que quería decirle. Había fundado, junto con su padre, Ambulancias Simón hacía 35 años, cuando él contaba con 24 años de edad, con un gran esfuerzo y sin saber nada de transporte sanitario. Se había encontrado en este sector por casualidad. Su padre se dedicaba al transporte de frutas y verduras y tenía dos camiones que abastecían al mercado central de Villamagna. En aquel tiempo la ciudad había estado creciendo mucho y había obras por todas partes. El hospital de la ciudad era un antiguo hospital de beneficencia que había ido adaptando su actividad a los nuevos tiempos y en aquel entonces alguien había convencido al padre de Simón para que comprara una ambulancia ya que en la ciudad no había este servicio. Actualmente el antiguo hospital se había convertido en una residencia de ancianos y al lado se había construido, hacía 20 años, un nuevo hospital de 70 camas con todos los adelantos.

Villamagna tenía, en la actualidad 40.000 habitantes y estaba inmersa en la crisis económica generalizada que afectaba a toda la región desde hacía 4 años y de la que todavía no se veían indicios de recuperación en, al menos, tres o cuatro años más. Mientras la tasa de paro general era del 15%, en Villamagna se mantenía por debajo de 10%, gracias a que una buena parte de la población, aproximadamente el 40%, se dedicaba a la agricultura y ganadería en explotaciones familiares, mientras que el resto de la población activa se repartía al 50% entre el sector de producción, con multitud de pequeños talleres y fábricas y el sector de servicios. Mayoritariamente el paro estaba afectando a estos dos grupos de trabajadores.

La población, con una tasa de mayores de 65 años superior al 37%, observaba como el flujo de inmigración que había hecho crecer la ciudad en las últimas décadas se había invertido y algunos de los últimos llegados de países de Latinoamérica y Marruecos, estaban regresando a su país de origen, provocando una disminución drástica de la tasa de nacimientos en la ciudad.

En la actualidad Ambulancias Simón contaba con una flota de 7 vehículos, de los cuales 5 eran ambulancias convencionales y dos vehículos de transporte colectivo, por lo que su actividad estaba centrada en el transporte no urgente, del que fue adjudicataria del último concurso público del servicio autonómico de salud, adjudicado hacía 7 años y que debía salir a concurso en el plazo de 18 meses. No tenía ambulancias para la atención de emergencias, ya que en su momento el concurso de atención de emergencias fue adjudicado a Ambulancias TARSA. El 40% del parque de ambulancias de Ambulancias Simón estaba cercano a su límite de obsolescencia. La normativa vigente marcaba un tiempo límite de servicio por vehículo y casi la mitad de los vehículos estaban acercándose peligrosamente a este límite, lo que comportaba la necesidad ineludible de una fuerte inversión para renovar estos vehículos.

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