Monetarias óptimas
Enviado por solange • 26 de Abril de 2015 • 8.613 Palabras (35 Páginas) • 185 Visitas
La Crisis Europea dentro del contexto de la teoría de las zonas monetarias óptimas: ¿Son las zonas monetarias inviables?
Solange Hermosilla, René Baeza, Estudiantes Ingeniería Comercial UFT
Resumen – El objetivo de este documento tiene por finalidad abordar la crisis Europea desde la perspectiva de la teoría de la zona monetaria óptima. Por lo tanto, se presenta una revisión histórica de la bibliografía de las zonas monetarias óptimas, tanto teórica como empírica. Se hace referencia al trabajo de Rudi Dornbusch (2001) el cual es una defensa de las uniones monetarias, para demostrar tanto desde la teoría como de los sucesos de la actual crisis Europea que el problema de la definición de una zona monetaria óptima, como el análisis costos/beneficio de la decisión de pertenecer, no es trivial. Esto dará paso a una reflexión en cuanto al alcance de la teoría y las aproximaciones empíricas al problema. Por último se concluye que el problema es de amplio espectro, y que la falta de consenso teórica complica las aproximaciones empíricas. Además, el problema es en definitiva un problema político y por lo tanto debe ser entendido como tal.
I. INTRODUCCIÓN
La Conformar una zona monetaria tiene múltiples conflictos en dos ámbitos, el económico y el político. En relación al primero, la teoría no está unificada, y no es claro cuando es conveniente para un país renunciar a su moneda para optar a otra. Si bien, existe cierto consenso del porque sería una buena idea para un grupo de países, compartir una moneda común, cuantificar los beneficios y a la vez prever los costos asociados al cambio no es trivial. Además, la actual crisis en Europa nos ha demostrado que el ámbito político pesa, y que tal vez el problema no solo se debe entender en el campo de lo económico, sino que para conformar una zona monetaria con el apellido “óptima”, la política tiene que estar en línea con los desafíos que se le presentan. Buscar mecanismos para crear consensos y mantener acuerdos podría llegar a ser la clave.
II. UNA BREVE REVISIÓN HISTÓRICA DE LA TEORÍA DE LAS ZONAS MONETARIAS ÓPTIMAS.
La teoría de la OCA (por sus siglas en inglés. “Optimum Currency Area”) nace en 1961 con el “paper” llamado: “A Theory of Optimum Currency Areas” presentado por Mundell, el cual, enfatiza como principales características: la perfecta movilidad de los factores productivos trabajo y capital entre regiones (en especial trabajo), además, de la flexibilidad de salarios y precios. De este artículo, se van a tomar una serie de otros autores quienes agregan nuevos puntos de vista y características a lo que se puede definir como una zona monetaria óptima. Entre ellos, destacan los trabajos de: McKinonn (1963), Kenen (1969), nuevamente Mundell (1971) Corden (1972), Ishiyama (1975) y Tower and Willet (1976). Dentro de estos, se recalca la importancia del tamaño, diversificación y grado de apertura comercial ex ante de la economía, como criterios importantes de integración de una economía con otras. También, se plantea la idea y relevancia de estabilizadores macros (Kenen), y que no existe solo un criterio para definir que es una OCA (Ishiyama). A esta serie de trabajos se les llama la teoría clásica de la OCA. Donde, su principal objetivo es definir criterios para acotar lo que se puede considerar una región óptima de moneda en común. Los avances se pausan por algunos años hasta que se empieza a discutir la creación del Euro. Esto, da pie a una segunda ola de ideas, la cual se conoce como la teoría moderna de la OCA. A diferencia de su antecesora, se enfoca principalmente en el análisis costo/beneficioso de integrar una unión monetaria. Destaca el trabajo de especialización de Krugman (1993), el de endogeneidad de Frankel y Rose (1997), por ser visiones contrapuestas de un mismo problema. Otros trabajos importantes, son aquellos relacionados con las políticas monetarias, shocks reales y monetarios comunes y la importancia de una institucionalidad común. Además, de un nuevo desarrollo teórico, el nacimiento de la UME dio inicio a una serie de aproximaciones empíricas al problema para discernir el éxito o fracaso del proyecto Europeo.
III. INCENTIVANDO LA DISCUSIÓN. LA CRÍTICA DE RUDY DORNBUSH.
Una primera aproximación a los beneficios y costos de pertenecer a una unión monetaria es el trabajo de Obstfeld and Roggof (1996). Donde se expone que los principales beneficios son: reducir los costos de las transacciones tanto comerciales como financieras asociados a la convertibilidad de la moneda entre los países miembros, menores costos contables, mayor poder de predicción sobre los precios relativos para las firmas operando en más de un país, y protección contra ataques especulativos, los cuales en otra ocasión podrían llevar a burbujas en el tipo de cambio real. Mientras, los argumentos en contra son: la pérdida de la política monetaria y la pérdida del señoreaje.
El primer punto expuesto por el autor es que los países desean mantener su soberanía. Al compartir una moneda común el país restringe su poder de decisión sobre cómo manejar su política monetaria, esto representa un costo, si bien no netamente económico, se restringe la discrecionalidad por parte de las autoridades del país en cuestión. El autor no profundiza mucho más en este punto desechándolo rápidamente como argumento para no lograr una moneda común, lo cual creo es un error por dos motivos. Primero, la literatura revisada hace mención de la importancia de factores políticos como aspecto relevante para la zona monetaria, y dos la actual crisis Europa nos ha demostrado que superar las diferencias políticas no es fácil. En cuanto al punto uno, si bien no se hace mención específica o la teoría no anticipa este problema, si considera la importancia de las instituciones. Por ejemplo, las del mercado laboral, y como diferencias en estas pueden tener repercusiones negativas en los ajustes de internos de una zona monetaria óptima (Mundell 1961, deja implícito esto con la flexibilidad de los mercados laborales, y Grauwe 2003 lo explicita dando importancia a como se constituye el mercado laboral de un país). Por definición, la institucionalidad regente al mercado laboral de un país en específico es una construcción soberana, y si bien es teóricamente importante definir una institucionalidad del mercado laboral uniforme a los países miembros de la unión, con el propósito de facilitar ajustes de este frente a algún “shock” no especifico. El costo político puede ser alto, no es difícil imaginar presiones del sector trabajadores para evitar flexibilizaciones del mercado laboral como ejemplo. En lo referido al segundo punto,
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