DIMENSION ETICA DE LA CRISIS FINANCIERA

DIMENSION ETICA DE LA CRISIS FINANCIERA

En una humanidad óptima toda persona debe de practicar la ética, contribuyendo a lo que se aspira y anhela en una sociedad positiva e ideal “El bien común”.

Indudablemente la ética cumple un rol importante en el desarrollo de las actividades de todo profesional y los actores financieros no son ajenos a esto, toda vez que la práctica ética, orienta el actuar de cada individuo en su desarrollo competitivo, constituyéndose en pilar fundamental de sus logros y satisfacción personal positiva.

Como podemos ver la realidad nos demuestra que la falta de ética de los distintos responsables del que hacer financiero, ha contribuido sustancialmente, a que se genere la crisis financiera mundial desde el año 2007, que en esta oportunidad tomamos como referencia, toda vez que se priorizaron intereses y satisfacciones personales, sin medir las consecuencias que en cada decisión falta de criterio ético, podía generar para la sociedad, esto conjuntamente con algunas debilidades en la formación y profesionalismo de actores financieros, conocimiento fidedigno de la información, exceso de confianza y la falta de valores morales, generando consecuencias sistemáticas en todo el sistema, lo que ha propiciado la crisis financiera de nuestros tiempos que ahora comentamos, con los resultados económicos y sociales negativos en la sociedad, devenidos de esta situación.

Con certeza podemos decir que dicha situación hubiese sido distinta si se hubiera puesto de manifiesto la práctica de la responsabilidad ética conjuntamente con las buenas capacidades técnicas y profesionales de los actores financieros.

Como profesionales debemos siempre tener en cuenta, las posibles consecuencias de nuestras decisiones en la sociedad, propiciando el bien común y la práctica de responsabilidad social de las organizaciones en las cuales somos participes como directores o colaboradores, esto no es fácil toda vez que nuestra sociedad se encuentra falta de valores consecuencia de los distintos problemas socioeconómicos que vivimos y la deshumanización del hombre, la falta de vocación profesional, y de inducción de valores dentro del proceso formativo de profesionales por parte de las instituciones educativas superiores.

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