Desigualdad Social
Enviado por petuniabonis • 11 de Diciembre de 2013 • 1.401 Palabras (6 Páginas) • 3.600 Visitas
LA DESIGUALDAD SOCIAL en la Nueva España, derivada
de la concentración de la riqueza y propiedades en manos de los
españoles peninsulares, monopolistas de los altos puestos burocráticos
y eclesiásticos, había fomentado un desesperante descontento
en los otros grupos relegados y explotados, que en diferentes
ocasiones intentaron romper con su humillante condición y
desplazar a la opresora élite peninsular que por aftos los había
menospreciado y sojuzgado.
A partir de las reformas que los borbones ilustrados implantan
en la Nueva Espafta hacia el último tercio del siglo XVIII, que
tendieron a fortalecer al Estado frente al poder de la Iglesia, limitaron
inmunidades eclesiásticas, ordenaron la enajenación de los
bienes raíces en provecho de la Real Caja, modificaron la división
política administrativa al establecer las intendencias, liberaron el
comercio y organizaron un ejército colonial permanente con el fin
de asegurar el dominio económico de la Corona espaftola. "Con
eso se fortaleció indudablemente el absolutismo monárquico y, a
la vez, se hizo más profundo el conflicto entre espaftoles y mexicanos.
Y, por consiguiente, dicho cambio abrió en buena parte el
camino a la revolución de independencia" (Gortari, 1980, p.
238). Estas reformas, aunadas a la especial configuración socioeconómica
imperante en el virreinato, repercutieron en un auge
económico sin precedente, y a diferencia de lo previsto desestabilizó
el orden que por largos aftos había vivido la Nueva Espafta.
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INEGI. La Independencia de México Atlas
La población novohispana estaba rígidamente estratificada,
no s6lo por el factor económico sino étnico. Su más patética demostración
la hace el obispo de Michoacán, Abad y Queipo, en
un documemo que redactó en 1799: "Ya dijimos que la Nueva
España se componía con corta diferencia de cuatro millones de
habitantes, que se pueden dividir en tres clases: españoles. indios
y castas. Los españoles comprendían una décima del total de la
población, y ellos solos tienen casi toda la propiedad y riquezas
del reino. Las otras dos clases que componen los nueve décimos,
se pueden dividir en dos tercios, los dos de castas y uno de indios
puros. Indios y castas se ocupan en los servicios domésticos, en
los trabajos de agricultura, en los ministerios ordinarios del comercio
y de las artes y oficios. Es decir que son criados, sirvientes
y jornaleros de la primera clase (de los españoles). Por consi•
guiente, resulta entre ellos y la primera clase aquella posición de
intereses y de afectos que es regular en los que nada tienen y los
que lo tienen todo, entre los dependientes y los señores. La envidia,
el robo, el mal servicio de parte de los unos; el desprecio, la
usura, la dureza de parte de los otros. Estas resultas son comunes
hasta cierto punto en todo el mundo. Pero en América suben a
muy alto grado, porque no hay graduaciones: son todos ricos o
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miserables, nobles o infames". (Torres Quintero, 1980, p. 24).
Esta desigualdad social y económica descomunal no podía pasar
inadvertida para ninguna persona, así estuviera de paso en el
país. El mismo barón de Humboldt, impresionado, comenta:
"México es el país de la desigualdad. Acaso en ninguna parte la
hay más espantosa en la distribución de fortunas, civilización,
cultivo de la tierra y población". (Humboldt, 1978, pp. 68-69).
Más adelante señala: .....en América la piel, más o menos blanca,
decide el rango que ocupa el hombre en la sociedad". (Humboldt,
1978, p. 90).
Los peninsulares, ubicados en la cúspide de la pirámide, es•
taban dedicados al comercio exportador, ocupaban los puestos
más importantes de la burocracia y gran parte de los intermedios
y menores, además de monopolizar también los altos y medianos
cargos de la Iglesia y el Ejército.
Los criollos eran los que seguían en la escala social. Sumaban
hacia ISIO alrededor de un millón de individuos, de los cuales
un 5 por ciento (ricos mineros y grandes hacendados), podrían
equipararse en rango social, a los peninsulares, pero estaban vedados
para ellos los elevados puestos políticos. administrativos,
La población novohispana estaba rígidamente estratificada,
no s6lo por el factor económico sino étnico. Su más patética demostración
la hace el obispo de Michoacán, Abad y Queipo, en
un documemo que redactó en 1799: "Ya dijimos que la Nueva
España se componía con corta diferencia de cuatro millones de
habitantes, que se pueden dividir en tres clases: españoles. indios
y castas. Los españoles comprendían una décima del total de la
población, y ellos solos tienen casi toda la propiedad y riquezas
del reino. Las otras dos clases que componen los nueve décimos,
se pueden dividir en dos tercios, los dos de castas y uno de indios
puros. Indios y castas se ocupan en los servicios
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