Auditoria y Planificacion

Caso: La delegación

La empresa, fundada en 1990 por el señor Víctor González, dedicada a la entrega de servicios de aire acondicionado, comenzó con la dirección de su propietario, el señor González se dedicó 25 años al negocio, con la ayuda de sus hijos, pero debido al crecimiento del negocio, se vio en la obligación de delegar, a causa de la gran demanda de responsabilidades que el negocio generaba con su crecimiento, por lo cual no podía con todo. La empresa debió contratar un Administrador para apoyar las actividades demandadas, por lo que el señor González debió delegar la gran mayoría de las actividades, debido a que sus hijos ya profesionales, tenían otras ocupaciones, por otro lado, a su avanzada edad agravaba la situación de delegar, pues ya se encontraba cansado por tanto trabajo.

La empresa del señor González, decidió contratar en 2007, a un joven profesional egresado de la Universidad Católica, primero en su promoción, ofreciéndole un sueldo fijo de $1.500.000. Todo parecía ir bien en la empresa, el profesional parecía desarrollar muy bien su trabajo debido a la experiencia y sus competencias adquiridas.  El señor González, debido a que delegó sus obligaciones se sentía tranquilo de tanto trabajo, por lo que se despreocupó, ya que contaba con un profesional con experiencia.

El profesional Pérez, debido a la confianza depositada y la falta de preocupación del señor González en la administración, lo cual fue percibido por el joven, comenzó a maquillar la contabilidad, con él, la compañía descubrió en toda su expresión lo que es la ingeniería contable. Pasivos que se convirtieron en activos, préstamos que se computaban como ingresos, deuda maquillada, beneficios inflados.  A ojos de la contabilidad, todo gozaba a la perfección, por lo que nada podría salir mal. Un día un proveedor al percatarse de que la cuenta no había sido pagada con un atraso de más de 90 días, se acercó a la empresa, para mala suerte del profesional Pérez, que en esa ocasión no se encontraba, el proveedor se entrevistó con el jefe de contabilidad y esté se enteró de la situación, por lo que la realidad maquinada por el profesional Pérez fue descubierta en la empresa, ya que no tenía cómplices, amasando fortuna solo.

Muchos se sorprendían del patrimonio de este profesional, unos meses después que asumió la responsabilidad de la administración de la empresa del señor González, pero nadie dudo de su ética y profesionalismo, sin imaginar que estaba desfalcando a la empresa durante 5 años. El señor González se vio en la obligación de liquidar su negocio, ya que no tenía opción dado el nivel de fraude cometido por el profesional.

El profesional fue sentenciado a 10 años de prisión, pero debido a su buena conducta fue liberado antes de cumplir 6 años de cárcel, ya que realizó clases de ética, entre otros temas, en la cárcel a otros reos con delitos económicos.

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