COMPETITIVIDAD
Enviado por • 19 de Febrero de 2015 • 972 Palabras (4 Páginas) • 183 Visitas
A ún quien sea un observador casual de la ciencia y práctica gerencial acertará al percibir cómo un continuo
flujo de nuevos conceptos se ponen de moda y desaparecen de la jerga gerencial. Un artículo reciente en el
Financial Times1
sugiere el término «grafitti corporativo» — o «grafitti gerencial» —, para describir el uso
increíble de palabras transitorias. El lenguaje gerencial es «opaco, feo e inspirado en los clichés», clama el
FT. Se recurre al «grafitti gerencial» como una muletilla que permite terminar todas las frases.
Evidentemente esos «grafitti corporativos» son importantes no solamente en el mundo de los negocios
sino también en el resto de la sociedad, debido a la amplia influencia que tiene la gente que los emplea. Michael
Porter, él mismo un contribuyente a los grafitti corporativos, ha lanzado una advertencia a los gerentes
contra el peligro de dar demasiada atención a la moda de lo que él llama el single-issue management.
Excepcionalmente, sin embargo, el término competitividad ha sido tomado súbitamente por la teoría gerencial
del campo de la política económica y pública. ¿Significa esto que la teoría de las políticas públicas
está empezando a ser objeto de las mismas modas que la teoría de los negocios? Aparentemente algunos
importantes economistas son de esta opinión. Sin embargo, aunque las más de las veces resulta extraño, el
término competitividad parece llenar las necesidades del discurso público. ¿Refleja tal necesidad de conceptos
una nueva situación en la economía mundial? ¿Necesitamos el término competitividad para asir la creciente
globalización (otro término graffiti), o ha sido capturado este nuevo término para explicar un conjunto
de problemas que nos han estado rondando por largo tiempo?
En esta ponencia sostendré que, aunque frecuentemente mal usado y las más de las veces mal definido,
el término competitividad, usado correctamente, describe una característica importante de la economía mundial.
Este concepto araña la superficie de asuntos importantes que son centrales para comprender la distribución
de la riqueza, tanto nacional como globalmente. A despecho de esta reciente aparición en escena, el
término competitividad alude, desde mi punto de vista, asuntos que han sido centrales en la política pública
al menos durante los últimos 500 años aunque bajo diferentes coberturas. También sostendré que el término
competitividad, usado propiamente, transparenta debilidades importantes en el paradigma de la economía
neo-clásica. Esto podría entonces explicar la vehemencia con la que algunos importantes economistas atacan
el uso del término.
Si la competitividad es casi universal-mente entendida como una fórmula para el crecimiento, otro término
relacionado con éste, el de picking winners, tiene también connotaciones básicamente negativas. Intentaré
mostrar que los términos mencionados pueden ser nuevos pero los problemas y las prácticas que están
detrás de ellos son más viejos que la teoría económica, quizás tan viejos como el comercio internacional
mismo. También trataré de mostrar que la desacreditada idea de picking winners está íntimamente conectada
al tan de moda término competitividad.
En el lenguaje de la política económica de hoy día, la competitividad es como la torta de manzana hecha
por mamá: poca gente se arriesga a argumentar contra ella. La oposición al término competitividad parece
fallar para dos categorías de economistas: el
...