Aplicación De La Reingeniería De Procesos Para Mejorar La Eficiencia De La Empresa JCM En La Ciudad De Ica En El Periodo 2012
Enviado por kesiaq • 28 de Abril de 2013 • 7.444 Palabras (30 Páginas) • 984 Visitas
PLANTEAMIENTO DEL PROBLEMA
Realidad Problemática
Las pequeñas y microempresas (MYPES) en el Perú tienen importantes repercusiones económicas y sociales para el proceso de desarrollo nacional. Las PYMES constituyen más del 98% de todas las empresas existentes en el Perú, crea empleo alrededor del 75% de la PEA y genera riqueza en más de 45% del PBI. Las PYMES constituyen la mejor alternativa para hacer frente al desempleo nacional, especialmente al alarmante desempleo juvenil.
Las pequeñas y microempresas en el Perú, no obstante a sus notables e innegables contribuciones al desarrollo nacional, están, empero, afrontadas a un conjunto de problemas e inclusive, restadas de importancia. A pesar que las MYPES constituyen el sector empresarial inmensamente mayoritario en el Perú con capacidades demostradas para generar empleo que es el problema principal del país y para contribuir a la generación de la riqueza nacional, sin embargo, no existe una estrategia nacional sostenida que permita promover y desarrollar las MYPES en el Perú.
Gráfico N° 1
Fuente: MITINCI
El caso de las MYPES en el Perú a lo largo de su historia siempre fueron consideradas como un asunto de cuarta o quinta categoría no sólo por el Estado sin por la sociedad misma y, cual paria, las MYPES han venido desarrollándose en el desamparo hasta alcanzar la trascendencia en la vida nacional que hoy tiene gracias a la capacidad y talento de millones de pequeños y microempresarios peruanos anónimos y no necesariamente gracias a una política nacional de promoción y fomento en la que los actores de la sociedad, entre ellas las universidades, por el contrario le han dado las espaldas a las pequeñas y microempresas.
Gráfico N° 2
Fuente: MITINCI
En el Perú, la denominada “Ley General de la Pequeña y Microempresa” las ha definido, en su artículo 2, de la siguiente forma:
Entiéndase por Pequeña y Microempresa a aquella unidad económica que opera una persona natural o jurídica, bajo cualquier forma de organización o gestión empresarial, que desarrolla actividades de extracción, transformación, producción y comercialización de bienes o prestación de servicios, dentro de los parámetros establecidos en el Reglamento de la presente Ley (Ley 27268).
Todas las empresas, al margen de su tamaño, requieren de un plan estratégico para comercializar sus productos. Philip Kotler (1998: 38), autoridad mundial en marketing, plantea lo siguiente:
La planeación estratégica es el proceso de desarrollar y mantener un ajuste estratégico entre las metas y capacidades de la organización y sus oportunidades de mercadotecnia cambiantes. Consiste en el desarrollo de una misión clara de la compañía, de objetivos de apoyo de la compañía, de una cartera de negocios sólida y de la coordinación de las estrategias funcionales.
El objetivo de tener un negocio es que este crezca con el tiempo. No se me ocurre de ningún caso en el que el objetivo sea permanecer igual en el tiempo. La forma más efectiva de hacer crecer tu negocio es conseguir retener a tus clientes actuales.
Después de muchos años de considerar a las pequeñas y medianas empresas (MYPES) como algo marginal, obsoleto o ilegal, tanto a nivel mundial como en el Perú, se esta empezando a reconocer la verdadera importancia del sector y su rol vital en el desarrollo económico y social. Desde los políticos hasta las amas de casa, pasando por todos los sectores sociales así como las instituciones representativas, aceptan hoy día que la suerte del país y el bienestar de millones de personas requieren de un sector de pequeña y mediana empresa sano y dinámico. Muchas son las razones que explican este cambio de opinión y de perspectiva.
En primer lugar están los cambios estructurales que se producen a partir de la década del 70: el crecimiento explosivo de los servicios que desplazan a las actividades manufactureras y primarias (reino de las economías de escala y las grandes empresas) como creadores de valor agregado y fuentes de empleo; así como la revolución de la microelectrónica, de la información y las comunicaciones, que incluye por supuesto a la Internet (las empresas más exitosas como yahoo, amazon, ebay o aol, comenzaron muy pequeñas) que abren un amplio abanico de posibilidades para lo pequeño y lo diverso. Una prueba de ello es que en Estados Unidos, la contribución en la producción y el empleo nacional de las 500 empresas más importantes (The Fortune 500) viene declinando sostenidamente en los últimos 20 años.
En segundo lugar tenemos el agotamiento del modelo de organización empresarial de tipo Fordista - Taylorista de gran escala, administración vertical y producción en masa, que nace con la revolución industrial inglesa del siglo 18 y que dura hasta la década de los 50. Esta forma de producción tradicional es reemplazada, con mayor o menor velocidad (según el país o región), por el modelo de “especialización flexible” basada en empresas de menor tamaño y densas redes empresariales.
En tercer lugar, y quizás como la razón más poderosa para explicar esta revalorización de la pequeña y mediana empresa sean las crecientes dificultades de las economías desarrolladas y subdesarrolladas por brindar empleo adecuado a su población. Siendo la pequeña empresa el principal generador de empleo (las publicitadas fusiones, reingeniería y el “downsizing” de las empresas más grandes limitó seriamente su capacidad de creación de nuevo empleo), resulta evidente que todos los ojos se concentren en ella.
En cuarto lugar, y a nivel de los países en desarrollo, se hacen cada vez más evidentes las limitaciones de los programas tradicionales de alivio a la pobreza, con claro corte asistencialista y basados en obras de infraestructura económica y social que crean sólo empleo temporal. A pesar de las grandes cantidades de dinero que invierten los gobiernos y organismos multilaterales en tales programas los efectos son pasajeros, regresando la pobreza cuando se terminan los recursos.
En quinto lugar, no se puede dejar de mencionar que también ha jugado un papel en este proceso lo que se podría llamar la desideologización de la visión empresarial. Esta visión de la empresa grande, vertical y rígida como representante de todas las empresas se basaba en el dogmatismo de la economía clásica y neoclásica que se congelaron en la realidad del siglo pasado.
En sexto lugar, observamos la expansión y consolidación de opciones ideológico-políticas que enfatizan la igualdad de oportunidades como uno de los principios rectores de laeconomía de mercado. Es uno de los argumentos más sólidos
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