CAMBIO AL SCM

Es evidente que el cambio a SCM no es un camino fácil. En primer lugar, para que el proyecto de cambio sea viable, debe haber una implicación directa y un apoyo incondicional por parte de la dirección de la empresa, facilitando los recursos humanos, técnicos y económicos necesarios.

Igualmente importante es la implicación de todo el personal de la empresa en el proyecto, detectando potenciales talentos y motivando su colaboración.

Fundamental para el éxito del proyecto es también la colaboración de todos los integrantes de la cadena, identificándose las prioridades de cada socio comercial.

Un paso previo a la implantación e integración de la cadena de suministro, es disponer en la compañía de un sistema integrado de Planificación de los Recursos de la Empresa (ERP), el cual nos va proveer de una información muy valiosa para facilitar este cambio.

Otro aspecto que va facilitar el cambio es diseñar una estrategia adecuada, estableciendo prioridades, previendo los desafíos futuros y centrándose en los requisitos del cliente (” La relevancia estratégica comienza por el cliente y se remonta hacia los eslabones superiores”).

Como aspectos que dificultan el cambio a SCM, podría ser la complejidad del proyecto, ya que no es lo mismo la implantación de SCM en una empresa de ámbito nacional, que en multinacional.

Este tipo de proyecto, requiere que se comparta mucha información relevante de las empresas participantes, por lo tanto una falta confianza y colaboración entre sus miembros haría inviable dicho proyecto.

También un aspecto que creo puede dificultar el cambio es la incertidumbre del éxito de este tipo de proyecto, ya que se requiere de bastante tiempo y de fuertes inversiones, y puede que al final no se cumplan todas las expectativas generadas.

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