CRÉDITOS Y PRÉSTAMOS A PLAZO CORTO PARA LA FINANCIACIÓN DEL CIRCULANTE

Curso de Gestión de Tesorería y Medios de Pago                Facultad de Empresariales y Turismo de Orense

               Javier Lorenzo Paniagua                                                               Universidad de Vigo        

CRÉDITOS Y PRÉSTAMOS A PLAZO CORTO PARA LA FINANCIACIÓN DEL CIRCULANTE

3.1.- Póliza de crédito

3.2.- Póliza de préstamo o préstamo a plazo corto

3.3.- Factoring

3.4.- Confirming

3.5.- Descuento de efectos

3.6.- Financiación de proveedores. Pago al contado con descuento

3.7.- Pago al contado de clientes

3.8.- Síntesis final: la gestión combinada de varias fuentes financieras

CRÉDITOS Y PRÉSTAMOS A PLAZO CORTO PARA LA FINANCIACIÓN DEL CIRCULANTE

Las notables dificultades que sufren las empresas para cubrir sus necesidades financieras con recursos propios y ajenos a plazo largo hacen que la financiación a plazo corto, sea o no de origen bancario, suela tener un peso decisivo en los balances de las empresas.

Evidentemente, las más afortunadas (y también las menos numerosas) disponen de abundantes recursos propios o, en su defecto, de financiación bancaria a plazo largo. Otras logran realizar su ciclo de activo circulante a una velocidad tan alta que consiguen que su financiación de proveedores y otros acreedores sostenga todas sus necesidades del ciclo de activo circulante (concretado en su activo circulante) e, incluso, disponen de excedentes financieros con origen en su ciclo de pasivo circulante con el que financian su activo fijo.

Es conveniente recordar que estas situaciones privilegiadas son infrecuentes. Es más, lamentablemente muchas empresas financian sus necesidades permanentes (activo fijo más la parte permanente del activo circulante o capital de trabajo) con pasivo circulante. Siguiendo un esquema financiero que transmite una alta inestabilidad e incertidumbre a la empresa. Dicho de otro modo, cada cierto tiempo la empresa deberá someter a la aprobación de la banca la renovación de sus créditos y préstamos por incapacidad para afrontar su amortización y esto, además de enormemente arriesgado, multiplica los gastos financieros. Para restablecer el equilibrio financiero la empresa debería plantearse sustituir su endeudamiento a corto por financiación a largo plazo. Principio financiero básico que tropieza con grandes dificultades.

3.1.- Póliza de crédito

El contrato de crédito en cuenta corriente o póliza de crédito es un contrato por el cual el prestamista pone a disposición de su cliente una cantidad determinada durante cierto periodo. Aunque no hay plazo máximo, no suelen exceder de los 12-18 meses^[1].

El soporte es pues una cuenta corriente. Eso significa que el deudor puede disponer de la cantidad que desee hasta el límite establecido y durante el tiempo que lo desee, hasta el día de vencimiento del contrato. En cualquier momento puede retirar efectivo, cargar letras o talones, etc. Pero también puede efectuar ingresos de efectivo, talones, remesas de efectos. Es decir, se sigue la operativa de cualquier cuenta corriente bancaria. De esta forma el prestatario logra las siguientes ventajas:

• Disponer del saldo disponible (hasta el límite) pagando el interés ordinario del crédito, es decir, mantener “números rojos” sin pagar intereses de descubierto.

• En cuanto la corriente de cobros lo permita, efectuar abonos en cuenta. De esta manera reduce el dispuesto de la cuenta y, en consecuencia, el pago de intereses.

Estas ventajas, junto a una operativa muy sencilla, hacen de la cuenta de crédito un producto muy demandado por las empresas.

Cuando la póliza de crédito presenta saldo a favor del cliente o no genera intereses a su favor o éstos son de escasa cuantía.

Costes de la póliza de crédito:

• Gastos iniciales:

En el momento de firmar la operación, el primer cargo que recibe la cuenta es la comisión inicial. Se suele denominar comisión de apertura, aun cuando algunas entidades diferencian la comisión de apertura de la de estudio. La denominación es un asunto de menor importancia, lo relevante es el porcentaje que nos carguen por abrir la cuenta. Es importante recordar que aunque los intereses se pagan por las cantidades efectivamente dispuestas, la comisión inicial se paga por el límite formalizado.

Las comisiones que aplican las entidades suelen oscilar entre el 0,5% y el 2%, con un mínimo que va de los 30 euros a los 150 euros.

Asimismo hay que pagar los honorarios del corredor de comercio o del notario que intervenga en la operación. Estos siguen una escala oficial de tarifas que depende del importe y del plazo del contrato. Supone alrededor de un 0,3% y, lógicamente, se aplica también sobre el límite.  

• Intereses:

Se calculan sólo sobre las cantidades dispuestas y por los días en que lo están. Normalmente se efectúa una liquidación por cada trimestre vencido, lo que tiene un pequeño “efecto tirón”. De todos modos, la periodicidad de las liquidaciones puede ser libremente acordada entre las partes.

• Comisión de no disposición:

A través del contrato de cuenta de crédito las entidades ponen a nuestra disposición un límite del que podemos o no hacer uso. Éstas argumentan que han de disponer de recursos ante la eventualidad de que el cliente decida disponer de la cuenta en cualquier momento. Si no los utilizásemos, la entidad tendría unos recursos ociosos, por lo que paga un interés, y que no puede rentabilizar debido a que sólo nos puede cobrar intereses por los saldos dispuestos^[2]. Por ello cobrarán una comisión por los saldos no dispuestos. Si bien las empresas grandes negocian la exención de esta comisión, las PYMES suelen pagar entre un 0,25% y un 0,50% trimestral.

• Otros gastos:

El capítulo de costes de la póliza de crédito se suele cerrar aquí. No obstante la banca puede continuar hasta donde la dejemos. Algunas entidades cobran a sus clientes más necesitados o a los más incautos una comisión adicional trimestral que va del 0,1% al 0,25% sobre el límite.

Cálculo del coste nominal anual

El problema que tiene el cálculo del coste nominal anual de la póliza de crédito es que no conocemos a priori su nivel de utilización. Por ello hemos de suponer uno o varios niveles de disposición.

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