BELGÍCA

BELGÍCA

Bélgica uno de los principales países más ricos del mundo y de la Unión Europea. Fue el principal país de la Europa continental que prendió el conflicto de la revolución Industrial., tras Inglaterra. Tiene un índice de desarrollo humano altísimo, sobre el 0.946. Su Estado del bienestar está muy desarrollado, y alcanza a toda la población con servicios de primer nivel. Su economía se basa, fundamentalmente, en los servicios. La agricultura aporta el 1% del PIB y acoge al 2% de la población activa, la industria supone el 24% del PIB y el 25% de la mano de obra y los servicios el 75% del PIB y el 73% de la fuerza de trabajo. [pic 2]

El grado de desarrollo del país, con estar muy alto en todas las partes, muestra una clara disimetría entre la región flamenca, más industrial, y la valona más agrícola, y sufre la crisis de su antigua industria siderúrgica. En Lieja y Charleroi se creó desde el siglo XIX una potente industria minera y acerera. Pero la actual industria belga se desarrolla tras la segunda guerra mundial, cuando se instala en Flandes el sector químico y petroquímico. 

Un cuarto de la superficie del país se destina a la agricultura, y otro tanto a los pastos. Otro 20% está ocupado por bosques que se explotan silvícolamente. Se trata de un sector muy capitalizado que utiliza con ventaja todos los avances de la revolución verde, especialmente los cultivos en invernadero. La campiña flamenca, especialmente Barbante y Hainaut es la región en la que la agricultura intensiva está más desarrollada. [pic 3]

En las Ardenas y las mesetas limosas de Valonia predomina la dedicación ganadera y silvícola. Las explotaciones son muy pequeñas, debido a la gran abundancia de explotaciones a tiempo parcial. Los principales productos belgas son los hortícolas, las flores y las frutas de invierno. También tiene una importante cabaña ganadera, pero todo ello es insuficiente para atender a las demandas de alimentación del país, por lo que debe de importar gran parte de los productos que consume. [pic 4]

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El carbón es la fuente de energía preferente, ya que debe de importar todo el petróleo que consume. Las cuencas mineras son las de Borinage, Charleroi, Lieja y Herve, pero el carbón es ya un recurso escaso en Bélgica. También es un importante productor de cinc y cobre. [pic 6]

Los servicios están muy desarrollados. Destaca, sobre todo, el comercio, tanto el local como el internacional. La industria belga es tan potente que necesita exportar para mantener su producción. Los principales socios comerciales de Bélgica son Alemania, los Países Bajos, Francia, el Reino Unido, Italia, los Estados Unidos y España. Su balanza comercial es claramente positiva. Los transportes cuentan con una red muy desarrollada, para dar servicio a las mercancías industriales que se exportan y los alimentos que se importan. Consta de una densa red de autopistas y canales que comunican todas las ciudades y estas con el exterior. Los puertos tienen salida al mar a través de los grandes ríos. Amberes y Gante son los principales puertos de Bélgica.

Bélgica tiene un pequeño sector turístico, centrado en el turismo cultural, los congresos de empresas y las reuniones políticas. Se centra, pues, en las grandes ciudades del país, y se mantiene durante casi todo el año. (Santiago, 2008)[pic 7]

Coste de Vida

El coste de vida es alto, por tanto, por eso es conveniente que cuentes con ciertos ahorros antes de llegar al país. En general, el nivel de vida se asemeja mucho al de otros países de la Unión Europea como Alemania o Francia.

El gasto anual medio es de 20.400 euros (alojamiento, alimentación, tiempo libre, transporte, etcétera). Esta cantidad puede variar de un año a otro, por eso conviene consultar con la universidad y el consulado, donde te proporcionarán información actualizada. (España, s.f.)

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Contexto económico[pic 10]

En el último par de años, la economía Belga ha repuntado continuamente, con un crecimiento del PIB de 1,2% en 2016 y 1,6% en 2017. Para el 2018, el FMI prevé el mismo crecimiento del año anterior (1,6%). Bélgica goza de una posición geográfica estratégica: se sitúa entre el Reino Unido, Alemania y Francia, las tres principales economías de Europa. El crecimiento es estimulado por la inversión y la demanda de los hogares. El clima de negocios es bueno, y el país es ideal para los negocios de importación/exportación. En su conjunto, Bélgica es un país estable, a pesar de que las tensiones culturales entre la Valonia (francoparlante) y Flandes (donde se habla neerlandés) han marcado la vida política.

La deuda pública y el déficit bajaron en 2017, a pesar de que la coalición en el poder ha sido criticada por su manejo del presupuesto. Se prevé que la deuda pública represente 104,3% del PIB en 2017, y que se reduzca a 102,9% en 2018. El primer ministro, Charles Michel, y su gobierno han implementado recortes fiscales para los hogares, y han aliviado las condiciones financieras para la inversión. A pesar de los esfuerzos del gobierno, el impuesto sobre el trabajo sigue siendo muy elevado en Bélgica. En 2016, representó 54% del costo laboral, la cifra más elevada de los países de la OCDE. A principios de 2018, el gobierno votó una reducción de impuesto para las corporaciones, pasando de 34% a 30%, pero hasta ahora no ha logrado decidirse a subir el impuesto al ingreso. Entre tanto, las exportaciones han seguido siendo elevadas, y debieran mantenerse en esta línea, ya que se benefician de los sólidos resultados económicos de Alemania, Francia y los Países Bajos, los tres principales socios de Bélgica. El turismo se vio afectado por los ataques terroristas islamistas en suelo belga en junio y agosto de 2017, y antes en 2016. El sistema político belga es complejo. Existen diferentes mayorías, tanto a nivel regional como nacional. El gobierno actual es una coalición de centroderecha, que incluye a tres partidos flamencos y un partido francófono. El proceso de toma de decisiones en Bélgica es muy controvertido: los líderes de la “Comunidades” pueden aprobar decretos y ordenanzas que tienen el mismo valor jurídico que las leyes federales. Por ejemplo, los flamencos se niegan a ratificar el tratado CETA, que elimina las tarifas entre la UE y Canadá. Esta decisión forzó a la coalición en el poder a renegociar el tratado, para gran molestia de los otros miembros de la UE. Por último, el superávit comercial de Bélgica es amenazado por la caída de la demanda británica en 2017.

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