Contado Y Descontado
Enviado por PATITOANDY • 22 de Octubre de 2014 • 509 Palabras (3 Páginas) • 393 Visitas
Caso Fraude fiscal
En un caso hipotético, si se fuera médico en un hospital privado y el director ordenara que ya no se atendiera a determinado paciente, ya que es más rentable para el hospital dejarlo morir. ”El hospital quiere ganar más dinero como sea”.
Obviamente causaría indignación tal orden porque rompe cualquier ética y moral, ya que va en contra de todos los valores humanos y en contra del juramento hipocrático.
Ahora supón que eres responsable del departamento contable y fiscal de cualquier empresa y recibes la siguiente orden:
“Haz lo que sea necesario para disminuir la factura fiscal, o mejor dicho no pagar un peso a Hacienda. La empresa quiere ganar más dinero como sea”.
No vas a entrar en los mecanismos propios para ejecutar dicha orden de “ingeniería contable y fiscal”, pero sí en el trasfondo de la misma.
Supóngase que el trabajador que ostenta dicho cargo en la empresa es un buen profesional, motivado, bien calificado y que le gusta hacer bien su trabajo, al igual que el médico del ejemplo anterior. Para llevar a cabo dicha orden, tiene que realizar mal su trabajo.
Imagina que la ética de este trabajador se equipara el fraude fiscal al perpetuar un robo a mano armada con un bolígrafo y una computadora.
Este trabajador tiene un grave problema ¿o va contra su propia ética y acata la orden sin problemas o no lo realiza e ipso facto se encuentra despedido?
Además no vas a entrar a valorar las hipotéticas responsabilidades jurídicas que conlleve a su actuación fraudulenta, que se puede originar si dicho trabajador tiene reconocida capacidad de firma.
El origen básico del problema proviene de la propia permisibilidad que presenta el fraude en la sociedad. Defraudar es bueno, pagar impuestos es malo y todo el mundo engaña a Hacienda, con lo cual la desprotección social es extrema, ya que de acuerdo al artículo 31 fracción IV de la Constitución, es obligación de todos los mexicanos contribuir para los gastos públicos de la Federación, del Estado y de los municipios, de manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes. Lo anterior a fin de que se pueda disfrutar de servicios y derechos, tales como la educación, vías de comunicación, la salud y la seguridad social entre otros muchos.
El deber de pagar tributos y no evadirlos, debe convertirse en una conciencia fiscal que tenga por objeto que los ciudadanos contribuyan a sufragar el gasto público, según su capacidad contributiva y devenir en un patrimonio de la cultura civil, misma que debe estar presente tanto en las actuaciones de los administrados pero también, y de forma esencial, en la del legislador, en las de las administraciones tributarias y en las del poder judicial.
El fraude fiscal no es ético, porque se traduce en
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