CASO: “Helados la fontana”

CASO: “Helados la fontana”

Helados La Fontana" es una empresa familiar fundada el 8 de noviembre del año 1982 en la ciudad de Arica. Encabezada por Kenny Corrales y Amalia Segovia, matrimonio comerciante que no lograban dar con el negocio indicado para sus vidas.

Nacen 3 hijos (2 hombres y una mujer), de los cuales solo los dos varones heredan la administración del negocio. Amalia con una inquietud de entrar al rubro del helado artesanal, es que empieza una intensa búsqueda de información, recetas y demases, hasta que llegan a los primeros contactos con una empresa italiana la cual les vendía maquinaria especializada y capacitaba para su uso óptimo.

 Este matrimonio no contaba con formación académica en áreas como administración ni mucho menos del helado artesanal. Tras varios intentos consiguieron dar con el producto, decidieron comenzar con un pequeño negocio, cosa que para la época fue triunfal; el mercado del helado en ese entonces no estaba para nada desarrollado, teniendo como única referencia las "tallas" (paletas de helado), que se vendían de forma ambulante y la marca que destacaba en ese entonces "Pinguinitos".

 Comenzaron adquiriendo máquinas usadas, del modelo Carpigiani con 19 años de uso, una expendedora y congeladora. Los primeros años se dedicaron a aprender sobre la marcha y tratar de traspasar todo el conocimiento a los hijos ya que serían la nueva generación que mantuviera el negocio.

Al ser un rubro nuevo en la ciudad, la primera década la pasaron sin ningún problema, y pudieron seguir con su aprendizaje. Su crecimiento se fue dando paulatinamente en el tiempo, consigo trajo un crecimiento en su capital y a su vez, nuevas oportunidades. En la década de los noventas vino la primera capacitación que se hizo de forma familiar (padres e hijos) en la Universidad Austral, ciudad de Los Ángeles. Se capacitaron en el tecnicismo del helado artesanal donde lograron recabar información acerca de la fórmula del helado y maquinarias de última generación. De tal capacitación es que llegaron a la conclusión de no variar en sus procedimientos ni en sus fórmulas, habían logrado un producto de tal calidad que la gente volvía porque repetía el sabor y calidad en cada consumo.

Su proceso productivo consta de tener sus materias primas y seguir al pie de la letra sus pasos de elaboración. Al paso de los años la obtención de helado artesanal ha ido evolucionando a través de la actualización de sus maquinarias buscando el óptimo entre recursos utilizados y producto final. Para los Helados La Fontana, no parece incomodarle este aspecto ya que hasta la fecha siguen utilizando su mezcla y sus primeras máquinas, si bien no manejan cantidades industriales como les podría entregar una maquinaria actual, saben que su receta está hecha de la manera primaria, la cual les permite mantener el mismo helado en su calidad y textura.

En sus inicios comenzaron con el modelo Carpigiani el cual consta con una estructura vertical donde se vierten sus componentes, mezclándolos por medio de una manilla, posee un aspa en forma de tornillo, se gira hasta conseguir una sustancia cremosa y helada. La actualización de esta máquina trae consigo el cambio de manilla, si antes era de forma manual y con un tornillo para realizar la unión de componentes, hoy es de forma electrónica y con una paleta para remover la mezcla.

Si bien, con la maquinaria nueva, se pueden optimizar recursos en relación a cantidad-tiempo, la de antaño logra dar una mayor cremosidad al producto final. Es importante mencionar que en el mercado actual ya no se ven de estas máquinas, de hecho la competencia posee maquinaria nueva que ayuda abaratar productos y esfuerzos, pero que en el resultado final se nota la diferencia.

Su proveedor directo radica en Italia, fabricante que ya no siempre tienen en stock este modelo; importan máquinas a medida que van dando de baja alguna, en la actualidad poseen 3 de estas, funcionando en su casa matriz (precio: $15mill). En sus inicios comenzaron con sabores, nunca vistos, ni mucho menos probados con sabores de fruta típicas de la zona: Mango, Guayaba, Piña, Limón, Chocolate, Frutilla y Bocado. Estos sabores siguen hasta la fecha transformándose en sus productos de tradición por los cuales sus clientes más fieles vuelven cada fin de semana. Tradición que ha traspasado generaciones, llegándose a encontrar hasta 4. Ha traspasado tanto en el tiempo los productos de La Fontana, que muchos turistas que andan de pasada en la ciudad pasan a servirse estos típicos helados, es una pasada obligatoria para quien venga a la ciudad.

En la actualidad poseen dos sucursales, su casa matriz que a su vez es la residencia de la familia, sirve para la fabricación y sala de ventas, un espacio amplio, con un ambiente hogareño, cálido para quien se siente a consumir. Se ubica en un sector de clase media, zona que ha ido industrializándose con el paso del tiempo, de manera cercana se pueden encontrar locales de comida rápida, botillerías, supermercado, bencinera, entre otros. Su segundo local está hace más de 25 años, el cual posee una ubicación en el centro de la ciudad, pero no, en donde se concentra la mayor cantidad de flujo económico. A pesar de ello, en este local no sólo se ofrece gelatería, sino que también, cafetería y postres, en cambio, la casa matriz solo gelateria. Este segundo local concentra la mayor parte de las ventas en el año, al abarcar diferentes productos, los cuales no son tan estacionarios como el helado.

Durante los meses de altas temperaturas (sept-marz), se produce el alza en las ventas, con un mayor flujo en la casa matriz, logrando en verano duplicar las ganancias de meses anteriores. Caso contrario ocurre en invierno, siendo el mes más crudo jun-jul, en donde lo recolectado en el mes se reduce al 15%. Si tuviesen que invertir en algún arriendo de local, no podrían cubrirlo.

Dentro de sus políticas internas los dueños no querían invertir en publicidad, sentían que no servía, y preferían él boca a boca, esto se mantuvo hasta 10 años atrás cuando asume la administración total de la empresa, Esteban Corrales, único de los hermanos que se hizo cargo del control de la heladería en conjunto a su esposa. Esteban asume por enfermedad de su padre, quien con complicaciones de salud tenía que viajar con su esposa Amalia a Santiago para seguir sus tratamientos. Fue en este periodo que Esteban incursiono por el lado de la publicidad, pago por un aviso en el diario local, La Estrella de Arica, con apariciones los viernes, sábado y domingo. Para sorpresa de toda la familia las ganancias empezaron a subir, método que lo mantienen hasta la fecha.

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