CADENA DE SUMINISTRO

En la cadena de suministro de los lácteos encontramos como primer eslabón la recolección de la materia prima en los establos, donde los ganaderos ordeñan las vacas, las cuales han convertido el pasto consumido en leche. posterior a esto, la leche va directo a la planta de acopio para comprobar que cumple con todos los estándares de calidad para ser consumida. Esto se debe a que la leche puede contaminarse desde la etapa de producción, ya sea por contaminantes químicos como lo son los medicamentos veterinarios o por contaminación microbiológica; por estas razones, se requiere de una medida de control adecuada, para obtener una mayor higiene durante el ordeño de la vaca y su procesamiento.

Seguidamente, la leche cruda es recogida y transportada en cántaras de leche o en camiones cisterna a las fabricas productoras, donde la temperatura de refrigeración no debe ser mayor a 4°C. Una vez la leche cruda es recibida en el establecimiento donde se va hacer su transformación, se efectúan los siguientes controles: inspeccionar la leche, comprobar la garantía examinando la documentación, comprobar si cumple la normativa vigente en cuanto contenido microbiológico e inhibidores y verificar la temperatura de refrigeración  durante el transporte especialmente en el momento de recepción en el establecimiento, evitando así la contaminación de la leche por una mala higiene de los animales o establos y una refrigeración incorrecta.

Después de todo el proceso de calidad, se recibe la leche que será utilizada para el consumo humano. Ésta debe pasar por una serie de procesos industriales como lo son: la pasteurización, esterilización, UHT, homogenización y centrifugación del producto, que facilita su uso posterior. Estos tratamientos térmicos ayudan en la eliminación de los gérmenes que la leche contiene, siendo una de las etapas más importantes para empezar con la fabricación de los diferentes productos: leche, yogurt, queso y crema. Posteriormente, los productos serán empacados en envases parcialmente formados en los propios equipos de envasado, donde antes de su uso son esterilizados. Además, los operarios deben estar atentos para vigilar cualquier anomalía y una mala manipulación del empaque y/o producto.

Los productos liberados son distribuidos a los mayoristas y a empresas que tienen un contrato corporativo. La leche pasteurizada, quesos, yogurt, entre otras, son transportadas en vehículos refrigerados para no romper la cadena de frio, sin embargo, las leches esterilizada y UHT, como son productos de larga vida, no es necesario ser transportada en frio. Es importante que, durante todo el proceso de distribución del producto lácteo, se evite el inadecuado tratamiento y golpes, que originen roturas, pinchazos o reventones causando la perdida de hermeticidad de los envases.

Por último, el consumidor final recibe el producto para su consumo, en un estado óptimo por medio del canal de comercialización que este utilice para su obtención, ya sea acercándose al punto de venta más cercano o realizar pedido a domicilio, igualmente los consumidores deben respetar la temperatura y las condiciones de almacenamiento para su mayor duración.

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