DE SEGUROS: A LEER LA PÓLIZA

DE SEGUROS:

A LEER LA PÓLIZA

José G. Cermeño D.

Abogado y Técnico Superior en Seguros

escermeno@yahoo.com

Recordaba recientemente lo dicho por el Dr. Gustavo Bravo Conde, que fue Gerente de Reclamos de Seguros la Seguridad, C.A., quien tenía la costumbre de, por lo menos una vez al mes, leer todas y cada una de los condicionados de las pólizas que ofertaba al público esta aseguradora. Manifestaba que esa era la única forma de refrescar la memoria y que cada vez que releía los mismos condicionados, siempre aprendía algo nuevo, de acuerdo a los casos que se le iban presentando en el decurso de su trabajo.

Si bien es cierto que esta “obligación” se la imponía voluntariamente este ejecutivo por motivos de su trabajo, su consejo permanece vigente. Son muy pocos, por así decir, los asegurados que se toman la iniciativa de leer la póliza cuando se la entrega su intermediario de seguros. Hay asegurados que en un exceso de confianza, le manifiestan a su intermediario de seguros, que este conserve en sus archivos el original de su póliza. Y si no tienen la póliza en su poder, menos la pueden leer.

Las razones que motivan esa conducta son múltiples y variadas, entre si: Tenemos como principal causa una falta de cultura aseguradora. Ven al seguro solo como un gasto necesario y no como una inversión que hay que cuidar y conservar. Los asegurados confían en demasía en la poca o mucha información que le suministra su intermediario de seguros al momento de proponerle la adquisición del seguro. Afortunadamente, estamos avanzando en la educación en materia de seguros, pero todavía no existe la impresión en el colectivo que el seguro es una institución necesaria.

En diversas oportunidades que por razones de mi ejercicio profesional, he acudido al INDEPABIS, observamos que existe un desconocimiento absoluto de las estipulaciones contenidas en la póliza, que a la vez, le sirve de fundamento para proponer su denuncia. Todo lo cual se pudiera evitar si el asegurado lee la póliza, al menos, después de la ocurrencia del siniestro y actúa en consecuencia.

Con lo dicho anteriormente no pretendemos que cada asegurado se convierta en un intermediario de seguros. Solo que el asegurado sea un consumidor preparado, exigente. Que sepa defender mejor sus derechos, cuando esté seguro de poseer la razón. Que no formule denuncias cuando tenga conciencia de su absoluta falta de fundamentos, ya que recarga innecesariamente de trabajo a una institución del estado venezolano.

Por otra parte, considero que constituye una obligación de la persona interesada en suscribir cualquier tipo de contrato, la de leer detenidamente todo el contenido del mismo, a los fines de verificar lo que firma y cuáles son las obligaciones que asume y la forma de cumplir con las mismas, para así hacer valer sus derechos, cuando así lo considere pertinente.

La sugerencia de leer la póliza en ningún momento significa se esté alentado al asegurado a que desprecie la mediación que realiza el intermediario de seguros. Este profesional cumple un ron importante en la defensa, bien entendida, de los derechos del asegurado. Pero el asegurado también puede dirigirse directamente a la empresa de seguros y solicitar que ésta le aclare las dudas que tenga en la lectura de la póliza, a tenor de lo establecido en el artículo 21.1 del Decreto con Fuerza de Ley del Contrato de Seguros en concordancia con el artículo 134 de la Ley de Empresas de Seguros y Reaseguros, todavía vigente. Así que, a leer la póliza.

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