Auditoria Y El Riesgo

El artículo citado en el Financiero sobre La Auditoría y el Riesgo, no es sobre la Auditoría y el Riesgo, sino la evolución de la Auditoría con el pasar del tiempo. La auditoría interna se ha convertido en un factor de la nueva era de rendición de cuentas y control. La forma en la que las entidades mantienen el control interno, y la forma en la que éstas deben rendir cuentas ha evolucionado, requiriéndose mayor transparencia y una mejor rendición de cuentas a inversionistas. Esta tendencia ha impactado significativamente en la forma en la que la gerencia instrumenta, monitorea y reporta sobre los controles que se tienen.

A pesar de que los auditores internos pueden ser una fuente valiosa de asesoría sobre control interno, no deberá fungir como sustituto de un sistema de control interno sólido. Un sistema de control interno representa la primera línea de respuesta para afrontar riesgos.

El papel de la auditoría interna ha evolucionado, de un procedimiento administrativo enfocado al cumplimiento, hacia un elemento importante de una buena gestión administrativa. En muchos casos, la existencia de auditoría interna es obligatoria.

Ahora bien, el uso de las tecnologías de información para apoyar el proceso de fiscalización ya no es algo opcional, sino más bien exigente. No se trata solo de la cantidad de información que se presenta a los auditores en formato electrónico, sino también de que su volumen y complejidad limitan la intervención con técnicas manuales. Además, el ambiente de sistemas de información en nuestro mercado de fiscalización cambia rápidamente.

Por otro lado, una definición de Riesgo es desviación positiva y/o negativa en la consecución de los objetivos, consecuencia de la incertidumbre. En este caso la palabra riesgo dentro de una auditoría que incluye su evaluación en conjunto con sistemas automatizados el riesgo de una desviación negativa es menor, ya que da una efectividad en la administración del proceso de fiscalización propiamente dicho, en cuanto a la planeación, ejecución y control de nuestras actividades.

Se dibuja como una función principal que permite a las organizaciones obtener seguridad sobre el cumplimiento de objetivos de las compañía, incluyendo la eficiencia y eficacia de las operaciones, salvaguarda de activos, fiabilidad y la integridad de la información financiera y operativa, o el cumplimiento de las leyes, reglamentos, políticas, procedimientos y contratos; los elementos del sistema de gestión de riesgos y su conexión con el marco de control interno, incluyendo el entorno de control; los elementos del marco de la gestión de riesgos, (es decir, identificación de riesgos, evaluación de riesgos y respuesta); información y comunicación y seguimiento; así como la integridad de los procesos clave de negocio, tales como ventas, producción, marketing, seguridad, funciones de cliente y operaciones, así como las de apoyo (por ejemplo, los ingresos y la contabilidad de gastos, recursos humanos, compras, nómina, elaboración de presupuestos, la infraestructura y la gestión de activos, inventarios o tecnología de la información).

Hoy en día, los auditores internos trabajan más en evaluar y juzgar los riesgos cobrando relevancia los riesgos tecnológicos relacionados con la informática, la posibilidad de ataques a bases de datos y la ciberseguridad en general, el auditor interno tiene una labor muy compleja, puesto que tiene que lograr la homogeneización de procesos y estándares.

Para poder cumplir con sus cometidos, Auditoría Interna necesita contar con personas que posean diversas habilidades. Por la amplitud tanto del tipo de proyectos como del alcance en toda la organización, la función de Auditoría Interna se expone continuamente a través de sus equipos y los trabajos que lleven a cabo, mejorar la percepción de la función se haga el resto de las organizaciones (capaces, informadas, comunicadoras)

No hay dudas de que en general, los

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