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DESARROLLAR LA AUTO-CONSCIENCIA ALBERTO MERLANO


Enviado por   •  21 de Febrero de 2016  •  Monografía  •  9.451 Palabras (38 Páginas)  •  274 Visitas

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PRÁCTICAS

PARA

DESARROLLAR LA AUTO-CONSCIENCIA

VERSIÓN 2

ALBERTO MERLANO

Julio 2003

Partiendo de la evolución de la consciencia humana, principal objeto de estudio de la Psicología Transpersonal, el autor sugiere una serie de prácticas para promover el crecimiento de la auto-consciencia, según él, imprescindible para poder comprender y poner en práctica algunas de las recomendaciones de la moderna teoría administrativa; tales como la planteadas en el Método Harvard de Negociación, basada en la apertura racional-emotiva al ser del otro; igualmente para poder desarrollar la llamada inteligencia emocional. Para el autor, la compasión necesaria para proyectar la labor administrativa al mejoramiento de la condición humana, solo es posible si los gerentes han alcanzado un nivel evolutivo que les permita sentir a los demás como parte de sí mismos. El contenido central de este trabajo, es la presentación de las prácticas necesarias para poder lograr lo anterior.

INTRODUCCIÓN

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, se entiende por auto-conSciencia, así con S intercalada, “la capacidad de los seres humanos de verse y reconocerse a sí mismos y de juzgar sobre esa visión y reconocimiento.” Aparentemente en este planeta, los seres humanos somos los únicos que la hemos desarrollado.

La Psicología Transpersonal enseña la forma que la auto-consciencia humana admite grados. El nivel en el que se está, se determina según en que se experimente la propia identidad; es decir, la respuesta a la pregunta ¿Quién soy? y la que se deriva de ella ¿Quiénes son mis iguales? Sin embargo, más que una contestación basada en la razón, la identidad es algo que se siente en lo profundo del propio ser.

En términos generales se pueden identificar cinco niveles de consciencia, aunque cada uno de ellos admite subdivisiones. Ellos son:

1. Identidad Corporal. Yo soy mi cuerpo y sus emociones. Dificultad de mirar como pares a otras personas. Cada ser humano es una isla. Se le podría denominar identidad CORPOCÉNTRICA.

2. Identidad Grupal. Repitiendo una frase atribuida a Jorge Eliécer Gaitán, político colombiano asesinado en 1948, “Yo no soy un hombre, soy un pueblo.” Soy lo que mi grupo es. Mis pares son aquellos con los que comparto una identidad grupal, normalmente vinculada a un territorio, a una cultura, a una clase social etc. Se le podría denominar identidad ETNOCÉNTRICA O SOCIOCÉNTRICA.

3. Identidad Personal o Egoica. Asociada con los propios pensamientos y las emociones derivadas de los mismos. Yo soy mis senti-pensamientos. Mis iguales son los que senti-piensan como yo. Se le podría denominar identidad EGOCÉNTRICA

4. Identidad Yoica: Yo soy un centro de consciencia, aquel que siente y piensa. Mis pares son todos los similares a mí, es decir todas las formas de vida auto-conscientes. En este caso, todos los seres humanos son mis hermanos y por ende, todo territorio es mi patria. En términos cristianos equivaldría a la identidad con el ALMA. Se le podría denominar identidad HUMANOCÉNTRICA.

5. Identidad Cósmica. Yo soy todo lo que es. El sentido de la propia identidad se expande abarcando al planeta con todo lo que él contiene, lo inanimado, las plantas, los animales, los seres humanos, después el universo y finalmente el substrato del mismo, Dios, el vacío, etc. La conciencia de separación, no se pierde de forma permanente, pero se reconoce intelectual y emocionalmente, la vinculación con un todo que trasciende e incluye al individuo. La persona experimenta como parte de sí, lo que en etapas anteriores de consciencia, veía como distinto de su si mismo. Se le podría denominar identidad COSMOCÉNTRICA.

El paso de etapa a etapa es gradual. En cada una se experimenta el mundo de forma diferente, aunque podemos tener experiencias cumbre temporales de la consciencia cósmica, que pueden causar profundas transformaciones espirituales.

Los niveles superiores incorporan a los inferiores, aunque percibidos de un modo distinto.

A medida que se va evolucionando en consciencia se va migrando del egoísmo al altruismo, porque la definición de lo que se es, es cada vez más amplia. El narcisismo, por lo tanto, disminuye en cada etapa, hasta desaparecer en la identidad cósmica.

Probablemente la humanidad en su conjunto se ubica en el nivel tres, la consciencia egoica o egocéntrica, con sectores importantes en los niveles dos, de consciencia grupal y cuatro, de consciencia yoica o humanocéntrica. Se puede estar por encima o por debajo del promedio de la sociedad en la que se vive pero, como afirma Ken Wilber, en ambos casos se es un extranjero, alguien que no comparte el nivel promedio de consciencia de la sociedad en la que habita.

La espiritualidad está casi siempre relacionada con el quinto nivel de consciencia, en donde la percepción de la vinculación con una totalidad que nos trasciende e incluye, puede ser identificada con Dios. Muy pocas personas alcanzan actualmente este nivel, sin embargo, aunque no corresponda a un estadio de consciencia colectivamente logrado, es posible acceder a él en forma individual. La mayor parte de las religiones lo asocian con la iluminación y ven deseable lograrlo a través de prácticas espirituales.

Las preguntas sobre la identidad normalmente van asociadas a las de destino, ¿Qué hago aquí? Las respuestas a las mismas dan origen a las religiones, mas no todas las respuestas son religiosas, ya que éstas pueden conducir a filosofías que no involucran la creencia en Dios, ni la supervivencia de la auto-consciencia después de la muerte. Tampoco el estar ubicado en el nivel de conciencia cósmica, conduce de por sí a la creencia en Dios, pues la forma de interpretar esta experiencia depende en gran medida del meta paradigma, metafísica básica o cosmovisión que se tenga, independientemente de que se sea consciente de ellos o no.

Las premisas del modelo de economía de mercado basadas en el egoísmo individual, el instinto competitivo humano y la presunta motivación económica, revaluadas por la psicología y la biología contemporánea, pero aún en uso, tienen el problema de inducir una conducta colectiva que dificulta el ascenso a la conciencia yoica o humanocéntrica. El desarrollo humano, no obstante es inevitable, pues contrapone en un proceso dialéctico unas necesidades humanas, que aunque interrelacionadas y cambiantes en la forma en que son concebidas permanecen iguales en su esencia, con unos satisfactores que dependen de la sociedad en la que se vive. Por ello se puede afirmar que el progreso humano,

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