BUSSINESS HARVARD REVIEW
Enviado por kchorrita1972 • 17 de Marzo de 2014 • 10.948 Palabras (44 Páginas) • 356 Visitas
urante gran parte de la historia empresarial moderna,
las corporaciones han intentando generar
valor alineando sus estructuras con sus estrategias.
Por ejemplo, cuando la producción masiva se consolidó
en el siglo 19, las empresas generaron enormes
economías de escala al centralizar funciones clave, tales
como operaciones, ventas y finanzas. Unas décadas más
tarde, cuando las firmas diversificaron sus productos
y se expandieron hacia nuevas regiones, un modelo
contrario emergió. Corporaciones tales como General
Motors y DuPont crearon unidades de negocios estructuradas
alrededor de productos y mercados geográficos.
Las unidades de negocios, más pequeñas, sacrificaban
algunas economías de escala, pero eran más flexibles y
adaptables a las condiciones locales.
Estos dos modelos de negocios –centralizado por
función contra relativamente descentralizado por producto
y región– lograron mantenerse vigentes por largo
Los sueños estratégicos muchas veces se convierten en pesadillas cuando las
empresas comienzan a distraerse en costosas reestructuraciones. Es mucho
más eficaz elegir un diseño que funcione razonablemente bien, y luego
desarrollar un sistema estratégico para ajustar la estructura a la estrategia.
Cómo implementar
una nueva estrategia
sin perturbar a su
organización
por Robert S. Kaplan y David P. Norton
E tiempo, en gran medida debido a que la evolución de la
organización empresarial fue bastante incremental. De
hecho, la estructura de divisiones de producto siguió
siendo el modelo dominante durante 50 años o más.
Pero a medida que la competencia se intensificó en
el último cuarto del siglo 20, los problemas de ambos
modelos se hicieron evidentes, y las empresas buscaron
nuevas maneras de organizarse para generar valor corporativo.
Muchas multinacionales adoptaron una organización
de matriz creyendo que podrían conservar tanto
las economías de escala de las funciones centralizadas
y la flexibilidad de sus unidades de negocios, fuesen
geográficas o por líneas de producto. Pero las organizaciones
matriciales no eran fáciles de coordinar. Los
ejecutivos que operaban en una intersección de la matriz
tenían que conciliar los dictados de dos superiores,
lo que conducía a conflictos y retrasos. El movimiento
Copyright 2006 Harvard Business School Publishing Corporation. All rights reserved. Todos los derechos reservados. 3
de la reingeniería de procesos de negocios de los años
90 introdujo otro modelo, en el cual la corporación se
organizaba alrededor de sus diversos procesos, en lugar
de sus tradicionales fronteras funcionales, de producto
y geográficas. Pero las múltiples unidades enfocadas en
procesos todavía tenían problemas para coordinar y
alinear sus actividades; un silo es un silo, se trate de un
proceso de negocios, de una función o de un grupo de
productos. Más recientemente, hemos escuchado hablar
de organizaciones “virtuales” y “en red” que operan
cruzando los límites tradicionales, y de la “organización
velcro”, una empresa capaz de ser separada y vuelta a
armar de otras maneras para responder a oportunidades
cambiantes.
La continua búsqueda de nuevas formas organizacionales
es impulsada por cambios básicos en la naturaleza
de la competencia y de la economía. Primero, la ventaja
hoy se deriva menos de la gestión de activos físicos y
financieros, y más de cuán bien las empresas alinean
sus activos intangibles tales como trabajadores del conocimiento,
I&D y TI con las demandas de sus clientes.
Segundo, las oportunidades y los desafíos producidos
por la globalización están forzando a las empresas a
revisar muchos supuestos acerca del control y la gestión
tanto de sus activos físicos como de sus activos
intangibles. La empresa de computadoras de hoy, por
ejemplo, puede fabricar componentes en China, ensamblarlos
en México, despacharlos a Europa y atender a
los compradores desde centros de llamados en India.
Esta dispersión genera demandas por nuevas estructuras
que alineen las unidades internas y las tercerizadas
alrededor del mundo.
A medida que las empresas han lidiado con estos
asuntos, muchas se han visto atrapadas en costosos y
frustrantes ciclos de cambio organizacional. ABB es un
ejemplo clásico: la empresa atravesó por una reorganización
tras otra luego de su primer experimento con la
forma matricial a finales de los años 80. Como Pankaj
Ghemawat de Harvard Business School describe en su
artículo para HBR de noviembre 2003, “La estrategia
olvidada”, esta rotación de reestructuraciones es costosa
y a menudo crea nuevos problemas organizacionales
tan serios como los que resuelve. Toma tiempo que los
empleados se adapten a nuevas estructuras, y una gran
cantidad de conocimiento tácito –precisamente el tipo
que se ha vuelto más valioso– se pierde en el proceso,
a medida que los empleados descontentos se van. Por
encima de eso, las empresas se ven cargadas con los vestigios
de decisiones organizacionales anteriores, tales
como sedes locales y regionales obsoletas e infraestructuras
de TI heredadas. Dados los costos y las dificultades
que involucra encontrar maneras estructurales de
generar valor, resulta razonable plantear la pregunta:
¿Es el cambio estructural la herramienta correcta para
el trabajo?
Nosotros creemos que la respuesta usualmente es
no. La lección que hemos extraído de nuestro trabajo
con centenares de organizaciones en mapas estratégicos
y cuadros de mando es que las empresas no necesitan
encontrar la estructura perfecta para su estrategia.
Como demostraremos en las páginas siguientes, un enfoque
mucho más eficaz consiste en elegir una estructura
organizacional que funcione sin grandes conflictos
y luego diseñar un sistema estratégico personalizado
para alinear esa estructura con la estrategia.
Veremos cómo dos organizaciones muy diferentes
–DuPont Engineering Polymers y la Real Policía Montada
de Canadá– tomaron sus estructuras existentes
...