Areas Monetarias Optimas

CAPITULO 23

ÁREAS MONETARIAS ÓPTIMAS Y LA EXPERIENCIA EUROPEA: ALGUNAS REFLEXIONES

Juan José Toribio Dávila

CONCLUSIONES

- Hace 50 años, Robert Mundell (1961) publicó en American Economic Review su famoso artículo en el que establecía fundamentos conceptuales para las denominadas «áreas monetarias óptimas» (OCA’s, en el acrónimo anglosajón). En este medio siglo, la economía mundial ha experimentado cambios dramáticos, que plantean nuevos retos intelectuales para los estudiosos de la teoría monetaria y cambiaria, sin excluir, el ámbito conceptual de las OCA’s.

- En 1961, Mundell señala las ventajas de una moneda común en el ámbito del comercio exterior, con ella, se eliminan, los costes de transacción asociados al cambio de divisas, a la vez que desaparece cualquier riesgo cambiario que pudiera materializarse entre el comienzo de una negociación comercial y el instante en el que la misma concluye, mediante el cobro efectivo.

- La presencia de perturbaciones asimétricas (más probables cuanto mayor sea la divergencia estructural) y la asincronía en las fases del ciclo exigen algunas vías de ajuste intrazona, ajustes que no pueden discurrir a través de políticas monetarias diferenciadas o de alteraciones en los tipos de cambio. En la medida en que alguna de las alternativas se diera de forma efectiva, el área monetaria afectada podría acercarse a la calificación de «óptima»

- Tres serían las alternativas «mundelliana» de ajuste para reequilibrar la situación, y estas serían: primera es pasar por un ajuste de precios y salarios, la segunda alternativa vendría determinada por una movilidad efectiva y plena de recursos productivos (capital y trabajo), el tercero elemento de ajuste residiría en la posibilidad de arbitrar una política fiscal centralizada (tributaria y gasto público)

- Un área monetaria amplia, integrada por países distintos, facilita y genera procesos inversores. Para los habitantes de una región de la zona monetaria, la tenencia de moneda común implica una capacidad que le es facilitada por los moradores de las regiones restantes, de quienes puede obtener bienes y servicios o activos rentables a cambio de moneda fiduciaria. En ausencia de la moneda común, tal «crédito» es inexistente o dependería del grado de aceptación de una moneda extranjera, así como de las condiciones, precio (tipo de cambio) incierto, y costes transaccionales de los mercados de divisas.

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