BRASIL
Enviado por susane12345 • 26 de Junio de 2015 • Tesis • 2.446 Palabras (10 Páginas) • 166 Visitas
Los principales obstáculos estructurales para implementar exitosamente las políticas de empleo recientemente iniciadas serían, en primer lugar, las características de la oferta de mano de obra, o sea, la naturaleza específica de la fuerza de trabajo brasileña, que presenta baja calificación media y débiles mecanismos de defensa ante la disminución de la demanda por trabajo. Por otro lado, otros factores estructurales de largo plazo, como los cambios mundiales verificados en el mundo laboral actual, que exigen requisitos específicos de polivalencia para la contratación del trabajador, se asocian a factores coyunturales como las políticas públicas diseñadas para garantizar la estabilidad macroeconómica, particularmente el control de las tasas de inflación. Estas políticas de contención de las actividades económicas para la estabilización entran en conflicto con políticas de desarrollo que lucen no prioritarias para el actual gobierno.
l análisis permite constatar que en Brasil no existe un sistema articulado y eficazmente coordinado de protección social, que garantice la obtención de ingresos en el mercado de trabajo. Lo que existe es una serie de instrumentos y políticas, que se superponen con escasa articulación y falta de organicidad, duplicando acciones con el consiguiente desperdicio de esfuerzos y recursos. Se observa también una persistente rigidez que impide una caída de los índices de desigualdad entre oportunidades de empleo, de ingresos, de mejora profesional y de protección legal en el país, lo que termina reproduciendo la desorganización de este mercado, la concentración de beneficios y la ineficacia de las políticas públicas adoptadas.
DESVENTAJAS- OBSTACULOS
1-Infraestructura precaria
Según un estudio del Departamento de Competitividad de Tecnología de la Federación de Industrias del estado de Sao Paulo, las empresas tienen un gasto anual extra de US$8.000 millones debido a la precariedad de las infraestructuras del país, incluidas las pésimas condiciones de las autopistas y los problemas de los puertos.
Además de resultar más caro, el transporte por carretera en Brasil sufre de una infraestructura deteriorada.
Como resultado, los costos logísticos acaban encareciendo el producto final. Según un análisis del instituto ILOS (Instituto de Logística y Cadena de Suministro), cerca del 30% del precio de cada tonelada de soja producida en el Mato Grosso y exportada a través del puerto de Santos corresponde a los costos de transporte.
"En Brasil también está la opción del transporte por carretera, más caro que otros medios, como el tren o las vías fluviales" explica Márcio Salvato, coordinador del curso de economía del Ibmec (Instituto Brasileño de Mercados Capitales).
Además de la infraestructura, el país también sufre los altos precios de la energía eléctrica, a pesar de que el 70% de la energía consumida proviene de centrales hidroeléctricas, que son limpias y baratas.
Una investigación de la Federación de Industrias de Río de Janeiro, publicada el año pasado, demostró que el costo medio de la energía en Brasil es un 50% superior a la media global y más del doble que el de otras economías emergentes.
2-Falta de mano de obra especializada
En algunos sectores industriales Brasil vive ya un "apagón de mano de obra", o lo que es lo mismo, una carencia de profesionales capaces de llevar a cabo tareas esenciales para el crecimiento del país.
Según un reciente estudio llevado a cabo por la empresa Manpower en 41 países de todo el mundo, Brasil ocupa el segundo lugar entre las naciones con mayores dificultades para encontrar profesionales cualificados, detrás solo de Japón.
Entre los empresarios brasileños entrevistados para el estudio el 71% afirmaron que no habían sido capaces de encontrar en el mercado las personas adecuadas para ciertos trabajos.
En comparación, en Argentina este porcentaje es del 45%, en México del 43% y en China de apenas el 23%.
"Al contrario que en Japón, donde el mayor problema es el envejecimiento de la población, el problema en Brasil es la falta de personal cualificado", asegura Márcia Almström, directora de recursos humanos en la filial brasileña de Manpower.
El complicado "impuesto en cascada" brasileño.
De acuerdo con un estudio del Ipea (Instituto de Encuesta Económica Aplicada), el gobierno dedicó apenas el 5% del PIB de 2010 a educación, en contraste con el 7% dedicado de media en el resto del mundo.
"Sufrimos la falta de profesionales técnicos, de operarios manuales y de ingenieros", comenta Almström.
En la actualidad, según datos de la consultora McKinsey, tan solo un 7% de los trabajadores brasileños tiene un diploma universitario, por detrás de Sudáfrica (9%) y Rusia (23%).
3-Complejo sistema tributario
Según el informe del Banco Mundial "Doing Business" (Haciendo Negocios), las empresas medianas de Brasil requieren 2.600 horas de trabajo para pagar sus impuestos, frente a las 415 que necesitan en Argentina, las 398 de China o las 254 de la India.
"Ya es hora de que Brasil simplifique su sistema tributario", asegura André Perfeito, economista jefe de Gradual Inversiones.
Uno de los ejemplos del complejo sistema brasileño es el funcionamiento del Impuesto sobre Circulación de Mercaderías y Servicios (ICMS).
Al estar presente en todas las etapas de la cadena productiva se recoge varias veces y provoca la aparición de impuestos sobre impuestos, fenómeno conocido como "impuesto en cascada".
"Son 27 legislaciones, una para cada estado, además de tasas diferentes para cada producto", afirma Felipe Salto, economista de Tendencias Consultoría.
El resultado son productos menos competitivos, que llegan más caros a las tiendas y sufren la fiera competencia de los productos extranjeros.
4-Baja inversión pública y privada
Históricamente, la tasa de inversiones tanto pública como privada es baja en Brasil, en torno al 18% del PIB.
La Argentina de Cristina Kirchner tiene una burocracia menos complicada que el Brasil de Dilma Rousseff.
Los especialistas consideran que para permitir un crecimiento sustancial de la economía habría que elevar este número hasta el 25%.
Esto se debe a que, sin inversiones, comprar nuevas maquinarias o construir infraestructuras, por ejemplo, es menos eficiente, y encarece y disminuye la competitividad de los productos brasileños.
"Es preciso que el gobierno haga los ajustes necesarios para aumentar la confianza de los empresarios y así incentivar la inversión", asegura
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